JUEVES 18 de Diciembre de 2025
 
 
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Bocinas y petardos 

Contaminación sonora: Un problema cotidiano y evitable

Dentro de los temas habituales vinculados al cuidado del ambiente, la contaminación sonora es uno que a veces pasa inadvertido y es de relevancia.

Con frecuencia nos encontramos con vecinos que hacen un uso constante e innecesario de la bocinas o petardos, una práctica que genera molestias y afecta la calidad de vida de toda la comunidad.

Iñaki Maiztegui es especialista en Ciencia y Gestión Ambiental, graduado de Ciencias Ambientales de la Universidad de Queensland, Australia; y trabaja en el desarrollo de medidas de reducción de impacto y adaptación al cambio climático.

Destacó que la contaminación sonora por bocinas que se produce cuando los dispositivos se utilizan de manera excesiva, sin una situación real de peligro. 

Asimismo advirtió que la contaminación sonora por petardos es otro problema serio que genera inconvenientes en humanos, especialmente niños, ancianos y personas con autismo y animales, provocando ansiedad, crisis y otros inconvenientes.

Y acotó que este tipo de ruido puede provocar estrés, problemas cardíacos y daños auditivos, especialmente cuando la exposición es frecuente.

Distintos tipos de contaminación sonora

En vehículos: La bocina debe usarse únicamente para advertir un peligro inminente, no por impaciencia, enojo o lo que es peor: como diversión. Es importante remarcar que no es un juego: permitir que niños toquen la bocina desde el interior del vehículo -especialmente desde la parte delantera- refuerza hábitos negativos y genera contaminación sonora innecesaria. 

En casas y comercios: Se recomienda moderar el volumen de televisores, radios y música. 

En espacios públicos: Es aconsejable utilizar el modo vibración en los teléfonos celulares para evitar ruidos molestos. Como protección personal, en entornos ruidosos, o ante exposiciones prolongadas al sonido intenso, se sugiere el uso de protectores auditivos.

Prevención

Como mantenimiento y prevención también es fundamental revisar los vehículos para evitar ruidos adicionales, como escapes defectuosos u otros sonidos mecánicos que generan molestias.

Cuidar el ambiente también es cuidar el silencio. Con pequeños cambios de conducta, todos podemos contribuir a una convivencia más saludable y respetuosa.

(Corresponsalía Trenel)


 

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