VIERNES 20 de Junio de 2025
 
 
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“Revolcados en un merengue”...

Y seguí la letra del tango que inmortalizó Enrique Santos Discépolo en 1934, planteando una visión del presente y del futuro, que se ha ido materializando con el correr de los años y llegamos fácilmente a la actualidad.

Hoy es tan grande la confusión y la incertidumbre que viven los argentinos y argentinas, que todo se mezcla y como bien expresa la filosófica letra del tango: “Si es lo mismo el que labura, Noche y día como un buey, Que el que vive de las minas, que el que mata, que el que cura, O está fuera de la ley”. Más realidad no se consigue.

La política nacional es un desconcierto total. Una ex presidenta que está esperando que la justicia determine si va o no presa, aunque no sea literal, la decisión de la Corte Suprema, que se dice está escrita y solo falta hacerla conocer, pondría fin a los deseos de Cristina Fernández de Kirchner de seguir siendo funcionaria con fueros parlamentarios o inmunidad funcional, esté donde esté.

Para muchos es la desaparición definitiva del kirchnerismo, y tal vez lo sea, aunque teniendo en cuenta las derrotas políticas y judiciales que luce, sigue teniendo un núcleo duro que le responde.

Esto podría, es difícil asegurarlo, que pueda ordenar, programar, señalar estratégicamente candidatos. Estaría sujeta a condicionamientos naturales emergentes de barreras insalvables de carácter jurídico, que podrían generarle un “desbande” de quienes hoy aún persisten en darle poder político.

Su persona quedaría sujeta a darle cumplimiento a la letra de la sentencia y, si bien podría establecerse de carácter domiciliario con controles judiciales, además tiene una inhabilitación perpetua para el desempeño de cargos públicos de cualquier orden que sean.

Desarticulación del kirchnerismo, conformación de un nuevo peronismo que debe salir en procura de un nombre con peso, presencia y carisma que les permita volver a constituir una fuerza opositora a tener en cuenta, pareciera son aspectos de un nuevo mapa político nacional.

La mezcla y los cambios son notorios. Las operativas mileistas se van cumpliendo y producto de sus estrategias se ha producido una generalizada atomización de los partidos políticos que en algún momento fueron bases del mosaico democrático que se mostraba a la ciudadanía.

El PRO, diezmado, sin conductor sólido, ha ido entregando de acuerdo a sus necesidades los valores que, de alguna manera, lo identificaban. Decía Discépolo en otro de sus versos tangueros: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, Ignorante, sabio o chorro, pretencioso o estafador, Todo es igual, nada es mejor”... Con las salvedades del caso, esto se va dando.

Mauricio Macri, quedó demostrado, ha desaparecido como figura influyente y ante esa percepción le ha otorgado poder de negociación a quienes ve como posibles sucesores. Pero, como dice el presidente Javier Milei, el poder no se presta ni se comparte, se ejerce. 

En otro escenario se encuentra el centenario partido de los “boina blanca”. Distinguidos siempre por tener una conducta, compatible o no, pero no se prestaban a los vaivenes de la conveniencia por el cargo. 

Esa “enfermedad” nacida del ego y la soberbia de pensar que ya llegaron, los hizo víctimas del hábil manejo del “triángulo del poder” de La Libertad Avanza y hoy podría decirse que no saben a ciencia cierta cómo se llaman. 

Olvidaron su génesis y quiénes les dieron fortaleza y presencia en todo el territorio nacional. Desdibujados y perdidos en la ambición de seguir estando, venden sus dignidades por ser parte de la estructura que maneja el poder en Argentina.

Y seguimos mezclados, “revolcados en el barro”, presos de las ambiciones y sin saber hacia dónde nos dirigimos. Ya no somos buen ejemplo para las nuevas generaciones. Y ellos lo están viendo.

Mientras esto sucede, el presidente Javier Milei juega sus chances al liderazgo mundial, elige de mentor Trump y desestima al “amigo” Elon Musk. Muestra una extraña relación con la primer ministra italiana Giorgia Meloni y se juramenta al judaísmo, mientras le hace promesas al Papa León XIV. 

Un escenario de enorme complejidad, donde resultan varias interpretaciones y muchas tienden a presuponer que el poder de Javier Milei es compartido por la pensante Karina Milei. Eso se desprende de haberse dado, por primera vez en el ámbito diplomático del Vaticano, que a una reunión privada del Papa y un presidente se le haya dado participación a una tercera persona.

Guillermo Francos, pese a sus respuestas y argumentos al intentar explicar -muchas veces- lo inexplicable, sabe que o salimos todos juntos o el país puede estallar. En razón de ello es factible que gobernadores negociadores, los denominados “pelucas” y los peronistas que se han mantenido firmes en sus responsabilidades con quienes los votaron, se reúnan y TODOS aporten para alcanzar respuestas positivas.

Realidad, salir del barro y visualizar dónde está el futuro, no del mileismo sino de los ARGENTINOS.
 

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