DOMINGO 07 de Diciembre de 2025
 
 
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El país: una “bolsa de gatos”...

El dicho popular “bolsa de gatos” se refiere a una situación de desorganización, caos o conflicto. También puede ser interpretado como una expresión para describir un grupo de personas con ideologías o intereses opuestos, como en el caso de un escenario de la política.

Eso es hoy la Argentina y en este escenario se enfrentan diversos ámbitos que difieren por sus motivaciones, pero donde todos juegan un partido por el mismo premio final: “ganar poder”.
Con mayor o menor inteligencia, operan utilizando las herramientas que están a su alcance, aquellas que creen que serán efectivas para el objetivo que se han fijado.
Se miente con una liviandad que realmente asombra, dado que se convierten en escenarios que van mellando la convivencia del ciudadano común que los observa y -naturalmente- según su ideología o simpatía toma partido.
Esas grietas no se cierran y si lo hacen, la superficialidad de la sanación hace que en un breve lapso de tiempo vuelvan a generarse, en muchos casos, con mayor profundidad y daño.
El ciudadano debería analizar y razonar que está siendo utilizado por quienes, lejos de interesarse por sus problemas, solo procuran convencer a un electorado de que ellos son los mejores, cuando en muchos casos ni en sus actividades personales han logrado trascender.
El gobierno nacional hace meses que se está moviendo en el “fango” y parece disfrutarlo. El internismo de La Libertad Avanza es “sanguinario” y “despiadado”. Las frustraciones que puedan haber surgido de los últimos actos electorales pusieron al descubierto una organización que pretende llegar a tener poder a cualquier costo. Ese es el sistema que impuso el presidente Javier Milei para llevar a cabo la transformación de la Argentina.
Un mandatario que se ve como el supremo, que no acepta el error ni se frustra ante el fracaso, todos elementos que avivan el fuego de su egolatría, centrada en el poder y en un liderazgo para una gran parte del continente sudamericano.
La gente que lo rodea se convierte en “herramientas” que son útiles mientras se logran beneficios, cuando no, se descartan por otras. Un juego siniestro que el círculo áulico presidencial lo internalizó y aplica sin miramientos. La premisa amigo-enemigo, es la frase de cabecera de los libertarios.
Tanto en el orden nacional, como en los provinciales el oficialismo libertario juega con los mismos instrumentos. Tal vez más toscamente y sin respaldo suficiente, salen a pelear en escenarios políticos donde siempre hubo operaciones, manejos, pero se mantenían inalterables los límites.
Es indudable que Javier Milei ha comprendido que está plebiscitando su gestión, en unas elecciones de medio término, en las que deberá lograr establecer fortaleza legislativa para enfrentar con éxito la mitad del mandato que termina en el 2027.
No hay certezas, por el contrario, todos transitan en un sendero de gran incertidumbre y desconcierto que no les permite evaluar una sociedad que hoy parece no tener rumbo cierto y se mantiene en la nebulosa de no saber qué le espera en el futuro.
Se podría decir que el país vive una situación caótica. Si se analiza desde el punto de vista económico-financiero-comercial-industrial y productivo, nada está como la lógica lo indica.
Hoy el presidente Milei, alentado por un alto grado de desesperación ante los desarreglos que pusieron la economía del país al borde de un nuevo default, resolvió aceptar los condicionamientos de Donald Trump. El presidente de los EEUU intervino, pero nada es gratis y eso muestra la tremenda ambición de poder que alienta esta segunda etapa del gobierno republicano americano.
Mientras fuera de norteamérica se lo aplaude y venera mostrándole una profunda admiración por las gestiones en pro de la paz, en parte logradas, internamente su país está convulsionado y la sociedad norteamericana marcha en las calles contra el desarrollo de una política hegemónica que ellos consideran ya no es una presidencia sino la instauración de un reinado.
Si ese síntoma es el de su propio pueblo, ¿qué deben esperar los que ahora dependen económicamente del gigante americano? Por caso Argentina, que ya no es dueña de su instrumentación financiera y todo depende de aquello que permita Scott Bessent, el operador del Tesoro, quien ya administra el Banco Central de la República Argentina y sugiere formas de negociación.
Todo este “paquete” que, todavía no se ha clarificado integralmente, está dentro de esa “bolsa de gatos” que proyecta un futuro incierto para todos los argentinos y que comenzará a dilucidarse el día después del proceso eleccionario.
Por ahora solo son conjeturas.

 

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