Esa podría ser la respuesta a las alternativas que están viviendo las diferentes líneas que en su conjunto constituían la fuerza opositora al gobierno oficialista de Javier Milei.
En algún momento, desde esta columna, se señaló que era visible la debilidad que mostraba la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner que está purgando una condena domiciliaria y enfrenta otro escenario, donde puede aumentar los años de prisión que judicialmente ya le aplicaron.
Pero esa limitación jurídica va acompañada de un agravante que es la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Impedimento para desempeñarse en la actividad política.
Durante el primer tiempo de detención se mostraba como continuadora del sector político opositor -el kirchnerismo con algunas células del peronismo- y eso le otorgaba un marco de poder que, como dijimos en alguna oportunidad, con el correr del tiempo comenzaría a desaparecer y era de presuponer que se iniciaría la búsqueda de nuevos posibles conductores.
Las señales de un descarnado internismo, sumado al poder recuperado de La Libertad Avanza, fueron la alarma para que quienes estaban por obediencia ideológica comenzaran a vislumbrar que la otrora conductora, poseedora del núcleo duro kirchnerista, perdía sustentabilidad y amenazaba con arrastrar a quienes tienen aspiraciones para el futuro.
En ese escenario se fueron montando todos: gobernadores, leales o no tanto, legisladores de ambas Cámaras, siguiendo una regla paradigmática que en política se cumple: “A rey muerto, rey puesto”. Eso fue la puntada inicial.
Los gobernadores peronistas y no kirchneristas se comenzaron a mensajear, era necesario recapitular la historia, abandonar posicionamientos envejecidos y rechazados por el voto de la sociedad y crear una nueva fuente opositora. Claro está, sin Cristina ni la Cámpora.
Los esfuerzos que realiza la ex presidenta y su círculo más estrecho, parecieran estar en un callejón sin salida. La situación de estar privada de la libertad, hoy mucho más acotada que días atrás, coloca a Cristina fuera de juego y ese lugar se lo están disputando varios de los que en -su momento- fueron la estructura política que manejaba la ex mandataria.
Se comenzaron a mover las piezas y Gobernadores no kirchneristas definen un armado propio en el Congreso que le quitará poder al PJ.
Los mandatarios peronistas de Salta, Catamarca y Tucumán ya negocian en la construcción de un espacio en Diputados. Aún no definieron si será un bloque o un interbloque. El neuquino Figueroa, que estuvo en la reunión, no será parte de la partida, pero ya han manifestado su decisión de ser partícipes de esta movida Hugo Passalacqua (Misiones) y, sin determinarlo aún, Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
Los armados de la política que se viene están en plena marcha marcando claramente el fin de una etapa que, por las contingencias judiciales y el rechazo de un amplio sector de la ciudadanía, aparece como irreversible.
Javier Milei y su “triángulo de hierro” mantienen con firmeza la planificación de la plataforma que será el camino sobre el cual se manejarán en los próximo dos años.
En apariencia, porque es difícil adivinarle las estrategias al libertario y/o a su hermana, la reformulación del gabinete se está cumpliendo sin alteraciones. Eso quedó demostrado en la primera reunión del nuevo gabinete en cuya oportunidad, el presidente, tras las presentaciones de rigor, hizo un racconto del programa del futuro gobierno.
A pocos días de la culminación del periodo legislativo ordinario, Javier Milei se apresta a firmar el decreto para las extraordinarias que comenzarían el 5 de diciembre y se prolongarían hasta el 31 -existiendo la posibilidad de que, dada la premura por lograr, sean aprobadas nuevas leyes- sin embargo, las sesiones podrían extenderse hasta la primera quincena de enero.
Por ahora y dados los escenarios que se van construyendo y las dificultades económico-financieras que se vislumbran, no hay nada asegurado.
La paz es un buen deseo.



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