DOMINGO 14 de Diciembre de 2025
 
 
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Ajedrez 

Faustino Oro, de 10 años, derrotó a Magnus Carlsen, el mejor jugador del mundo

La noche del sábado 23 de marzo quedará grabada a fuego en la mente del niño argentino Faustino Oro, de 10 años. Es que, aunque ya sus logros parecieran no causar sorpresa a propios y a extraños, nuevamente, el pequeño que aprendió a jugar al ajedrez hace sólo cuatro años junto al comienzo de la pandemia, ejecutó una jugada inolvidable: derrotó al mejor del mundo, el noruego Magnus Carlsen en una partida “bullet” (a un minuto para cada jugador) correspondiente al circuito de torneos Bullet Brawl que semanalmente se lleva a cabo por Internet en el sitio Chess.com.

“Estoy muy contento; una gran alegría para mí porque nunca había jugado contra él”, dijo el pequeño al que la prensa española bautizó “El Messi del ajedrez” tras su victoria en el primer enfrentamiento ante Carlsen en su breve pero electrizante carrera. La brisa de felicidad también se hizo extensiva en sus padres, Alejandro y Romina, que hace tres meses tomaron la decisión de dejar sus trabajos y despedirse de sus amigos y familiares para trasladarse a España, y así acompañar a su hijo en el crecimiento deportivo de esta actividad.

En ese marco de puro ajedrez, Fausti, como lo llaman sus familiares y amigos, tiene agendado determinados días de la semana para participar en competencias online. Sentado frente a la computadora, el pequeño prodigio juega todo tipo de competencias, bullet (a un minuto) o blitz (tres minutos más dos segundos de agregado por cada movimiento) con un añadido: mientras juega y se divierte, hace transmisiones en vivo en su canal de YouTube FaustiChess con casi 3 mil suscriptores, en el que va contando cada una de sus emociones.

El último sábado fue el turno de un nuevo torneo del Bullet Brawl, en el que con ese ritmo feroz de juego ya había conseguido éxitos destacados: victoria ante Hikaru Nakamura (el mejor del planeta en ese ritmo) y había vencido a la mayoría de los mejores jugadores del ranking. Pero tenía una asignatura pendiente: Magnus Carlsen. Si bien cada partida puede durar como máximo dos minutos, muchas de ellas, a veces, se definen incluso antes. En promedio cada jugador puede disputar hasta 40 o más partidas en ese lapso. Fue en ese vértigo, que de pronto Faustino descubrió que su siguiente rival era nada menos que el noruego Carlsen.

La partida fue electrizante, el argentino llevó las piezas blancas, y tras salir indemne de la apertura, se lo notó más confiado. Luego se sorprendió de la astucia de su rival e intentó corregirse. Pero de pronto sucedió lo que generalmente ocurre en las partidas con este ritmo. Apareció una imprecisión, el pequeño advirtió que tenía un caballo, un alfil, y seis peones contra cinco y un alfil de su rival. Segundos después llegó la rendición de Carlsen; no respondió a la nueva jugada de Faustino. El pequeño comprendió que su rival había abandonado y recién allí dio rienda suelta al festejo levantando sus brazos y gritando: “Le gané a Carlsen”. Había conseguido lo de muy pocos, apenas de un grupo de privilegiados que cuentan en su currículum una victoria frente uno de los mejores de la historia. Oro ocupó el puesto 21 entre los más de 150 participantes que tuvo el torneo.

 

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