VIERNES 29 de Marzo de 2024
 
 
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Me pidieron que les cuente

Dado que “muchachos” de la vieja Escuela Industrial me pidieron que relate algunas inofensivas anécdotas de aquellos tiempos, les voy a dejar dos que no serán de las mejores pero que podrían figurar en el ranking de las inocencias.

A una cuadra de la escuela funcionaba “el boliche de Carletto” que era en realidad una despensa con todo lo que necesitábamos para calmar las continuas tentaciones del estómago. Era una posta obligada para quienes nos divertíamos haciéndole travesuras al dueño, que a veces se indignaba al extremo de echarnos del local. 
Cierto día nos sorprendimos al escucharle decir a nuestra profesora de geografía que el principal país productor de cacahuete era la India. Nosotros nunca habíamos escuchado citar las palabras cacahuete o cacahuate como alternativas del maní que todos los días le comprábamos a Carletto.
De manera que al terminar las clases nos dispusimos a evaluar los conocimientos de nuestro proveedor habitual y allí estábamos todos, haciendo cola para demandarle el producto de siempre con su “nuevo nombre”.
Ante la expectativa general el gringo Quaglia le susurró al oído: - Deme algunos cacahuetes, don Carletto-. El viejo meditó un instante y rebuscando después en lo más oculto del sucio mostrador de madera, extrajo de él dos preservativos que con disimulo, entre avergonzado y cómplice, le entregó a nuestro compañero.
No nos animamos jamás a contarle a la profesora de geografía la singular experiencia vivida: Si cacahuete y preservativo hubieran sido la misma cosa no nos explicaríamos por qué la India es el país más poblado del mundo.
La otra anécdota pertenece al campo de la ufología: Le preguntamos al director Rodolfo Cagni, si él creía que los objetos voladores no identificados eran enviados o dirigidos por seres inteligentes de otros planetas. 
Razonablemente Cagni respondió que sí, para agregar que sería soberbio de nuestra parte suponer que entre tantas galaxias ocupando el espacio, este planeta fuera el único habitado. 
Y se le ocurrió agregar: - Y así como nosotros intentamos llegar a otros planetas, podría haber seres de otros planetas interesados en llegar a la tierra...
El “gordo” Salvay era el clásico ordenanza, bonachón y amigo de todos. Mientras repasaba el piso de la galería alcanzó a escuchar el razonamiento del director, y sin ser invitado no tuvo mejor idea que comentar desde la puerta y desde su lógica: - Claro... Y es mucho más fácil para ellos bajar que para nosotros tener que subir...
 

Por Hugo Ferrari - Especial para LA REFORMA

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