SÁBADO 13 de Diciembre de 2025
 
 
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¿Cuál es el límite?

Creo que eso deberíamos preguntarnos los argentinos, cuando desarrollamos, tratamos o reflexionamos sobre diferentes temas que trata la ‘inclusión social’.

En el mundo, uno de los factores a los cuales se apunta, es al logro de establecer todos los mecanismos que permitan una integración social de aquellas personas que presentan alguna limitación; que de ninguna manera les impide realizar diferentes tareas y que en muchísimos casos han evidenciado tener un desarrollo mental mucho más formado que el común de los ciudadanos.
Durante muchos años hemos visto convivido con una sociedad que no lograba comprender al discapacitado. De esta manera procedía a segregarlo e impedirle acometer tareas que hoy las desarrollan con total eficiencia.
La inclusión social es el proceso de mejorar la habilidad, la oportunidad y la dignidad de las personas que se encuentran en desventaja debido a su identidad, para que puedan participar en la sociedad.
Es el acceso de toda persona, a la educación, servicios de salud, oportunidades de trabajo, vivienda, seguridad, etc. dentro de una sociedad; sin importar su origen, religión, etnia, capacidad intelectual, situación financiera o cualquier otra forma de discapacidad por la cual durante muchos años se los discriminó.
Esta introducción viene a cuento en razón de la profunda indignación que produjo un personaje, que está incorporado al sector político que preside Javier Milei, La Libertad Avanza. se trata de Lucas Luna; quien se postulaba para el Parlasur por el partido libertario, criticó y discriminó públicamente al politólogo Franco Rinaldi, quien competirá en las próximas PASO encabezando la lista de legisladores porteños de Jorge Macri. “Nadie quiere votar a un discapacitado”, dijo frente a más de mil personas.
La reacción de repudio fue generalizada al punto que a las pocas horas de trascender y recibir críticas de todos los niveles, presentó su renuncia, se supone forzado por las circunstancias que -indudablemente- afectaban directamente al candidato a presidente por el sector mencionado.
Franco Rinaldi, conocido y prestigioso profesional respondió a la desubicada expresión del candidato de Milei, manifestando sentir: ‘Un rechazo profundo a las declaraciones del usuario Sagaz, que entiendo se llama Lucas Luna y es precandidato al Parlasur por el partido de Milei. El tono de sus dichos me generó mucha pena y sus afirmaciones, que considero sinceras, pese a cierta socarronería, son incorrectas”.
Buscamos la sana convivencia, el respeto y la consideración del otro. Se brega por lograr una integración inclusiva de quienes pueden tener alguna discapacidad. Lo importante es entender que el mundo está abierto a sumarlos en distintas actividades, incluidos los deportes de todo tipo y naturaleza.
Estos signos que surgen de inadaptados sociales, son parte de la necesidad que tiene la sociedad de revertir sus efectos negativos, que conspiran con un estado social igualitario.
Rinaldi, lo mismo que la hija de Luis Juez, candidato a gobernador en la provincia de Córdoba, quien llevó a su hija -discapacitada- por primera vez a emitir su voto, recibieron frases y expresiones negativas de parte de quienes pretenden formar parte de la política argentina.
Y en realidad lo que pusieron en evidencia es que su formación, social, ni hablemos de la intelectual, mostró un profundo desequilibrio psicológico, falta de adaptabilidad para vivir en sociedad, donde todos somos iguales. Porque como dijo un reconocido especialista en relaciones humanas ‘en el fondo todos somos discapacitados’.
Este es uno de los tantos ejemplos que a diario vemos -algunos expresados abiertamente- otros encubiertos en actitudes que hablan del rechazo que sienten por quienes están dentro del marco de alguna inhabilidad. Eso nos convierte en una sociedad a la que todavía le falta mucho camino por recorrer para hacer real y efectiva la inclusión social, como una obligación.
Es un imperativo de nuestra sociedad responder positivamente a los estímulos que provienen de organismos dedicados a formular normas específicas para que tomemos conciencia que la discapacidad no es de ninguna manera la imposibilidad de que los que padecen alguna forma de problema discapacitante puedan desarrollar tareas, estudiar, proyectarse en cualquier actividad encuadrada a sus recursos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la inclusión como el proceso de asegurar que las personas con minusvalía tengan el mismo acceso, participación y oportunidades que el resto de la población.
Lo que surgió de dos ‘personajes’ es -lamentablemente- la actitud que se ve en muchos integrantes de la ciudadanía. Existe una necesidad imperiosa de erradicar esos gestos y que con la inclusión unamos nuestros esfuerzos para mejorar nuestra sociedad. 
Sumando trabajos, eliminando barreras y dejando atrás estereotipos, creamos un espacio social donde la diversidad que radica en nuestras fortalezas, experiencias, aprendizajes y habilidades: sumen.
Es un imperativo en Argentina hoy.
 

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