Una enorme duda, exceso de incertidumbre que abre y genera muchos interrogantes en todos los sectores de la economía, que miran con preocupación las debilidades que provocan acciones desde el ámbito gubernamental que no encuentran reflejo en la microeconomía y plantean: ¿Hasta cuándo se sostendrá el Superávit fiscal?, y ¿a costa de qué?.
Un país que señala profundos quebrantos en sus estructuras, social, industrial; que muestra un debilitamiento progresivo de las Pymes que procuran salvarse dado que el hito productivo no alcanza; marca que el problema existe y se agrava, más allá que desde el gobierno, el presidente libertario y sus seguidores más estrechos pretenden mostrar otro rumbo.
Una reciente publicación del portal La Política Online, severamente apuntada por el “aparato oficialista”, no deja lugar a dudas cuando señala que un sector del empresariado argentino sostiene que: “Crece la preocupación por el futuro del plan económico”, agregando que “No está claro”.
Según señala el articulista, que se hace eco de la preocupación de quienes mueven la economía del país y accionan el mercado: “Celebran el orden fiscal y el freno de la inflación, pero los empresarios miran el horizonte económico con ceño fruncido más que con entusiasmo”.
Agrega que “Dejaron pasar la liquidación del campo sin sumar reservas, las tasas se dispararon, el dólar ya está cerca del techo de la banca y ahora dicen que después de las elecciones podrían devaluar”. Todos sucesos concretos.
Estos temores revelados a varios medios especializados, en la marcha de la economía nacional y su estrecha relación con la internacional, están marcando que el gobierno pareciera haber entrado en un “cono de sombras” económico, donde aparecieron las verdades sobre la micro y macroeconomía.
El deterioro interno y externo, se procura salvar con algunas puestas en escena que pretenden “vender” una firmeza no solo económica sino política, celebrando la visita de una de las manos fuertes de Donald Trump, que firmó acuerdos para concretar de aquí a un año.
Aunque lo reservado, aquello que no trascendió, son los aspectos que entrañó la reunión realizada a nivel Ministerio de Seguridad y normativas que podrían comenzar a tener aplicación en el proceso “post-elecciones”.
Estos aspectos adquieren relevancia dado que afectarán al sector inmigratorio, con normativas que Trump -a través de la secretaria del departamento de Seguridad de los Estados Unidos, Kristi Noem- ha implementado en Estados Unidos.
Pero el tema preocupante está centrado en el devenir de una economía que, según Milei, Luis Caputo, Federico Sturzenegger y para justificar políticamente, Guillermo Francos, pretenden que Argentina en unos años constituya uno de los principales países económica y productivamente.
Estos argumentos muestran una profunda antinomia con el cierre de empresas, comercios, industrias, Pymes; provocadas ante la debacle producida por la apertura irrestricta de la importación, que ha afectado notoriamente a la estructura económico-financiera de la Argentina.
La decisión de Acindar de suspender operaciones por segunda vez en el año. La medida se extenderá hasta el lunes 4 de agosto. Afecta a la planta de Villa Constitución, donde casi 600 trabajadores cobrarán el 75% del sueldo. Este hecho plantea el grave deterioro de la economía interna.
La información -no oficial-, señala que una de las empresas más sólidas del país tambalea y se supone que tras estas suspensiones se producirá un reacomodamiento de las plantas que tiene en el territorio argentino, muchas de las cuales hace meses que trabajan a índices muy bajos por falta de mercado, que en gran parte ha sido cooptado por producción que proviene de países limítrofes, dada las facilidades impositivas que las ha colocado en superior nivel de competencia.
Este fenómeno también sucede en la rama textil, cuya información se viene manejando con mucha cautela, pero que señalan los indicadores de analistas del comercio interior, que han caído ante el ingreso sin aranceles de producciones mucho más económicas.
Ropa deportiva, zapatillas, electrodomésticos, celulares, ahora televisores y heladeras de Chile, ingresan a competir con enormes ventajas impositivas, situación que coloca a fabricantes e industrias locales en desventaja.
Estos trazos gruesos del sistema económico que amenazan agudizarse, según las políticas que instrumenta el gobierno de Javier Milei, señalan seriamente que los datos que se dan a conocer tienden mucho a generar plafón, ante la inminencia de procesos electorales. Pero poco de realidad existe en los mismos. Todo indica que, contrario a las manifestaciones, nada se recupera, por el contrario ofrece debilidades extremas que amenazan con la seguridad de un superávit fiscal y déficit cero que pregona el gobierno.
El relato tiene fecha de agotamiento. La realidad golpeará severamente a gran parte de la sociedad argentina. Salvo que aparezca el “milagro” que provenga de las “fuerzas del cielo”, la crisis irrumpirá con notable fuerza destructiva.
La bonanza eleccionaria también tiene fecha. Lo grave será el después.



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