LUNES 15 de Diciembre de 2025
 
 
Compartir
Twittear
 

“Meta palo y a la bolsa...”

Podría resultar una broma, y veríamos a todos sonreír por la ocurrencia “refranera” para plantear alguna situación que se genera en determinadas circunstancias.

Pero lo que se escuchó en el primer debate televisivo que realizaron los candidatos a la vice presidencia del país -Agustín Rossi, Victoria Villarruel, Luis Petri, Florencio Randazzo y Nicolás Del Caño-, fue realmente pobre de contenido, disruptivo; planteando que están más preocupados por atacarse y destruirse que por discutir políticas de Estado.

Acusaciones que iban y venían, fueron los roles protagónicos centrales del debate. Alcanzó para divertir, pero dejó un enorme vacío en quienes esperaban mucho más de quienes aspiran a ocupar un lugar en la fórmula presidencial de los partidos que representaban en esta oportunidad.

Se sigue observando que están todos en la misma línea; orientados a desgastar al otro que piensa diferente y plantea una opción política distinta, pero donde no aparecen claramente definidas las plataformas que contendrán las normas que logren reconducir al país.

Claramente se pudo advertir que todos apuntaban a la candidata que acompaña a Javier Milei. Naturalmente la saben contestaria y que transita por un andarivel de extrema derecha, y que, como ocurre con todos los “extremos”, ofrecen mucho blanco para la crítica.

Nuevamente la figura del libertario fue el eje central, en este caso de un debate que se esperaba tuviera más nivel del que logró. Pero algo quedó claramente en evidencia: todos -en contra o a favor- están haciéndole el juego a Javier Milei.

El representante de Juntos por el Cambio, se movió con un poco de más comodidad, en tanto el desarrollo de sus ofrecimientos políticos, salvo en algunos ítems muy definidos como el caso seguridad y asistencia social, se manifiestan en un pseudo centralismo, con el cual se puede disentir, pero resulta difícil de evaluar con certeza.

Unión por la Patria tuvo en Agustín Rossi un confrontativo, que buscó -fundamentalmente- acometer a Victoria Villarruel, de LLA. Los cruces no escapan al planteo general del “todos contra todos”. Fue la búsqueda de flaquezas. Hurgaron en sus historias pasadas y abundaron las ironías y frases suspicaces que -a nuestro criterio- aportaron muy poco, por no decir, absolutamente, nada positivo.

Los temas se desarrollaron sobre el dólar, la inflación y el trabajo. En líneas generales todo el contrapunto estuvo centrado en atacar los recientes anuncios del oficialismo en lo que respecta a los tres aspectos sobre los cuales se desarrollaba el debate.

Dejaron explicitadas las propuestas de sus partidos, algunas de las cuales resultan atractivas, pero han sido cuestionadas -no solo en esta oportunidad- sino en el análisis de ámbitos entendidos en la materia, dólar, economía y trabajo, como imposibles de concretar.

Lo concreto es que no fue un gran aporte para que la sociedad pueda entender y decidir qué que le conviene como futuro político.

Tampoco resulta fácil de entender cómo quienes arman estrategias y estructuran las campañas no se percatan que sus posturas no hacen más que dejar en el centro de la polémica a quien pretenden defenestrar.

Todo es coincidente con el posicionamiento histriónico a veces, otras dramático, muchas veces mostrando una agresividad que nos resulta demasiado “fabricada”, del libertario Javier Milei que logra su objetivo: “Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de él”.

Este primer episodio de confrontación de candidatos pasó sin dejar mucha tela para cortar. Sólo evaluar si esa agresiva confrontación sirve para ganar el voto de una sociedad que, por ahora, se muestra apática, sus problemas son otros, y ellos, por ahora, no se los resuelven ni dicen cómo hacerlo.

Como dice Durán Barba: “Solo Milei los ilusiona y eso es bastante para la ciudadanía de a pie”.
 

 

Escriba su comentario

Tu email no sera publicado.