El hospital Gobernador Centeno de esta ciudad recibió la certificación nacional de Salvaguarda Ambiental, constituyéndose de esta manera en el único establecimiento de salud de la provincia que posee una distinción de estas características, logrando que los residuos biopatogénicos sean manejados adecuadamente, garantizando así su buen tratamiento.

Sobre cómo se gestó esta iniciativa, Marisa Gómez contó a este medio que “en el 2018 decidimos aplicar en el área técnica de Salvaguarda Ambiental que posee el Ministerio de Salud de la Nación, un programa que se implementa a lo largo de todo el territorio nacional basado en distintos estándares”. 

Es sabido que existen normativas a nivel nacional y provincial de lo que es manejo de residuos hospitalarios, “lo que uno hace es cumplimentar la normativa; en este caso puntual, Marcelo Casanovas, referente provincial sobre manejo de residuos biopatogénicos, fue quien nos invitó a sumarnos a la iniciativa; llenamos dos veces la matriz de ponderación de gestión de residuos para establecimientos de salud y siempre nos dio color rojo; la tercera mejoró a un amarillo y finalmente la del 2023 dio verde, lo que significa un manejo adecuado” y agregó “para mi sorpresa nos comunicaron que éramos el único hospital de la provincia que calificaba correctamente y la verdad es que nos puso muy contentos, fue un trabajo muy arduo”.

Para describir el camino recorrido, la entrevistada contó que “lo que comenzamos a hacer en 2018 fue, por ejemplo, rotular las bolsas de residuos patológicos, desde poner el servicio, el horario, el responsable que la entrega; es decir, el rótulo sale con mucha información por cualquier eventualidad que esa bolsa pueda causar”, explicó.

Agregó que también empezaron a trabajar “capacitando al personal sobre la correcta segregación del residuo; tenemos que pensar que el 80 por ciento del residuo hospitalario es similar al que generamos en nuestros hogares, solo el 20% tiene un componente biopatogénico, por lo que no hace falta que llegue a un tratamiento final una bolsa que no tenga residuos biopatológicos, justamente uno de los objetivos importantes que establece la normativa para el reconocimiento obtenido, es esto último”.

“Llegar a esta certificación implicó todo lo que se hizo desde que comenzamos a rotular las bolsas de residuos patológicos, como capacitar, comprar recipientes acordes y de los colores correspondientes, mejorar el depósito final de residuos, la señalética, son muchos factores que fueron sumando a la hora de llenar la matriz de ponderación”.

Y continuó: “La misma tiene distintos puntos y en ella se evalúa lo que es gestión, por sobre todas las cosas; la documentación, las características edilicias y el tratamiento que se le da a los residuos; todos puntos en los que fuimos trabajando en estos años teniendo en cuenta que comenzamos sin tener casi datos del residuo que se generaba, es más, una de las primeras acciones fue comprar una balanza que se ubicó al lado de nuestro depósito, a los efectos de pesar el residuo para saber cuántos kilos, por cama, por día, generamos, lo que es un dato básico en la matriz”.

“Fue un proceso largo, de mucho trabajo, es muy bueno recibir el reconocimiento pero tenemos un gran compromiso en seguir trabajando en esto ya que hay que mantenerlo; el próximo paso será llegar a ser hospital de referencia, de lo que estamos bastante cerca”, admitió.

En relación a otros residuos, indicó que también se separan papeles, en blanco y color, para reciclar, envases plásticos, los camisolines descartables se procesan, se lavan, se desinfectan y se hace otro tipo de elemento con esas telas, como bolsas para insumos, cofias, cubre calzados; “todas estas acciones nos suma mucho y tienen que ver con el desempeño de un grupo de gente maravillosa que trabaja con un mismo fin y a la par”, completó.