MARTES 23 de Abril de 2024
 
 
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Realidad mata relato: Iracundia y enojo

Llegó el momento de transitar el último tramo del año en el que culmina el mandato gubernamental y legislativo correspondiente al período de cuatro años en que se ha desempeñado como poder político la coalición Frente de Todos.

Este suceso también ocurre en las 23 provincias y en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), lugar en donde su titular Horacio Rodríguez Larreta, fue el primero en esta jornada de aperturas.

Como es natural y así se viene cumpliendo, en cada oportunidad los mandatarios, proceden a realizar un pormenorizado detalle de las labores cumplidas, dan -en algunos casos- detalles de las cuentas de inversión, obras en marcha, naturalmente las terminadas finalizan con un pantallazo de las futuras más importantes

Esta actividad también será desplegada por cada municipio del país donde sus máximas autoridades, tendrán oportunidad de reflejar en sus discursos de apertura, en los concejos deliberantes, cuáles han sido lo logros de sus gestiones y qué es lo que adeudan concretar y en la mayoría de los casos comprometen dar cumplimiento.

Se aguardaban con enorme expectativa, algunos de los mensajes, especialmente el que pronunciaría el presidente Alberto Fernández, porque se esperaba que de sus palabras se pudiera advertir con cierta certeza, si está dispuesto a mantener lo que ha venido manifestando hasta hace pocos días: que pretende la reelección.

También se estaba esperando la presencia de la enigmática vicepresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta del Senado de la Nación, en ejercicio y que, como se sabe no ha mantenido en los tres años y algunos meses de mandato, haber tenido coincidencias gubernamentales con su compañero de fórmula.

Un detalle que no podemos obviar y que fue objeto de manifestaciones de la totalidad de los medios periodísticos que esperaban la llegada del presidente al Congreso de la Nación: no hubo y debe ser por primera vez desde el arribo de la democracia en 1983, ciudadanos, ciudadanas, que alentaran o saludaran a la primera magistratura del país.

El vacío se notó y si bien no llama la atención, porque responde a los resultados de las encuestas de opinión, la sociedad le está diciendo que no comparte sus acciones de gobierno y se sobreentiende, tampoco las del partido que representa, que en la realidad tampoco hicieron acto de presencia para salvar el bache.
 

Gran decepción

El Presidente tuvo su momento, ante un recinto colmado de legisladores. Balcones, que mostraban un ámbito ‘variopinto’ donde se mezclaban gremialistas, con empresarios y lo novedoso, exponentes de sectores en los cuales se han destacado por sus virtudes y formaciones en lo profesional. Algo poco usual, pero que no agrega nada. Salvo el reconocimiento que les debemos que nos parece totalmente atendible, pero para otra instancia, donde su protagonismo sea realmente relevante.

Fue una enorme decepción escuchar al presidente Alberto Fernández. Creemos que se perdió una enorme oportunidad de lucirse en una exposición más acotada, donde podría haberse centrado en los aspectos que mayormente está demandando la ciudadanía.

Por el contrario mostró un ‘estado alterado’ volcándose a intentar sellar una relación con la Vicepresidenta, que entendemos no lo logró o por lo menos los gestos de Cristina, en ningún momento permitieron comprobar que estaba conforme o cómoda.

El ataque a la justicia, fue de un inusitado rigor. Un acción frontal que debe resultar altamente preocupante, porque la presencia del presidente de la Corte Suprema y uno de los integrantes, merecían como mínimo un respeto institucional, que lo desconoció totalmente.

Buscó consolidar el FdT: ¿Lo logró?

La insustancialidad de sus palabras tuvo un solo objetivo, claramente la búsqueda de lograr una unidad -hoy inexistente- de la coalición Frente de Todos. La lógica nos indica que fue una acción equivocada porque no aportó a la unidad y eso pudo apreciarse con absoluta claridad en los gestos de Cristina, que resultaron muy elocuentes.

Un fiasco para la sociedad que esperaba un somero detalle de lo que él piensa logró. Insistió en dibujarnos su realidad: que vivimos en la ‘Suiza argentina’. Olvidó, finalmente, decirle al tejido social muy deteriorado, con altísimos índices de indigencia, pobreza y desempleo, al que podemos agregar un alto grado de inseguridad, que tiene pensado para estos últimos meses de su gobierno instrumentar para disminuir los efectos negativos, que tienen un origen real. Tal como la inflación.

Nada de eso ocurrió, fustigó duramente al gobierno de CABA -Horacio Larreta estaba presente- por el tema de la coparticipación responsabilizando a la Corte Suprema por considerar solo a la Ciudad de Buenos Aires en detrimento del resto de los Estados provinciales.

Pasó, sin pena ni gloria. Con una Cristina que lo observaba conmiserativamente. Mostrando un sentimiento que lo ha materializado a lo largo de casi cuatro años.

Dejó mucho saldo negativo y poco y nada positivo.
 

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