Luna Echegaray manifestó que “desde hace ya un tiempo la situación es muy compleja. Antes había una matriz de personas que necesitaban de alguna asistencia, gente que no podía ingresar al mundo laboral desde hacía muchos años, con problemas de formación, con algunas particularidades de pobreza estructural en términos de concepto”.
“Desde hace un tiempo vemos diferentes ‘ataques’ a la economía familiar que necesariamente generan que sean cada vez más las familias que tengan que recurrir al Estado para lograr algún refuerzo. A veces esas ayudas se mantienen por un tiempo limitado, o bien se piden cuestiones puntuales, como viajar por razones de salud a otro lugar o por sepelio, que es algo que estamos viendo mucho en casos de personas que fallecen sin una enfermedad previa, con lo cual las familias no se pudieron organizar con algún tiempo. Ese es un costo elevado que muchas oportunidades tenemos que ayudar a saldar”, detalló la funcionaria.
Explicó además que “otro tema es el sostenimiento de los servicios, como luz o gas, porque fueron aumentando mucho más que los salarios, por lo tanto es cada vez más la gente que pide alguna asistencia para ese fin”.
“Los alquileres también son un tema, que no es nuevo, ya en el 2015 la situación empezó a agravarse a partir de que Nación discontinuó las políticas de construcción de viviendas a través del Plan Fo.Na.Vi. Esa situación se tradujo en un cúmulo de gente que no pudo acceder las viviendas sociales y muchos menos a la construcción propia”, añadió.
Señaló que “por el lógico crecimiento, en todos estos años se fueron generando nuevas familias, muchos se fueron a alquilar porque no tienen espacio para vivir con sus padres y eso ha generado nuevas demandas”.

Lo estacional

Respecto a las cuestiones puntuales del invierno, Gabriela Luna Echegaray reveló que “este año cambiamos el modo de trabajo. Antes entregábamos la leña y ahora un subsidio económico, para que la gente compre en el lugar que más le convenga. Es una demanda constante, más allá que lo que siempre deseamos es que los vecinos puedan acceder al servicio de gas natural, que es lo que corresponde. Es preferible, hasta conveniente desde el punto de vista económico, ayudar para concretar la obra de instalación de la red, que sabemos que es cara. Para esto hay aportes provinciales y también una contraparte municipal que es muy importante”.
“Más allá de cada una de las necesidades de las que estamos hablando, está claro que lo más demandado hoy en Pico es lo habitacional. Esto lo hablamos mucho con Fernanda (Alonso), sí hay otras cosas vinculadas con el desarrollo, pero si hay una demanda es la habitacional”, remarcó.

La cuestión alimentaria

Sobre otro de los aspectos sensibles del área social, que es lo alimentario, Gabriela Luna Echegaray sostuvo que “personalmente creo que las políticas en ese aspecto han madurado mucho; La Pampa hizo historia en ese aspecto, porque en el Gobierno nacional anterior, el ministro (Daniel) Arroyo, que conocía el sistema pampeano, implementó la Tarjeta Alimentaria Nacional”.
“Los programas alimentarios siempre fueron un acompañamiento, pero hoy forman parte de la economía familiar. Una familia cuenta con tarjetas y fondos que le permiten planificar su alimentación, pero también hay que aclarar que nunca suple el ingreso que le daría un trabajo formal, eso también hay que decirlo”, subrayó.
Detalló que “a nivel nacional está presente a través de la tarjeta Alimentaria y la AUH (Asignación Universal por Hijo); la política alimentaria pampeana está mucho más presente, porque el RAFE (Refuerzo Alimentario Focalizado Extraordinario), dentro de la Tarjeta Pampeana es muy importante, porque necesita un trabajo de encuesta actualizada. En los barrios, los equipos que allí trabajan actualizan las encuestas, porque si eso no ocurre cada tres meses, se cae el beneficio. El complemento es lo local, donde desarrollamos distintas estrategias”.
En ese mismo sentido contó que “por un lado tenemos los niños más chiquititos, de 45 días a dos años, que van a CDI (Centros de Desarrollo Infantil); esos chicos almuerzan y meriendan allí. Además, todos los días hacemos 1.200 viandas para jóvenes o gente mayor que realiza distintas actividades, que no queremos que pierdan lo recreativo; y complementamos con el módulo alimentario de secos, que son 15 productos, que cada vez son menos porque lo compatibilizamos con otros beneficios y, fundamentalmente priorizamos a los jubilados, donde aparece otro sector con muchas dificultades. Hoy estamos en unas 2 mil bolsas mensuales”.
Al ser consultada sobre la cantidad de piquenses que reciben algún tipo de asistencia, Gabriela Luna Echegaray, reveló que “los cortes de Tarjeta Alimentaria Pampeana, el programa que llega a mayor cantidad de gente, da unos 2.800 núcleos, que son 2.800 familias que pueden tener uno o más integrantes, que pueden llegar a 5 o 6. También están los que reciben asistencia nacional, pero lamentablemente nosotros no tenemos acceso a esos números. Lamentablemente el Ejecutivo Nacional tomó la decisión de no trabajar en conjunto con los municipios, lo que permitiría coordinar esfuerzos”.
Resumió que “hoy notamos que muchas familias desarrollan una economía de supervivencia, en muchos casos emprendiendo, vendiendo comestibles, tratamos de articular a través de la bolsa de empleo para que las empresas den oportunidades a personas jóvenes, pero es muy compleja a situación actual”.
“Hoy otro tema de agenda son las personas con discapacidad, que creíamos que era un tema que ya se había debatido y había cuestiones que no se iban a tocar, como el sostenimiento de los cuidadores y de todo aquello que le permiten la estabilidad de las personas y sus familias. Hoy el municipio no puede responder a muchas de esas demandas porque la verdad es que no estaba previsto que pasara esto que estamos atravesando”, reveló.
Gabriela Luna Echegaray manifestó además que “cada vez las familias van sumando nuevos problemas, como la empleabilidad y todo lo que es el desarrollo de las personas. En este marco, nuestra prioridad son los niños, porque mientras transitamos por la crisis económica los chicos crecen y debemos garantizarles educación, alimentación y el cuidado de la salud, que no es poca cosa. Eso lo hacemos trabajando codo a codo con el Gobierno Provincial”.