En línea con el trabajo que viene desarrollando este área desde 2019, el objetivo de esta actividad es aportar capacidades técnicas a las y los profesionales de los subsectores privado y público del campo de la salud mental. La invitación se extiende, entonces, a profesionales de diversas áreas de la Salud Mental (psiquiatría, psicología), de trabajo social y de otras disciplinas vinculadas al tratamiento de esta problemática.
En diálogo con La Reforma, Malgá comentó que “la idea es iniciar con una exposición con un breve análisis de la situación en La Pampa, desde el punto de vista epidemiológico, y luego trabajar con elementos y aportes técnicos para identificar factores de riesgo y desvalimiento”. En este sentido, manifestó que esperan se genere, en el transcurso de la jornada, “un espacio de Intercambios sobre la clínica y brindar información sobre recursos y algunas estrategias de articulación y abordajes posibles”.
En un repaso por las estadísticas de la provincia, actualizadas al año en curso, Malgá indicó que las cifras son coincidentes con el resto del país. “Tenemos una tasa promedio de suicidios de 10,9 casos cada 100 mil habitantes por año”, detalló. Esta cuestión es considerada una problemática social, de características que exceden el aspecto clínico. De este número inicial, precisó que “el 85% de los casos son hombres”. Y, en cuanto a la tendencia de suicidios (fallidos o logrados), se evidencia una proporción mayor en dos franjas etarias diferentes: en personas que tienen entre 17 y 35 años, y en adultos y adultas mayores de 65.
Una problemática social
Los factores o causales, “pueden analizarse desde el punto de vista estadístico o caso a caso”, explicó. Y aclaró que no es un problema individual, sino netamente social. Las motivaciones “son múltiples y pueden estar en lo cultural, lo económico, la cuestión de género, la historia de vida de la persona”, además de “la respuesta social que tenemos a los problemas que se nos presentan y también los cuidados colectivos con los que cuenta en su entorno y la posibilidad de comunicarse con el mismo”, remarcó.
Por ejemplo, el hecho de que la mayoría de los casos se observen en individuos de género masculino es algo que “nos ayuda a entender el fenómeno social”, precisó. Respecto de la primera franja etaria mencionada, hizo mención a una tendencia creciente, “al menos a nivel latinoamérica”, desde el año 2000. Y sobre esta particularidad, reflexionó: “Nos tenemos que preguntar entonces, (más allá) de las determinantes históricas-económicas, por las determinantes más culturales, es decir, qué modelo le ofrecemos a nuestros jóvenes y la rigidez con la que, como sociedad, ofrecemos un ideal del ser, la cultura de la inmediatez y demás”, según se deriva de diversas investigaciones dedicadas al tema.
Con respecto a mayores de 65, Martín Malgá señaló que hay ciertos supuestos de trabajo -consensuados entre las y los especialistas- que lo vinculan “a crisis económicas y contextos sociodemográficos no favorables, como migraciones o épocas de guerra y también las llamadas ‘crisis vitales”. No obstante, advirtió que los perfiles tienen “explicaciones posibles muy diferentes a la hora de hacer análisis más cualitativos”.
Líneas de acción
Desde el 2019, la Subsecretaría definió una estrategia de trabajo que consta de cuatro ejes: prevención, asistencia, posvención y formación. Si bien se presentan como instancias con objetivos diferentes, se realizan conjuntamente, e involucran otras áreas ministeriales e instituciones público-privadas.
Con respecto a la primera dimensión, Malgá explicó que se apunta a acciones para brindar “información a través de campañas e intervenciones en la comunidad”. Ejemplo de ello es el desarrollo de “Hagamos Ruido. Hablemos de Suicidio”, destacando que “son contenidos en diferentes formatos para la visibilización y sensibilización desde una perspectiva de cuidados”.
Además, acciones “diseñadas para llegar a tiempo”, donde se incluyó “a los medios de comunicación, para los que se han brindado dos charlas sobre tratamiento mediático responsable, porque a veces las noticias terminan causando más daño del que ya causó el episodio”, prosiguió el subsecretario.
En articulación con el Ministerio de Educación, se elaboró uno de los capítulos de la Guía Provincial de Orientación para la intervención en las instituciones educativas, titulado “Estrategias de Promoción de cuidados en Salud Mental y Consumos Problemáticos”. Allí se delinearon pautas y elementos para el abordaje de casos NNyA (niños, niñas y adolescentes) dentro de las escuelas.
En torno al segundo eje, Malgá resaltó que La Pampa tomó la decisión política de crear una línea de trabajo de sistematización a partir de una resolución de 2021, “donde los llamados intentos de suicidio o personas con ideas persistentes de muerte que asisten por guardia a los servicios de Salud Mental son registrados en el sistema de salud”. Y describió que “en la misma resolución se establece una guía para el abordaje y la comunicación”. En este sentido, un primer paso fue la creación del Equipo de Enlace y Posvención “que posee el registro, y cada vez que se registra un intento y se lo carga es notificado. Luego, se crea un plan de abordaje y seguimiento con los efectores de primer nivel”, detalló.
En tanto, para reforzar la respuesta estatal a esta problemática en el noroeste pampeano, refirió a la apertura del Centro Educativo Terapéutico San Roque, el cual brinda atención psicológica, psiquiátrica y posee mesas de trabajo con los municipios cercanos. La modalidad de trabajo de este lugar es doble: centro de día y residencial. Y, en general, para las localidades del norte provincial, se sumaron en los últimos años más profesionales de psicología.
Contactate con Salud Mental
Para finalizar, Malgá informó sobre la existencia de dos líneas telefónicas gratuitas, disponibles las 24 horas, para toda la comunidad pampeana, que ofrecen escucha, acompañamiento y orientación. Para personas en crisis, el número 136, y para quienes padecen consumos problemáticos, la línea 132.
Desde ambas, se dan respuestas en situaciones de urgencia, en articulación con los servicios de emergencias médicas y de seguridad, si fuese necesario. Destaca que también pueden comunicarse familiares y allegados, para informarse sobre cómo proceder ante una situación de estas características. Por lo mismo, para habitantes de General Pico y zona norte, comunica que pueden asistir, sin límite horario, a la guardia del Servicio de Salud Mental del hospital local, el cual posee un equipo interdisciplinario de atención en la emergencia.
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