SÁBADO 13 de Diciembre de 2025
 
 
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“La calma que precede a la tormenta”

Este refrán anima a ser optimistas cuando las circunstancias son adversas, al afirmar que pueden cambiar rápidamente y pasar a una situación favorable en poco tiempo.

Ruido, ruido y más ruido es lo único que escuchamos desde hace una semana, todos especulaban conque se darían en un breve lapso de tiempo una serie de acontecimientos que podrían entrañar más incertidumbre o aclarar el panorama a futuro.
Entendemos que ninguno de estos aspectos hoy se ven reflejados en el escenario político argentino. Todo lo que se observa es que la turbulencia sigue siendo un factor preponderante en la escena, pero existen dudas -muchas- en todos los sectores, tanto oficialistas como opositores.
Salió del foco, a quien todos apuntaban: el presidente Alberto Fernández. La impresión que se puede recoger -en estas primeras horas- es que se quedaron sin “puchinball” y ahora se miran entre ellos para ver qué enemigos buscan.
Reiteramos una reflexión que ya realizamos en una entrega anterior, alguien, muy cercano al titular del Ejecutivo Nacional, pergeñó una estrategia que descolocó el “mercado de pases”.
Algunos rápidamente comenzaron a probarse el traje de candidato. Aparecieron los que estaban tras las bambalinas del teatro político y que no se animaban a poner a prueba su potencial electoral, para competir por una elección presidencial.
El tiempo que media no es tan amplio que permita a algunos de los que se autopostulan como posibles lograr alcanzar conocimiento y peso en todo el país.
Caso gobernadores, que sí pueden tener predicamento en sus provincias y tal vez algunos estados de alrededor, pero proyectado al país es -en algún caso- un ilustre desconocido.
Alguien mencionó el caso de Néstor Kirchner, como un ejemplo de cómo un gobernador puede llegar a posicionarse para alcanzar el sillón de Rivadavia. Pero omiten -como un dato trascendente- que fue respaldado por el ex presidente Eduardo Duhalde y, así y todo, solo logró el 22 por ciento de un electorado que, fundamentalmente, lo desconocía.
Por otra parte, en aquella oportunidad lidiaba con un político desgastado, como Carlos Menem, que consideró que en el balotaje al que debía someterse no superaría al patagónico, que respondía en este caso a la búsqueda del cambio.
Se está produciendo una reiteración de episodios ya vividos, con una variante que deberá ser evaluada racionalmente. La política se enfrenta al gran cambio que un target joven, que tendrá la oportunidad de emitir su primera o segunda opción como votante, muestra perspectivas de que se produzcan las variables que el modernismo está imponiendo en el mundo.
Resultará -para la clase política- uno de los escollos que deberá sortear. Es evidente que una gran parte de la ciudadanía quiere otra cosa. Pretende dejar de estar sumergido en esta zozobra económico-social en la que se está moviendo en la actualidad, para obtener respuestas de la dirigencia que pretende llegar a los ámbitos de poder.
Estas acciones -como la ejecutada por el Presidente- generan desconcierto, tanto en las filas del oficialismo como de la oposición.
En los primeros, esperan ahora que hable Cristina Fernández de Kirchner y que de su posición aparezca un nombre. Mientras tanto son varios los que están en las “gateras”. Toda una incógnita para la que nadie tiene respuestas que ofrezcan certezas. Solo son opiniones ideologizadas que hay que tomar con sumo cuidado.
En el sector opositor, llámese Juntos por el Cambio, donde litigan fuertemente PRO con varios candidatos y la UCR, hasta ahora con un solo nombre el jujeño Gerardo Morales, también cunde el desconcierto.
En otro andarivel, el fundador de La Libertad Avanza, Javier Milei, que cada vez se retrae más en sus expresiones públicas y hace de sus silencios respuestas muy sonoras, y cuando habla, que lo hace circunstancialmente eligiendo a sus escuchas, tira una bomba que sacude todo el andamiaje ciudadano, por lo aventurado e irrealizable.
Como podrá apreciarse se habla demasiado, se promete mucho y las realidades nos señalan que: esto ya lo vivimos muchas veces.
Si bien es cierto que “el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, tantas veces cometemos el mismo error que vislumbramos una sociedad que está aprendiendo.
No se distingue ni se alcanza a percibir -salvo en determinados y muy puntuales sectores- que haya un convencimiento que permita inferir hacia dónde puede ir dirigido el futuro voto.
Este síntoma es premonitorio que las PASO, primero, la primera presidencial en Octubre, y presuntivamente el balotaje en noviembre, pueden resultar, en cuanto a nombres, toda una sorpresa.
El enojo de los mansos, que hoy resisten los embates de una clase política que no los interpreta, puede ser la gran respuesta a futuro. Las urnas hablarán, solo hay que esperar.
 

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