La impronta de Quemú Quemú en Villa Mercedes posicionó al cestoball pampeano otra vez bien arriba en una cita importante. El título conseguido por el equipo dirigido por Carmen Ruiz en la Liga Nacional Sub 14, realizada en Villa Mercedes, confirmó la tarea que se viene realizando en esa localidad. En la edición anterior habían estado a un paso de la consagración, perdiendo en la definición ante Hijitus de San Luis. El domingo último, las pibas quemuenses expusieron su mejor repertorio, para vencer a Sitas de Capital Federal y así exteriorizar tanta alegría.
“Estamos muy felices, si bien es un trabajo de hormiga que se viene haciendo, sabíamos que en algún momento aparecerían los frutos de tantos años de trabajo. Rescato la constancia y la fortaleza de cada una de las nenas para seguir adelante, más allá de flojos resultados que pudieron darse en algún momento. Siempre manifestaron tener esa confianza de que en algún momento se daría. Y así fue”, contó Carmen Ruiz, la conductora del plantel y responsable de este presente fantástico que vive la disciplina en Quemú Quemú.
Ruiz insistió en destacar “el trabajo en equipo, cada una debe entrenar individualmente, pero para darle lo mejor al equipo y no para sobresalir personalmente. Eso lo entendieron muy bien. Siempre supieron que tirando todas juntas para un mismo lado, tanto adentro como afuera de una cancha, se llega más lejos. El año pasado habíamos visto que Hijitus era un gran rival y nos podía complicar, de hecho fue con quien perdimos en la zona clasificatoria y en la final después. Este año tenía toda la fe en que lograríamos el título”.
La entrenadora quemuense fue quien estuvo al frente del seleccionado pampeano Sub 14 que recientemente se consagró campeón en la ciudad misionera de Eldorado. Ahora suma otro éxito a su palmarés. “Insisto, tenía mucha confianza en el equipo, a varias de mis jugadoras pude tenerlas en el Argentino, y a su vez observé en ese momento a varias integrantes de los equipos rivales. Me di cuenta que estábamos con muchas posibilidades de llegar a lo máximo, obviamente a los partidos hay que jugarlos y nunca está nada firmado de antemano. Pero las chicas expusieron de entrada sus ganas, la garra que las caracteriza. Pendientes del crecimiento colectivo a medida que transcurrieron los partidos”, agregó.
Ruiz ponderó el fortalecimiento de un objetivo a partir del armado de la base, y en ese sentido comentó que “desde un primero momento apunté al semillero, es fundamental poder trabajar cuando son muy pequeñas para que vayan entendiendo el proceso de formación, lo que significa la responsabilidad, el comportamiento. Logramos por segundo año consecutivo el Premio Fair Play, se trata de algo muy importante y que confirma todo eso que digo. El respeto que mantuvieron en todo momento, aún en partidos tensos como fue el decisivo, dónde no es tan fácil manejar la cabeza. Eso fue algo ideal, más allá del logro deportivo”
Finalmente, a la hora de los agradecimientos, Ruiz mencionó el acompañamiento de su familia, como también “el apoyo incondicional de todas las familias a lo largo del año, no solo en el torneo, sino en cada actividad que se realiza. La educación empieza en la casa y nosotros tenemos que seguir aportando desde nuestro lugar. También al Municipio, la Escuela de cestoball depende del Pro Vida, contamos con ese apoyo a la hora de viajar a cada lugar, de lo contrario sería algo difícil de sostener”.