Dos pelotas paradas ejecutadas por el uruguayo Giorgian De Arrascaeta, una en cada tiempo, fueron rematadas al fondo de la red por Pereira, en el minuto 24, y más tarde por Danilo, a los 52, para darle la victoria y la clasificación al Flamengo, ante un Pyramids que no se rindió y que dispuso de buenas oportunidades.
Con la victoria, el Flamengo, flamante campeón de la Copa Libertadores y del Brasileirao, se medirá el próximo miércoles con el París Saint-Germain, monarca de la Champions League en Europa, en la final de la Copa Intercontinental, un torneo tradicional que enfrentaba a europeos y americanos, y que dejó de disputarse en el año 2004, para convertirse en el Mundial de Clubes, un torneo que incluía a equipos de otras onfederaciones.
El año pasado, la FIFA decidió volver a llamar Copa Intercontinental a ese mini-torneo de campeones, con disputa anual, y el Mundial de Clubes se convirtió en un certamen con mayor cantidad de participantes y ediciones más aisladas: el primero se jugó este año en Estados Unidos y lo ganó el Chelsea. Formatos y nombres al margen, el último campeón “mundial” no europeo fue Corinthians, en el año 2012: le ganó 1-0 al Chelsea con gol del peruano Paolo Guerrero. Trece años después, otro brasileño buscará recuperar una corona que no hace mucho era moneda corriente de este lado del Atlántico.