Se elaboran diferentes estrategias gubernamentales y cada uno sale a intentar materializarlas, a través de los periodistas que se prestan a un juego tenebroso, pero que entendemos les sirve para mantener su status económico.

No son los habituales “ensobrados” que, dice Milei y Adorni existen. Son parecidos y procuran tener una imagen diferente, aunque la realidad los supera y quedan “colgados del pincel” cuando el gobierno, o parte de él, les saca los andamios. Alguien con mayor crudeza podría decir: “Idiotas útiles”. Realmente no nos atrevemos a tanto, pensando que pueden estar convencidos que todo lo que está haciendo Javier Milei es lo correcto para sacar al país de entre los escombros.

Pero la realidad señalaría que deben sacarse la venda de los ojos y que hay muchas cosas que se están haciendo mal que redundan en perjuicio de una gran parte del tejido social.

El furibundo ataque de Milei y Luis Caputo contra los gobernadores tiene una veta “demencial” que debería ser contemplada para corregirla.

No todos son malos, no todos son buenos, pero más allá de sus ambiciones personales por mantener el poder, no desconocen que llegaron a esos lugares por mandato del voto popular y es al que deben defender.

Las opciones que ofrece el mileismo son raras, difíciles de explicar en tanto que ninguna te brinda la oportunidad de ser aquello que vos pensás, sino que conduce a una encrucijada: “O sos de La Libertad Avanza y tu líder es Milei o te ayudo tomar envión para caer al fondo”.

En la medida que se van los días y se acercan las fechas de las legislativas nacionales de octubre, las confrontaciones, los agravios, insultos, denostaciones, a diestra y siniestra son parte de los escenarios que ha logrado materializar el “triángulo de hierro”.

También se está observando como sectores políticos que amenazaban con desaparecer en razón de no contar con respaldo popular, caso del macrismo, PRO y algunas de las líneas que se amuchaban para alcanzar poder, se desbandaron y pretendiendo mostrar dignidad política hacen anuncios de acuerdos, en los cuales solo son nombres sin peso de ninguna naturaleza. Prima y lo más indignante es que lo reconocen, la Libertad Avanza y el color violeta.

Seguimos sosteniendo el criterio con los cuales hemos ido dándole forma a estas entregas diarias. Hay muchas licencias permitidas en la política, pero cuando se le arroja la dignidad personal a los “perros”, nada más que para para seguir teniendo algo de poder o figuración es lamentable, porque señala que existe un alto grado de degradación moral en una parte importante de nuestra clase política.

En ese aspecto el presidente libertario Javier Milei, su asesor estrella Santiago Caputo y sin lugar a dudas el “brazo poderoso del gobierno” Karina Milei, se han percatado de las tremendas debilidades humanas y las aprovechan al máximo.

Los acompañan hasta el borde del abismo y allí los emplazan para que opten: O son de La Libertad Avanza, se pintan de violetas y victorean al ‘pequeño líder’ Javier Milei, o hábilmente los empujan para sacarlos de juego en forma definitiva.

Ese es el factor “Milei” que llegó en diciembre del 23 y que apunta para quedarse a cualquier costo.

La gran pregunta es: ¿Dónde están los argentinos? Porque les tocan a los abuelos y todos miran para otro lado. Van contra las mujeres y bueno, si hay países que las ocultan tras “hiyab”, desconocerlas es formar parte de ese mundo. Se castiga sin miramientos a la salud, la educación, la niñez. Internalizamos la pobreza como un error político que condenó a una parte del tejido social.

La emprendemos contra el comercio emprendedor, contra las PyMEs, como necesitamos plata vamos por el campo. En síntesis, el “vamos por todo” es una consigna de Javier Milei, que se enoja cuando hay quienes ponen en tela de juicio que ambiente cómodamente a sus “hijos -perros”, mientras los niños deambulan por los basurales en procura de algo para comer.

Realidad sin tapujos. Se puede ideológicamente pararse donde uno quiera y no resulta materia criticable.

Pero el gran paradigma del mundo: ES PROTEGER A LA RAZA HUMANA.