La política nacional y las consecuencias que de ella se desprenden, por caso las judiciales, sin dejar de tener en cuenta los “acuerdos confidenciales” y otros manejos, constituyen un grotesco carnaval de controversiales mensajes que la sociedad recibe a diario sin saber a quién debe creerle.
Se está en pleno desarrollo de un proceso judicial macro, sin lugar a dudas el más grande y trascendental de la vida argentina, donde se desarrollan las acciones del juicio oral, a través del moderno zoom.
Los acusados, que suman más de 80, son un interesante cuadro de gerontología sometido a los avatares de un juicio donde se evalúan responsabilidades inherentes al “meneado” caso de los “cuadernos”, que no es otra cosa que el manejo de coimas y sumas multimillonarias de dólares de los que un grupo de funcionarios fue apoderándose ilegalmente, para convertirse en los personajes de la clase política enriquecida a costa de robarle al pueblo.
Pasaron muchos años hasta que el aparato judicial, empujado por otras fuerzas políticas, pudo concretar llevar a los estrados a quienes se sindicaba como los protagonistas de uno de los delitos más importantes de los últimos 40 o 50 años.
La “banelco”, una “propina”, si se tiene en cuenta las cifras que se están manejando respecto a los “cuadernos de Centeno”. También se ha resuelto comenzar a recuperar parte de lo -mucho- robado y convertido en campos, estancias montadas con todo lujo, viviendas fastuosas, hoteles de primera línea nunca habilitados, departamentos dentro y fuera del país, automotores, barcos, y otras pequeñeces que suman millones de dólares, que fueron sustraídos de las arcas del país debilitando a las instituciones sociales, al punto que hoy no saben cómo hacer para poder cumplir con sus obligaciones. Todas del caso Vialidad.
Esto ha generado comentarios y análisis. Medio sistema comunicacional está en la disputa para ver quién tiene mejor información, que no siempre se ajusta a la realidad sino que forma parte de la necesidad de lograr rating positivo. <EM>Un conocido abogado, defensor de uno de los inculpados en el tema “cuadernos” los llamó “chimenteros” y varios se pusieron el “sayo” aunque no referenció nombres.
Un “circo” donde se mezcla lo serio con lo farandulesco. Están quienes se han convertido en “jueces de la república” y los que pretenden imitarlos. Como decía Enrique Santos Discépolo, el legendario autor de “Cambalache”, “Vivimos revolcados en un merengue y en el mismo lodo todos manoseados”.
Como si eso fuera poco ahora también están los que “filtran” informaciones sobre aspectos muy puntuales referidos a las reformas que programa el gobierno de Javier Milei. Actitud que -pareciera- ha enojado al primer mandatario y ahora hace reuniones secretas, con resguardos especiales para evitar que se tornen en adelantos periodísticos, normalmente de los “afines” al gobierno.
Sturzenegger se sorprendió cuando fue interrogado sobre las reformas laboral y educativa entendiendo que podía mencionar que se trabajaba sobre estos dos temas. Sin embargo, las indagatorias periodísticas iban al contenido y pretendían adelantos acerca de especificaciones que aún se encuentran en plena elaboración y ajuste.
Estos sucesos adelantados por un sector del periodismo, en calidad de primicias, provocaron que Milei apague el Consejo de Mayo y, furioso por las revelaciones de LPO sobre el plan educativo de Rocca, ordenara que el organismo que venía trabajando las reformas del gobierno suspendiera las reuniones hasta diciembre luego de las filtraciones.
Falta la serpentina, porque el “pomo” son varios los que vienen apretándolo, sintiéndose los reveladores de la verdad y convirtiéndose en jueces de sectores de la sociedad con las que no coinciden. Es un verdadero y triste carnaval.
Pero no todo acaba en estas circunstancias, que realmente dan pena, sino que el escenario económico, que venía siendo celebrando a pleno e iluminado por los éxitos traducidos en el apoyo incondicional de los EEUU, sufrió en las últimas horas un baño de realidad.
El préstamo de USD 20.000 millones que estaba estructurando el JP Morgan se cayó. Ahora el ministro de Economía, Luis “Toto‘” Caputo, intenta que ese banco junto al Citigroup y el Bank of America le consigan un préstamo repo de USD 5.000 millones. Algo así como estar de rodillas ante los poderosos del mundo financiero y pasar la “gorra”.
Pero no solo es este aspecto el que sobresalta al equipo económico. El préstamo que iba a estructurar el JP Morgan fue anunciado por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, como parte del salvataje de la administración de Trump a Milei antes de las elecciones, el mismo incluyó el anuncio de un swap del Tesoro con el Banco Central por otros USD 20.000 millones. Esto tampoco termina de concretarse, es decir que fueron promesas que al parecer estaban condicionadas.
Todo el marco que rodea al proceso de reacomodamiento y reorganización gubernamental para enfrentar los próximos dos años de mandato sigue en un peligroso desequilibrio económico-institucional, dado que la tarea del Ministro del Interior, Diego Santilli, se está llevando a cabo con promesas, pero sin confirmar hechos concretos. Por los menos eso dice el gobernador salteño, con una expresión muy norteña; “promesas hay, pero el poncho no aparece...”
Hay fisuras, profundas grietas y una amenaza seria de derrumbe del aparato montado por el oficialismo, que se sintió robustecido por el éxito electoral del pasado 26 de Octubre. El presidente y sus adláteres siguen ignorando la realidad y se sustentan en el relato.
Argentina no logra despegar y en el futuro hay más sombras que luces.



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