La novela de las ilusiones perdidas. Una obra que reflexiona sobre nuestra identidad, sobre el sentido de las cosas que hacemos. Escrita por Milan Kundera, nacido en Brno, actual República Checa, en 1929, nos lleva a una reflexión profunda sobre el comportamiento humano en todas sus actividades.
También es objeto de análisis de los grupos interdisciplinarios que pretenden, cada uno en el marco de su formación profesional, lograr entender al otro, saber porqué hace y dice preferentemente aquello que queremos escuchar y nos dibuja una realidad que nos coloca fuera de lo cierto que está sucediendo.
El presidente de la Nación Javier Milei, volvió a dar, ante el sector empresario, en el cierre del Council de las Américas, una de sus clases de economía liberal-con profundos contenidos anarcocapitalistas.
Defendió la cautela del Gobierno para desarmar los controles cambiarios y negó que existiera intervención del Banco Central en los dólares paralelos.
Entre otros conceptos dijo que “El Presupuesto 2025 será ‘rediseñado‘ con pautas que aseguran el déficit financiero cero” e invitó a los empresarios a invertir: “Eso lo tienen que hacer ustedes, vamos, háganlo”. En la ocasión estuvo acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el de Desregulación, Federico Sturzenegger, a quienes señaló como los “héroes” que están sacando a la Argentina de su estancamiento.
El presidente libertario no se privó, como es habitual en sus apariciones, tratar de burros a los economistas que piensan diferente. Reiteró sus expresiones, no exentas de agresividad, a quienes él responsabiliza de la decadencia y el quebranto socioeconómico que hoy vive el país.
Mientras intentábamos “desasnarnos” sobre la verdadera esencia de la economía e intentábamos mirar el espejo donde se reflejan los países del primer mundo, no podíamos alejarnos de pensar en la pregunta que se hacía el autor Milan Kurdera: ¿Qué es lo que da peso a nuestras vidas y qué les da levedad?
Ingresando en las definiciones que nos permitían acceder al tratamiento del ser humano, en la medida que nos permite nuestra formación logramos “...encontrar el planteamiento del peso y la levedad como cualidades de la existencia. Aquello que es obra del destino, eso que debe ser, aporta un peso, un significado concreto a las circunstancias. Aquello que pudo haber sido de una u otra forma, indiferentemente, se traduce en ligereza”.
Se nos supone que trasladado a la realidad nacional podemos observar que el presidente dice que: “Estamos saliendo. Se están logrando los objetivos”. Y dió a conocer indicadores y porcentuales que -según su interpretación y la de su equipo económico, ahora sumado al desregulador del Estado-, todo estaría señalando que recuperamos y mejoramos.
Pero si bien tenemos una notoria disminución del índice inflacionario, el BCRA, está secando la plaza y disminuye el circulante, hay una variable indiscutida: “cayó el consumo”. Se come menos que antes y según encuestas realizadas recientemente hay más de un millón de niños que solo comen una vez al día y otro tanto que lo hacen salteado.
El costo de vida se ha elevado notoriamente. La canasta básica ha superado los salarios medios -y para esto no hay que tener una licenciatura en economía- hubo achique intrafamiliar para poder responder a las exigencias esenciales, salud, educación, alimentación adecuada y todo esto siempre y cuando pueda mantener la fuente laboral hoy, sacudida por las necesidades de las empresas, muchas de las cuales están en proceso de ajuste interno.
En razón de estas disquisiciones nos sorprende, en parte, porque es posible que el presidente tenga razón y no se alcance a comprender la economía como él la ve. Aunque sería importante que Javier Milei se percate que gobierna para 47 millones de argentinos, muchos de los cuales no han podido acceder a niveles educativos primarios.
Por eso se percibe que en su profunda disertación esté pretendiendo quitarle peso al mundo (diegético) a través de un punto de vista narrativo que se caracteriza por una mirada indirecta y disolvente de la compacidad.
Plantea un futuro ideal, que está elaborándose en su cabeza y que pretende trasladarlo al común del ciudadano, que lo único que entiende es que no llega a fin de mes, o que perdió el empleo. Que sus hijos ven mermadas sus posibilidades de tener un futuro a corto plazo, entre otras frustraciones que hoy son parte de la sociedad argentina.
Otro aspecto señalado al referirse al plano de la economía, durante su exposición ante los empresarios dijo: “- Actividad económica: Todo esto que estamos haciendo rinde resultados. Cuando empiezan a mirar el mapa o semáforo de actividad, cada vez avanza más el color verde y técnicamente la recesión tuvo su peor momento entre abril y mayo. Los econochantas decían lo peor estaba por venir cuando nosotros decíamos lo peor ya pasó”.
El argentino de a pié pretende ver resultados y en su gran mayoría está alejado de las ecuaciones económico-financieras. Su preocupación es cómo llegar a fin de mes sin sobresaltos. Cómo facilitarle el medio educativo-formativo a sus hijos. Evitar la disgregación familiar cuando los más jóvenes deciden buscar otros horizontes desarraigándose de sus hogares.
En síntesis, una conferencia más. Promesas y relatos que hasta ahora no se han podido notar en la vida cotidiana. La intrascendencia como una de las aristas de la levedad con la cual nos estamos manejando.
Mientras nos dan clases que no entendemos, las peleas internas están en su apogeo y quien había resuelto no viajar -Javier Milei- por un tiempo, ya programó su viaje a México para dar una charla en jornadas liberales.
Un juego difícil de entender, pero que no se disfruta, sino que sufre gran parte del país.
Escriba su comentario