VIERNES 05 de Diciembre de 2025
 
 
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Si Ud. lo dice Presidente...

Nadie está en condiciones de negarse a creerle al otro, no importa su condición, y notoriamente mucho menos si el que lo expresa es el Presidente de los argentinos Javier Milei.

Se puede o no estar de acuerdo, esa es una de las licencias que se permite el ser humano, pero si alguien se reconoce “ladrón” voluntariamente y en un acto público, la Justicia y la ciudadanía debería tenerlo en cuenta.
No es el primer “acto fallido” o sincericidio que el mayor dirigente libertario que hoy ocupa el “Sillón de Rivadavia” tiene, pero en realidad este, sacado de lo más profundo de su psiquis, es realmente grave.
Dijo: “Les estamos afanando el choreo” refiriéndose a los “kukas”.
Consentir en un acto de campaña, en el que se procura convencer y/o satisfacer a sus seguidores para lograr un sólido plafón electoral, es realmente un suceso pocas veces visto o escuchado de quien se cree el mejor Presidente de la historia argentina.
Naturalmente, el Jefe de Gabinete ya está en radios, canales abiertos y streaming, procurando con su elegante verba convencer a quienes, asombradamente, escuchamos que Javier Milei encabeza un grupo de “afanadores” que lo acompañan y siguen la premisa: “Quien le afana a un ladrón tiene cien años de perdón”.
Ya se había escuchado a quien se sindica como la dirigente libertaria con mayor poder en el mileismo, Karina Milei “el Jefe” (de quien se dice es el “cerebro” que impone la dirección del gobierno de su hermano) expresarse con una desafortunada frase, al decir: “Venimos a que dejen de robar”, en el medio de acusaciones cruzadas por considerarla la jefa de los coimeros oficialistas.
Es la versión modificada de los “Tres Chiflados”, pero es la cruda realidad de un gobierno que apuntó su campaña electoral en miras a septiembre y octubre con un solo propósito: “ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo”.
Ahora fue Junín el lugar elegido para mostrar su furia. El enojo se hizo muy evidente cuando sostuvo que “no me interesan los resultados que logren con estas operaciones”, agregando: “no me interesa perder”...
Presidente, puede ser una operación, realmente no lo sabemos, pero señala que en su propio “riñón político” se está escondiendo la “mafia” de una nueva casta “currera”.
Señalar que no le interesa el resultado, es casi una sentencia subliminalmente expresada en términos de bronca contenida, porque se están cayendo las premisas que fueron las consignas que lo llevaron a la presidencia, y fundamentalmente a los jóvenes de 17 a 30 años que creyeron en el gran cambio y renovación.
Hoy todo muestra que se equivocaron, aunque les cueste admitirlo. Ese porcentual de la sociedad, el 56 por ciento que optó, aún sin conocerlo, por cambiar el rumbo, terminar con la corrupción, con las prebendas políticas, la intermediación que consumía recursos abundantes del gobierno para llenarse los bolsillos (mientras el resto estaba sujeto a sus órdenes), eliminar y achicar un Estado elefantiásico, cuidar la producción y la industria interna, hoy ve que era una nube de humo que se fue diluyendo.
Más allá de los indicadores que señalan que la inflación bajó, que la macroeconomía tiene un sustento, que el Indec señala que la pobreza cae, la realidad marca otro escenario nacional. Dicen “que aumenta el empleo”, seguro están viendo la película “Narnia” y allí todo es posible, pero en Argentina esos estados virtuosos no se dan.
Se cierran empresas, porque el ambicioso plan del libre mercado abrió las puertas a la importación que está devastando el sistema productivo industrializador ante la impotencia de no poder competir con los grandes del mundo. Todo es una verdad, te podrá o no gustar, pero es la nueva forma de vida de los argentinos.
En razón de estas disquisiciones es que no sorprende que el Presidente sienta íntimamente que su “mesiánico” liderazgo se está desmoronando y dada su mentalidad, donde la derrota no figura en su escala de valores, prefiere convertirse en víctima.
Sus palabras furiosas no cambian el panorama. Abrazar al joven de 17 años que fuera injustamente atacado por sentirse atraído por Milei y así manifestarlo con su presencia, dado que es oriundo de San Pedro, no modifica el escenario de LLA, donde hasta sus más cercanos seguidores, los “trolls” que lo defienden por las redes, sostienen: “Nosotros ponemos la cara mientras los otros roban”...
Si esto lo dicen ellos, qué puede esperarse de quiénes siempre pensaron diferente. Para Milei la casta corrupta, los orcos, los degenerados fiscales, los econochantas, los ensobrados, los pauteros, son la gran lacra de este país. Pero ellos están en otro mundo y pretenden llevarnos a cruzar al desierto del Sinai en busca de la tierra prometida.
Hay un final. Sí, lo hay. Siempre lo hubo, más temprano o más tarde. Lo importante, pero sobre todo lo inteligente, es saber cuándo llegará.

 

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