Rápidamente aparecen los “bufones” que procuran explicar el por qué de esas medidas intempestivas. Es el caso del titular de la SIGEN, Miguel Blanco, porque estaba apuntado desde hace tiempo; pero los motivos reales no aparecen.
Esto trascendió porque pertenece a un área muy específica del Estado, atento al contralor que ejerce su objetivo funcional.
Pero en realidad, el “triángulo de hierro”, o parte de él, tuvo una noche impiadosa y se levantaron para cortarle el cargo a unos 60 funcionarios de diferentes sectores del Estado Nacional.
En forma paralela desaparecen reparticiones, otras se reacomodan y refuncionalizan, situación que habla claramente de una cantidad importante de empleados del Estado que pasarán a ser un número más entre los que salen a buscar trabajo.
Se inició la semi-privatización de AySA, (“Agua y Saneamientos Argentinos S.A.”), una empresa estatal encargada de proveer servicios de agua potable y cloacas en el área metropolitana de Buenos Aires.
Pero la “motosierra”, el ajuste y achique recrudecieron en estas últimas horas y abarca a todo el país. Se apunta a instituciones de diversa naturaleza que serán ajustadas, algunas, a ser oficinas de contralor dependientes del ministerio de Economía, caso Inta, Inti, Conicet. Mantienen la política de achique presupuestario a las universidades, el ajuste al Garrahan, entre otras medidas que se aceleran dado el enojo presidencial.
En el interior de la Argentina, ámbitos provinciales, donde se está procurando darle fortaleza a La Libertad Avanza, se están generando situaciones complejas, algunas que llegan a la Justicia, dadas las denuncias que se materializan contra quienes se apuntan como dirigentes. Todo indica que pasan por uno de los momentos más delicados como sector político en integración.
Mientras esto sacude la intimidad de los Milei, están analizando la difícil situación que ha producido la denuncia contra los Menem, cuyos familiares directos se han visto beneficiados por “licitaciones”, como las del Banco Nación, en este caso por más de 3 mil novecientos millones de pesos. El suceso ha provocado un sisma entre los hermanos Milei, cuyo final es difícil de predecir.
Levantar la alfombra provocó que aparecieran otras “basuras” generadas por acciones en las que dirigentes y allegados a Milei están incursos en denuncias por ser beneficiarios de determinados “negociados” que no “huelen bien”.
Sigue pisado el caso Libra, mientras, en algunos entornos internacionales, se sacuden los sistemas financieros ante movimientos de millones de dólares y circula con insistencia el nombre del presidente argentino Javier Milei, responsabilidad que -hasta ahora- sigue vinculada al tema, que la Justicia no desempolva y resuelve.
Las crisis libertarias aumentan en la medida que se acortan los tiempos que median para las elecciones de medio término de Octubre, en cuya oportunidad los ganadores marcarán tendencia para el 2027, sin que resulte una certeza, porque todo el futuro del gobierno depende del voto de una sociedad que hoy comparte pero no está segura de mantener el apoyo, situación que definirían las incongruencias en las que está el sector de la oposición.
Las limpiezas que se ejecutan en los niveles más altos gubernamentales obedecen a las enconadas luchas internas, fundamentalmente a los posicionamientos de Karina Milei, que ya logró separar al asesor Santiago Caputo de las decisiones del “triángulo de hierro” y que se muestra intransigente en aceptar negociar con nadie que no acepte transformarse en la Libertad Avanza sin condicionamientos.
Milei sigue confrontando y provocando que muchos que lo apuntalaban han comenzado a pensar que Milei tiene que normalizarse: “No se puede seguir así dos años”. “La agresividad permanente de Milei ya es vista como un problema”. Expresiones que trascendieron como una formal preocupación del empresario Rocca y los industriales por las importaciones.
Hay un clima “virulento” con la gente del campo y se prevén situaciones de mucho conflicto, si es que las gestiones de Guillermo Francos no llegan a buen puerto.
Se forman tormentas muy severas. El dilema es si Javier Milei podrá resistirlas.
Si no es con todos, gobernar será muy difícil.