En el año 1910, el paisaje cambió definitivamente en Intendente Alvear. La llegada del riel con el Ferrocarril Oeste y distante a un kilómetro de la plaza principal, determinó el desarrollo de un núcleo urbano paralelo, alejado del casco céntrico: el barrio de la estación.
Separados ambos por quintas de cuatro hectáreas, con terrenos baldíos y escasas construcciones entre medio, la teoría de “los dos pueblos” se ponía en evidencia. Más aún, con la imposición del nombre “Ojeda” a la estación del ferrocarril.
El “centro” y el “barrio de la estación”, tenían vida propia. Y la actual Avenida España, se fijaba como “limite” territorial.
Allí, en el barrio de la estación, comenzaron a florecer almacenes de ramos generales, hoteles, fondas, que eran frecuentados por troperos, estibadores, carreros y claro, trabajadores ferroviarios.
En esa época, el ferrocarril era el transporte que servía para viajar a media o larga distancia. O para llevar mercaderías y todo lo que se producía en el campo. Ese gran movimiento motivado por el comercio y la actividad social, hizo que el barrio de pertenencia creciera vertiginosamente.
Volviendo a la teoría de “los dos pueblos”, la noticia de que un club había sido fundado “en el centro”, llegó rápidamente. Y como el juego de pelota había tomado intensidad, poco costó ‘empardar el convite’.
Transcurrieron unos días para armonizar detalles y, seguramente, en alguna modesta vivienda cercana a las vías del ferrocarril, se encendió el candil de la fundación.
Por allí se escuchaban, cuenta la historia, las voces de Andrés Bonzi, Alejandro Menéndez, José Presno, Antonio Ayargo, Rafael Carreras, Juan Alvarez, Federico Perera, Telmo Celoria, Enrique Marcos, Emilio Stabio, Manuel Sanmarti, Albino y Ramón Acuña, entre tantas buenas y poderosas intenciones.
El 11 de julio de 1920, se redactaba y firmaba el acta de ese hecho primario.
El “barrio de la estación”, con el impulso de su gente humilde y apasionada, gestaba su propia institución. Había nacido, Ferro Carril Oeste de Intendente Alvear.
El club ha venido jalonando hechos notables a través de las décadas, en lo deportivo, en lo social, en lo cultural. Si bien el fútbol es el deporte fundacional, se han ido agregando diferentes prácticas deportivas y es, el ferroviario, el que gestó en 1969 el Festival Nacional de Doma y Folclore que ha trascendido sus propias fronteras para transformarse en una de las fiestas tradicionalistas más relevantes del país.
La celebración será el próximo sábado 15 de julio, en la sede social y donde se le hará un especial homenaje a los campeones de la Liga Pampeana 1973 (foto ilustrativa), al cumplirse 50 años de uno de los tantos logros obtenidos en el fútbol.
Intendente Alvear (Corresponsal)




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