Tanto insultan, denostan, agreden, sin tener en cuenta que estamos viviendo en democracia donde, la ciudadanía puede pensar y obrar como le plazca, siempre y cuando lo haga dentro del marco de la ley y las buenas costumbres.
Milei ha obtenido, merced a una fuerza de convencimiento extraña y muy particular, que un número importante de ciudadanos y ciudadanas que eran reconocidos por su sobriedad, sensatez, en los rubros que les ha tocado desempeñarse, hoy le han “tirado la honra a los perros” y defienden lo indefendible.
El presidente se mueve en medios de comunicación que le son afines o a través de redes sociales, asociadas a las que manejan los trolls o programas de streaming, donde ha conformado un ejército de ofensores que encuentran argumentos para atacar a quienes consideran enemigos de las tendencias libertarias.
Una figura del gobierno mileista, tal vez el único con “cintura política”, con muchos años -se podría decir todos los que ha desarrollado formalmente de trabajo- en la política, que está siendo desbordado por las incongruencias de un presidente que lo manda a actuar, con directivas negociadoras y de acercamiento y cuando las ha concretado se las borra de un plumazo, dejándolo expuesto.
Esta referencia vale para Guillermo Francos, actual Jefe de Gabinete, quien lentamente se está alejando del fragor de la lucha emprendida por Milei y está preanunciando su retiro. Su última etapa laboral, puede ser legislativa o en el ámbito de cancillería.
Son numerosos quienes están entregando su dignidad por ser fieles a su jefe político que, además, les brinda la posibilidad de vivir de la política, adonde no hubieran llegado por mérito propio.
Diputadas que no se privan de insultar, amenazar y sentirse en el podio del juzgamiento social, sin tener el equilibrio y la mesura que determinaría un examen interior para poder se más cautelosas y prudentes cuando enjuician a otros ciudadanos y/o ciudadanas.
El escenario nuevo que se está terminando de configurar comenzó a revelar la ambición de poder y la necesidad de continuar “prendidos a la teta del Estado”, que tanto critica Javier Milei.
Son producto de una nueva casta, que el futuro dirá si es igual, mejor o peor, que las que han venido marcando la política nacional en las últimas décadas.
Rodeado de funcionarios que ven su futuro económico y lo que menos hacen es cuidar al presidente, evitar que se equivoque, señalarle cuando exagera y sus dichos rayan en la mentira para sostener algún posicionamiento, generándole un desgaste innecesario y peligroso.
Una ministra de Seguridad que está jugando a dominar por la fuerza el país. Un ministro de Economía que, creemos, está observando de reojo por dónde está la puerta de salida, dado que todo lo programado ha comenzado a caerse.
Un ministro de Desregulación y Transformación del Estado que está implementado normativas. Se habla de 3.600 transformaciones y eliminación de leyes, que nunca fueron operativas, que ya intentó hacerlo en otro gobierno, no el libertario, y fracasó, hoy encontró plafón para poner en práctica que el país puede funcionar con la mitad de sus habitantes, sin producción genuina y sometido a los poderosos del primer mundo. Un buen sueño, pero el golpe cuando despierte puede ser doloroso.
Realidades que pueden ser mejoradas. Informes de analistas económicos que siguen sosteniendo que “Todo se está cayendo y que Argentina está al borde del colapso, manteniendo una recesión interna grave y sin salida”. Palabras del economista, exsocio de Milei, Carlos Maslatón.
Agregando que: “Se calculó este martes que el actual manejo de los pasivos del país genera todos los días nueva deuda por US$ 300 millones”. Afirmó que “están haciendo todo lo contrario a una doctrina liberal”: “Son una máquina de intervenir en el mercado vendiendo bonos y dólares futuros. Esto ya lo vimos, en 1981, en 1989 y en 2018”. “La deuda genera deuda y en un momento no se puede pagar más”, subrayó y remarcó que Milei “incrementó la deuda argentina en USD 150 mil millones de dólares”.
Si esto pudiera tener una prueba real de comprobación, estamos cayendo y a pasos agigantados.
Entre los “chirolitas” que repiten todo aquello que le gusta escuchar al presidente Milei y las observaciones de economistas-financistas, que conocen el ‘paño‘ por haber transitado el sendero de la economía liberal, asociados con el libertario, solo nos queda “rezar” para ver si tenemos suerte y la cosa cambia.