DOMINGO 14 de Diciembre de 2025
 
 
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Un clima muy caldeado...

Más allá de las buenas intenciones y los gestos del oficialismo por intentar hacer ver que todo se encarrila, fundamentalmente basado en la fortaleza recientemente lograda en el poder legislativo, la situación señala que social, laboral, empresarial y económicamente, está tomando una temperatura fuera de lo normal.

Las medidas a las que apunta el gobierno de Javier Milei, sustentado en una reformulación de la primera Ley Base, de Felipe Sturzenegger, con aportes del sector económico y la directriz presidencial, tienen profundidad y consecuencias en los diferentes sectores de la sociedad que repercutirán, en unos favorablemente y en otros con claros perjuicios.

Este diciembre se planteaba con enormes dificultades. Nada parecía podría transcurrir calmadamente. Era un síntoma de rareza que llamaba la atención la aparente tranquilidad de los sectores sociales más sumergidos. Nunca lo hicieron y en esta oportunidad ni las “Fuerzas del cielo” lograrán el “milagro”.

Desaparecieron, o por lo menos salieron, de la escena los intermediarios, por caso Belliboni, Grabois y los que fueron funcionarios del gobierno de Alberto Fernández y desde allí comandaban a los sectores carenciados a quienes forzaban a salir a las calles ante la promesa de “pagar favores”.

Estos no figuran, pero trabajan en las sombras y nada asegura que no movilizarán más cerca de las fiestas a los lugares elegidos como centros de sus protestas, normalmente supermercados, centros de abastecimiento, así como mostrarse en calles y rutas revelando la grave situación por la que atraviesan sin miras de recuperación.

A este marco conflictivo ahora hay que sumarle la oleada de cierres comerciales, industrias Pymes, filiales de casas extranjeras que, ante la notable disminución de sus ingresos, han resuelto poner fin a sus tareas generando una muy difícil situación a miles de trabajadores que han quedado sin trabajo.

En tanto se aprestan en el Poder Legislativo a darles tratamiento a los primeros seis proyectos del gobierno de Javier Milei, que apuntan a reformas estructurales muy profundas que, más allá del intento por desvirtuar los efectos nocivos en un sector social, los tendrá, y ya se dan a conocer que quienes se oponen preparan sus acciones, ya sea judiciales o en demostraciones y reclamos en las calles.

Presupuesto es uno de los temas que esta sujeto a resolverse y para lo cual los “alfiles” negociadores del mileismo -llámense Santilli, Caputo, Bullrich, entre otros- trabajan para que sea aprobado. En estas alternativas juegan un papel trascendente los gobernadores con los cuales se han concretado una serie de reuniones y negociaciones que habrá que ver qué resultados logra.

Hay presiones reales, tales como comenzar a delinear formas de pagos de las deudas que arrastra el gobierno nacional con las provincias para viabilizar formas de cumplir y, de alguna manera, lograr salvar a estados provinciales de un quebranto muy severo. Hay una moneda de cambio: el Presupuesto y la Reforma Laboral, fundamentalmente reclamada por el sector empresario y rechazada por los sectores del trabajo.

También está en la carpeta una reforma impositiva, un reacomodamiento del Código Penal, la reforma tributaria, previsional, entre otros aspectos que serán objeto del análisis de las dos Cámaras, Diputados y Senadores, donde se encontrarán escenarios positivos y otros totalmente negativos para las aspiraciones oficiales.

Una parte se prevé puede salir en este periplo de extraordinarias, que se extiende hasta el 30 de diciembre, y el resto quedaría para la segunda etapa que se podría concretar en febrero, sumando un total de once proyectos que están en carpeta de Sturzenegger.

Pero si se evita “mirar solo el árbol y contemplar el bosque”, o como suelen decir “dejar de mirar la foto para ver toda la película”, se puede apreciar que se avecinan semanas muy difíciles y de gran conflictividad social.

La CGT está debatiendo un plan de acción para bloquear la reforma laboral, con movilizaciones y lobby político. Los sectores legislativos ultra opositores, diagraman estrategias para “torpedear” los proyectos, fundamentalmente la reforma laboral y por consiguiente, Presupuesto.

Todo hace presumir que se avecinan tiempos de “tsunamis” de todos los sectores. El oficialismo empoderado pretende lograr todos sus objetivos en “caliente”, mientras dura el “jolgorio” del efecto de las elecciones de octubre y se mantengan los datos que encuestadores dan a conocer de la imagen presidencial, frente a “nadie”.

Porque la realidad es que ningún nombre con respaldo ciudadano está en otro escenario que pudiera ser una opción clara y real. Debemos ser honestos en nuestras apreciaciones.

Estamos en la semana preparatoria, las que vienen serán las más “movidas”. Predecir hoy resultados es creer que se tiene la “bola de cristal”.

Nada está definido, todos son parte de negociaciones y acuerdos. Es claramente el “toma y daca” que puede no gustarle a muchos, pero es objetivamente aquello que se está viendo.

Una difícil partida para el país en su conjunto. La pregunta es: ¿serán buenas o tristes fiestas navideñas?

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