DOMINGO 14 de Diciembre de 2025
 
 
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Entre los acuerdos y las peleas...

Un panorama que muestra escenarios de conflictividad en el que no logran establecer una corriente acuerdista que calme los ánimos de la política, es el presente político que se está viviendo y plantea desencuentros en los próximos días.

Uno de los pilares de estas extraordinarias son: el tratamiento y aprobación del Presupuesto 2026, una herramienta necesaria e indispensable para determinar las partidas y sus destinos, situación que hay -ante la ausencia de un esquema presupuestario actualizado- permitiendo que el gobierno maneje los fondos de acuerdo a su criterio.
El otro tema álgido, que ha generado reacciones de diversa naturaleza, es la Reforma Laboral, que el gobierno ha llamado “modernización” del sistema del trabajo, que se viene manejando desde hace muchas décadas con normativas que han sido superadas por los avances tecnológicos, provocando el deterioro creciente de la mano de obra humana y ha generado grietas entre la relación empresa-trabajador.
En el marco de estos aspectos se enfrentan dos posicionamientos claros, que sustentan criterios diferenciados y que hoy -en alguna medida- contribuyen a generar el achicamiento de la planta laboral en blanco, para sustituirla con el aumento considerable del empleo en negro y los que se respaldan en el monotributo social, destinado a personas que realicen una actividad económica independiente (con un tope de ingresos).
El Monotributo Social es un régimen que te permite formalizar tu trabajo, emitir facturas, acceder a la cobertura de salud para vos y tu grupo familiar e ingresar al sistema jubilatorio. Además, el monotributo social es compatible con otros programas como: Asignación Universal por Hijo.
Estos aspectos han comenzado a reconvertir el sistema laboral y hoy el proyecto del gobierno -con sus pro y sus contras- apunta a generar un esquema de trabajo que no resulte una carga para el sistema patronal, empresario, industrial y comercial.
Basado en los derechos que nadie pone en tela de juicio, se fue formando un entramado legal que constituye la denominada “industria del juicio” que, alentada por el sistema del gremialismo y sustentada en seguir manteniendo el manejo del sector trabajador, fue generando una grieta que hoy, más allá de las discusiones que se merece un tema de tanta trascendencia social, debe cerrarse a efectos de restablecer aportes en blanco, recuperar fuentes laborales y disminuir progresivamente el trabajo en negro.
Como era de esperarse en una reforma integral como la que se pretende, siempre alguien que venía beneficiándose en exceso comienza a perder, al lograrse un equilibrio entre empresa-trabajador.
Por otra parte, de no lograrse una transformación que procure la recomposición del empleado en relación al sector empresario, será imposible acometer la reformulación del Sistema Previsional, dado que uno tiene estrecha relación con lo otro.
La controversia escala a un nivel en el que será difícil puedan lograrse acuerdos que permitan avanzar en un tema que ha quedado relegado en el tiempo y se ha convertido en una “espada de Damocles”, tanto para el sector empresario como para el destino de los trabajadores, los actuales y los del futuro.
La disputa y las diferencias siguen en el primer plano. La semana próxima se verán cuáles prosperan y qué recursos instrumentará la oposición para evitar su tratamiento.

 

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