DOMINGO 14 de Diciembre de 2025
 
 
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Daniel Mandrile, decano de la Facultad de Ingeniería 

“Se nos están yendo los docentes jóvenes y nos cuesta incorporar nuevos”

El decano de la Facultad de Ingeniería, Daniel Mandrile, habló del presente de esa casa de Altos Estudios y también se refirió a los proyectos a pesar de la incertidumbre que les toca atravesar por la falta de un Presupuesto Nacional.

Explicó que “es un año complejo, fundamentalmente desde lo presupuestario, porque al no aprobarse el Presupuesto los montos que nos tienen que llegar quedaron muy retrasados. El dinero a la Facultad proviene por tres canales: por un lado, los sueldos de docentes y no docentes, dinero que está llegando, pero los salarios han quedado muy retrasados; por otro lado, los fondos para el funcionamiento de la Facultad, que no se han actualizado; y por último, lo que se destina a ciencia y técnica, para lo cual directamente no vino nada en todo el 2024, ni en el 2025. Particularmente, Ingeniería derivó para ciencia y técnica algunos fondos que estaban destinados a lo que es el funcionamiento normal”.
“Es un momento muy difícil para docentes y no docentes. La gente está disconforme con los sueldos, los que tienen muchos años en el sistema, protestan pero siguen trabajando; el tema son los jóvenes, que porque ganan poco buscan otras salidas laborales. Se nos están yendo muchos docentes jóvenes y nos está costando incorporar nuevos. Esto no sólo nos pasa en nuestra Facultad, es un problema que se ve en todo el país. El recurso humano formado que se pierde es muy difícil de recuperar”, sostuvo Mandrile.
Agregó que “la parte de funcionamiento, mientras no se rompa nada, anda, no podemos sumar otros elementos, pero somos una Facultad que no necesita muchos insumos, por eso lo vamos llevando. Por ejemplo, Veterinarias y Agronomía, que precisan más insumos para dictar sus carreras, están más complicadas en ese sentido”.

Las ramas de la ingeniería en Pico

El decano reveló además que “estamos en un proceso de recambio. Tradicionalmente tenemos Electromecánica e Industrial, que son las dos carreras más consolidadas. La Electromecánica con Automatización Industrial era una carrera con la que teníamos un convenio con el Instituto Balseiro, pero lamentablemente debimos cerrarla porque Educación no permite más que las carreras tengan orientación, no solamente las ingenierías”.
“La Automatización la reemplazamos por Mecatrónica, una carrera que nos permite sostener el convenio con Balseiro. Es una carrera más moderna, que va a tener una duración de medio año más y para la cual el Ministerio nos acaba de dar la autorización. Paro los que ya están cursando y deseen pasar a la carrera nueva, abriremos primer y segundo año de esa carrera”, manifestó.
Añadió que “por el lado de Sistemas, tenemos la Ingeniería en Sistemas, Ingeniería en Computación y el Analista Programador. La primera y la última están muy consolidadas, mientras que la Ingeniería en Computación tuvo recién su primer graduado”.
Recordó que “la ingeniería Biomédica es una carrera muy linda, pero no tiene financiamiento. Tuvimos que cerrar la inscripción y para los alumnos más avanzados, que están en cuarto año, hemos tenido que firmar convenios con las universidades nacionales de San Juan y de Villa Mercedes, que nos están dictando asignaturas para los cursos superiores. Estamos haciendo un mix, porque parte de la carrera se hace en General Pico y otras materias en esos centros que mencioné. Esa carrera tiene financiamiento provincial pero solamente para una cohorte, o sea para los que van al día, en cuarto año, las materias de quienes se van quedando, de segundo y tercer año, las estamos financiado nosotros”.
Estimó que “si todo anda normal habrá tres cohortes, la primera que va a egresar en el 2027 y las restantes los años subsiguientes, porque no tuvimos la posibilidad de conseguir financiamiento externo para solventar la carrera”.

El ingreso de estudiantes

Mandrile indicó además que “en términos históricos este año nos hemos mantenido en cuanto a la cantidad de inscriptos. El año pasado tuvimos un pico, ya que llegamos a los 300, que era algo que hacía mucho que no ocurría. Este año volvimos a los 240, 250, que es la cantidad de alumnos que históricamente se inscriben cada año. Ese es un número con el cual estamos muy bien”.
Reconoció que “uno de los problemas que tienen todas las ingenierías, como es el caso de la nuestra, es la deserción en primer año; este es un tema recurrente, porque quien pasa primer y segundo año tiene el camino allanado, pero el salto entre el nivel secundario y el universitario, el desarraigo de los jóvenes que deben insertarse en otros grupos sociales y de estudio, y otra serie de factores hacen que la deserción el primer año sea elevada, mucho más que en carreras humanísticas o sociales. En las carreras ‘duras’ donde hay mucha matemática y mucha física, la deserción es importante en todo el país”.

Recuperación de alumnos

Recordó que en algún momento el Gobierno Nacional otorgaba apoyo a alumnos a los que les faltaban pocas materias para recibirse y habían comenzado su vida laboral, dejando las carreras. “Ahora a nivel nacional no hay nada, pero nuestra Facultad es chica y como nosotros conocemos a nuestros alumnos, los salimos a buscar con programas propios destinados a los que les faltan menos de tres materias. Les damos muchas posibilidades para que puedan graduarse, porque es una lástima que no lo hagan”.
“Hoy, sobre todo en el área de Informática, fundamentalmente en Ingeniería en Sistemas, muchos consiguen trabajo antes de recibirse. Es un problema, porque les ofrecen un puesto de trabajo y no le piden título universitario, por lo que se van dejando estar, pasan los años y ya se les hace muy difícil retomar. Tenemos un grupo de estudiantes que se van y solo les faltan una o dos materias. También tenemos algunos casos en Electromecánica o Industrial”, remarcó.
Sostuvo que “más allá de la conveniencia circunstancial, es una lástima que dejen faltando tan poco para terminar, porque al final de cuentas siempre es importante tener el título”.

Perspectivas

Sobre las expectativas remarcó que “el objetivo principal pasa por consolidar las nuevas carreras, sobre todo la parte de Mecatrónica, que esperamos tenga buena repercusión. En definitiva cuando se lanza una carrera, nadie sabe cuál va a ser la respuesta de los estudiantes y del mercado”.
Subrayó que “me preocupa el bajo financiamiento, primero porque los recursos son muy pocos, pero también porque no sabemos con cuánto vamos a contar. Si el Estado Nacional nos hubiera dado un presupuesto, uno puede programar en base a lo proyectado, pero la verdad es que hoy dependemos de las manos que nos puede dar Rectorado, que también recibe muy poco”.
“Cuando el presupuesto viene normal, sabemos que la Facultad de Ingeniería tiene, más o menos, el 10 por ciento del dinero que llega a la Universidad, pero hoy es mucho menos. Tenemos para gastar lo mismo que en 2023, pero con una importante inflación. Hoy sufrimos un retraso de aproximadamente un año y medio en cuanto a actualización de los recursos y eso implica, por ejemplo, que hoy el dinero no nos alcanza para pagar la limpieza”, manifestó Mandrile.
Recalcó que “Ingeniería siempre ha sido una Facultad ordenada en términos económicos, desde la época de (Nicolás) Tassone, pasando por (Carlos) D’Amico, Hernán Prieto y la actual gestión, todos fuimos muy cuidadosos en ese sentido. De todos modos, eso no quiere decir que estemos bien de dinero, y eso nos resta posibilidades de proyectar a futuro”.
Destacó que “este año pudimos inaugurar las aulas sobre la calle 7, pero es un proyecto que se arrancó en 2004, nos llevó 20 años hacer esas aulas y se terminaron con un gran apoyo de la Universidad, porque el Gobierno Nacional terminó mandando esos fondos, pero muy tarde, cuando la obra estaba terminada”.
“A futuro tenemos el proyecto de ampliar el laboratorio y hacer un auditorio similar al de Veterinarias, pero la verdad es que estamos muy lejos de concretarlo, ya que apenas tenemos el anteproyecto, nos falta el proyecto ejecutivo y gestionar los fondos”, contó.
Respecto al alumnado, explicó que “tenemos algunos que vienen de otras provincias, como Buenos Aires o Río Negro, también de más lejos, pero la mayoría son de Pico o localidades cercanas. Si lo comparamos con años atrás, es menor la cantidad de alumnos que vienen de otros lados, y ese es un fenómeno que se da en todas las universidades. Puede ser por un tema económico y también porque los chicos hoy tienen más oferta en cuanto a casas de Altos Estudios”.
Mandrile culminó diciendo que “otro dato saliente es que hay más carreras, pero no más estudiantes. La matrícula se mantuvo a pesar de aumentar las ofertas de carreras”.
 
 

 

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