MARTES 16 de Abril de 2024
 
 
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“Luche y vuelve”... ¿Adónde?

Es un interrogante que sacude a una gran parte de la sociedad argentina, que se debate entre lo que no entiende y lo que pretenden que entienda. 

Un verdadero jeroglífico, reservado solo para los “muy inteligentes y despiertos”. Los otros la miran pasar, mueven la cabeza dubitativamente y no ocultan sus gestos de supina ignorancia sobre el acontecer de la política kirchnerista que, por ahora, sigue siendo una nebulosa incomprensible.

Mientras Andrés Larroque, comandando una línea -desprendimiento de la Cámpora- insiste en el “Luche y vuelve”, por otro lado aparecen los que -sin dejar de ser partidarios de Cristina Fernández de Kirchner-, sostienen que nunca se fue y la prueba tangible la dio el acto realizado en la Universidad Nacional de Río Negro, donde le fue entregado un reconocimiento “Honoris Causa” y se dirigió en una “clase magistral”, así la denominaron, a los presentes en el acto.

Estuvo. No era una doble. Era la vicepresidenta del país, que se dice “proscripta por la Justicia”. Mientras otros sostienen que no existe tal proscripción, dado que puede presentarse para el cargo que ella quiera.

Repasando algunos de los conceptos que en el acto realizado en Avellaneda realizó Larroque y reafirmó posteriormente el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, hoy enfrentan -internamente- a su más enconado oponente, el presidente Alberto Fernández.

En ese laberíntico escenario que están tratando de montar, aparecen las afirmaciones que las PASO son solamente para desgastar a Cristina y cuando -según medios capitalinos- se los interroga sobre el particular, dicen que no “están contra de las PASO”. En realidad, ¿quién los entiende? Hay una estrategia, no muy elaborada, que pretende crear desconcierto y obtener, como resultado de la incertidumbre ciudadana, rédito que les permita seguir alentando la nominación de la presidente del Senado de la Nación para que comande la coalición del Frente de Todos.

Un panorama extremadamente difícil de comprender. Es evidente que lineal, no es. Que procura desconcertar: un suceso evidente. Que el interior de la coalición del Frente de Todos es una “bolsa de gatos”, ninguna duda cabe. La realidad está matando a la ficción que pretenden montar y el resultado puede ser un negacionismo generalizado y les resulte: “peor el remedio que la enfermedad”.

Estos cortocircuitos que surgen tras la palabra “proscripción” constituyen la expresión de un fenómeno mucho más profundo. Por ejemplo, Eduardo “Wado” de Pedro, uno de los líderes de La Cámpora, participó de la inauguración de ExpoAgro y generó malestar en el seno del Frente de Todos.

Como se sabe, esa feria fue organizada -como ocurre hace varios años- por los suplementos agropecuarios de los diarios Clarín y La Nación y concurren, entre otros, los productores más poderosos del sector. En la foto de inauguración aparecen el director de La Nación, Fernán Saguier, el directivo de Clarín, Jorge Rendo, y el camporista De Pedro.

Debería resultar una toma gráfica normal, en cualquier lugar del mundo y también en Argentina. Pero aquí se utilizó para “bastardearla” y hacerla aparecer como un acto de confabulación. Por otra parte inexistente. Fue protocolo y nada más. Se ven fantasmas y enemigos donde no existen.

Todos estos desmanejos de una política que no encuentra el camino acertado, está provocando un enorme estado confusional de parte de los ciudadanos y ciudadanas, que podrían responderles y que hoy tienen grandes dudas.

La estrategia “del lío y el desconcierto, siempre se logra algo”. Una práctica que ya está siendo habitual en el marco del kirchnerismo, es lo que hoy se percibe. Dentro de sus propias filas, van y vienen con posicionamientos erráticos, que no definen una línea política que brinde certeza.

Son varios los dirigentes que alguna vez tuvieron algún peso, que ya se manifiestan abiertamente en contra de las líneas internas del Frente de Todos y a quienes les achacan el quebranto político que están mostrando a la sociedad, Aníbal Fernández, Luis D’Elía, Juan Grabois, entre otros.

Pero Cristina Kirchner sigue en su propio mundo, que se construyó cuando se consideró que ya estaba “En la Historia”. Se ubicó en un lugar extraño donde para condenarla a ella hacen falta pruebas categóricas e indiscutibles, pero para acusar a otras personas de cualquier cosa alcanza solo con una palabra.

Pero todo tiene un final. Este es con resultado abierto. Nadie, hoy, puede asegurar qué ocurrirá en las presidenciales de fin de año. De ello resultará el destino de este país. 
Será la victoria del relato, o tendrá bases sólidas la realidad por sobre el protagonismo político de los que quieren “ir por todo”.
 

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