JUEVES 28 de Marzo de 2024
 
 
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Conferencia de Carlos Schulz en la Biblioteca “Estrada” 

“Semáforo amarillo” para el agua potable en el norte de La Pampa

Se desarrolló en la Biblioteca Popular Municipal “José Manuel Estrada” una disertación alusiva al Día Mundial del Agua. La exposición estuvo a cargo del doctor Carlos Schulz, docente investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNLPam.

Organizada por la cooperativa Corpico, la conferencia se denominó “Calidad del Agua potable en el norte de la Provincia de La Pampa, Argentina”. Schulz inició su exposición poco después de las 19 horas de este miércoles. Durante una entrevista previa con La Reforma afirmó que la región se encuentra en situación de “semáforo amarillo” respecto del recurso ya que “la oferta de agua sigue siendo la misma, pero la demanda se disparó”, tanto para consumo humano como para satisfacer los requerimientos de la ganadería y de los procesos industriales.

“El Día Mundial del Agua es propicio para hablar de la importancia del recurso -señaló Schulz-. En la actualidad hay más de 2200 millones de personas que no tienen acceso al agua potable, y otro tanto que está en condiciones muy críticas. Ubicándonos en la problemática del agua para la gente, la charla de hoy es sobre la calidad del agua en el norte de la provincia sobre todo en referencia con el problema que hay en la zona por algunos elementos como el flúor y el arsénico junto con los nitratos”.

Responsabilidades

“Queremos contar qué es lo que venimos haciendo en la Universidad y qué estamos estudiando, además de interactuar con la gente. Sabemos que la situación es crítica, entonces hay que ver cuáles son las alternativas” de acción frente al problema. 

Schulz respondió con cautela cuando se lo consultó sobre el nivel de recepción de la población norteña respecto de las numerosas y reiteradas campañas de concientización para hacer uso racional del agua. “Es muy difícil evaluar eso porque las responsabilidades son distintas según se trate de la población en general, del Estado, o de los distribuidores. Estamos en una situación bastante comprometida porque, a veces, las distintas partes no cumplen con esas responsabilidades”, afirmó.

“Fundamentalmente -prosiguió el doctor Schulz- hay que ver cuál es la situación del recurso natural, que es renovable de una manera pero que, a nivel general no es renovable. Para ser muy claro, yo estuve en la inspección de obra en los años ‘80 cuando se hicieron los treinta y tres primeros pozos para extracción de agua potable en esta zona. Los hizo la APA (Administración Provincial del Agua) y , más tarde, la concesión del servicio pasó a Corpico. Aquellos primeros pozos los hicimos a treinta metros de profundidad, aproximadamente y había un caudal importante. Posteriormente no se respetaron algunos parámetros y la gente no comprendía que estamos en una región subhúmeda, casi semiárida, en la que las precipitaciones no son abundantes. Entonces, si el recurso es muy limitado, somos nosotros quienes debemos limitarnos en el uso”.

Aquella situación contrasta abiertamente con el escenario actual para la obtención de agua para consumo humano ya que, según el académico pampeano, “ahora los pozos no pueden ir más allá de los 17 o 19 metros porque entramos en una profundidad en la que el agua no es potable por los niveles de arsénico. Esos diez metros de diferencia, que se han perdido para las perforaciones, se deben a una sobreexplotación del recurso. Hay que comprender, no obstante, a la sociedad (en sus nivele de consumo de agua)” -amplió Schulz- ya que “no hay ningún recurso de agua superficial en la zona y la gente tiene necesidades. Además, estamos compartiendo el recurso del agua potable con la actividad ganadera. Hubo también contaminación por nitratos. Y, por otra parte, también hubo cambios en la tecnología disponible en el mercado ya que, por ejemplo, antes los campos tenían molinos que sacaban mil litros. Y hoy, en esos lugares, tienen bombas que pueden extraer el mismo volumen de agua que el que puede sacar Corpico, o más”, remarcó.

“Ha cambiado mucho el panorama y no hubo un acompañamiento, en todos estos años, para decirle a la gente que el agua que tenemos es la misma de siempre pero cada vez hay más demanda; aumentaron la población, la ganadería y otras cosas que nos han llevado. Estamos en una situación de semáforo amarillo, hay que manejarse con mucho cuidado. Hay soluciones en danza, como por ejemplo el acueducto, pero hay que buscar también otras alternativas”, advirtió. 

 
 

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