Las precipitaciones comenzaron cerca de la medianoche del sábado y continuaron durante varias horas del domingo, hasta la tarde, cuando se contabilizaban más de 50 mm. caídos en General Pico; mientras que en otros sectores de La Pampa la lluvia dejó registros superiores, cercanos a los 100 mm., como ocurrió en Santa Isabel.

Asimismo las bajas temperaturas también fueron protagonistas en la jornada dominguera, ya que en esta ciudad la máxima no superó los 10 grados centígrados y la mínima fue de 4º. Para el lunes se prevé cielo despejado y un registro térmico muy superior, de hasta 20 grados.

La "Tormenta de Santa Rosa" también trajo nevadas en el sudoeste pampeano y gran parte del territorio de la provincia vecina de San Luis, donde los "puntanos" se vieron sorprendidos por un manto blanco que cubrió la superficie.

En otros sectores hubo inundaciones y evacuados, como sucedió en Mendoza, mientras que la caída de granizo "alertó" a seis distritos, entre ellos Catamarca; al tiempo que en Córdoba y Santa Fe se contabilizaron más de 100 milímetros.

Otro incidente que dejó la tormenta fue un micro de larga distancia varado en la Ruta Nacional Nº 5, entre las ciudades bonaerenses de Carlos Casares y Pehuajó. Alrededor de 40 pasajeros fueron rescatados "en lancha" ya que el ómnibus fue "arrastrado por el viento" desde la ruta hacia una zona totalmente anegada.

El temporal continuará el lunes en Buenos Aires, con más lluvias, bajas temperaturas y posible caída de granizo, dándole así un inusual comienzo climático al mes de septiembre, enmarcado en una "ciclogénesis" que el fin de semana alcanzó el centro de la República Argentina.

Leyenda de Santa Rosa de Lima

El origen popular del fenómeno remite a la leyenda de Santa Rosa de Lima, cuya festividad se celebra cada 30 de agosto. Según la tradición, alrededor de esa fecha suele producirse una tormenta fuerte que "purifica" el aire y marca la transición hacia la primavera.

Sin embargo, los meteorólogos explican que no se trata de un evento "mágico" o puntual, sino de un patrón climático regional asociado a la interacción de masas de aire frío y cálido, que suelen generar tormentas intensas en el final del invierno. Estudios del SMN muestran que, en realidad, en un 57% de los años entre 1906 y 2022 hubo tormentas significativas en torno al 30 de agosto, lo que confirma su alta frecuencia, aunque no su certeza absoluta.