Se acercan las primarias que en octubre permitirán saber quiénes pasarán a integrar los cuerpos legislativos por el próximo período y el comentario generalizado es uno solo: los “candidatos” no tienen peso propio y se suben al carro donde se pretenden mimetizar con el presidente Javier Milei.
Ahora el turno fue al candidato aliancista que se eligió en La Pampa, que ya sacó a relucir la cartelería que plantea: “Ravier es Milei”, presidente de LLA, que deja claramente explicitado que él políticamente no existe y solo se puede mostrar si acompaña la figura del libertario.
No es el primero que gestiona su proyecto en la política nacional y/o provincial amarrado al nombre de quien encabeza el movimiento La Libertad Avanza, el cual para tener fuerza propia lleva a la cabeza como presidenta a la hermana del mandatario, Karina Milei.
La figura controvertida del liberal-libertario-anarcocapitalista no solo marcó una manera totalmente alterada de la política que se había vivido en las últimas décadas en Argentina. Sino que claramente se puede mostrar que quienes resuelven subirse al “carro mileista” no representan a nadie y van en busca de una aventura que se llama Javier Milei.
También se pretenden mostrar con gestos altisonantes, posicionamientos difíciles de interpretar cuando señalan a quienes se sumen, será bajo la consigna de La Libertad Avanza, dejando de lado sus ideologías primarias y deben, poco menos que convertirse en esclavos de un pensamiento único, sin derecho a la libertad de opinión.
Javier Milei está intentando concretar los niveles de un nuevo reino, con elegidos, cortesanos, empleados y esclavos, estos por denominarlos de alguna manera, dado que para el libertario -y el hoy “cuadrado del poder”- son “marionetas” cuyos hilos rectores los maneja exclusivamente el presidente.
En esta disquisición incorporamos la nueva forma del poder, que reemplaza al ya perimido “triángulo de hierro” y con el cual pretende elaborar las estrategias y el manejo del país en una nueva etapa que se inicia en los próximos meses.
La conformación seguirá siendo a partir del “vértice” principal ocupado por el presidente, quien fiscalizará y tendrá en todos los casos la última palabra; en el otro Karina Milei, en un mismo plano, y en el inferior el actual Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y se mantendría, ya sin poder y perdiendo varias de sus carteras, el asesor Santiago Caputo.
Todos subidos al carro con una sola figura, la de Javier Milei, suceso que está confirmando que para diciembre los cambios estructurales a niveles ministeriales serán integrales. Según trascendidos, todo dependerá del resultado de las legislativas que serán el camino trazado para alcanzar un nuevo período presidencial en el 2027.
El proyecto de liderazgo latinoamericano se acentúa cada vez con mayor fuerza. El “apareamiento” con los republicanos de Trump es un hecho consumado, al punto de tener un empleado del gobierno norteamericano que pretenderá ser el mentor de las políticas internas de Argentina, su nombre y cargo, embajador Peter Lamelas.
El proyecto del presidente libertario Javier Milei no parte de ninguna improvisación. Una planificación acorde a su pensamiento liberal-libertario que comparte con sus similares de los EEUU e Israel, con quienes ya ha conformado una fuerza que pretende ser en común, donde la voz cantante la tiene Donald Trump.
El libertario ha montado una diversidad de escenarios, algunos conflictivos que utiliza cuando necesita desviar las discusiones difíciles, y otros donde está materializando su objetivo de máxima, la Argentina es un trampolín para su futuro.
En razón de ello, y para configurar un poder de características globales, no puede permitir que a su alrededor crezcan nombres; el ideal es Milei y solo Milei, con alguna licencia que en el caso del presidente libertario es su hermana Karina Milei, según algunos analistas políticos, la heredera del futuro político nacional.
Parece un pensamiento alocado, producto de una noche de fiebre alta, pero todo está indicando que las estructuras que conforma el presidente son provisorias y prescindibles.
La realidad indica que nadie de quienes lo rodean tienen plafón propio, es prestado y está condicionado. En razón de ello, la mimetización con Milei es aquello que les permite figurar en la política de la Libertad Avanza.
Es la recreación del “nuevo César” enfrentando la transformación y el cambio de una Argentina que pretende ser del primer mundo.



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