Cuando surgió, impelida por los “trolls” mileistas la novedad que “El Jefe” Karina Milei se perfilaba como una posible candidata política a futuro, fue convulsionante, atento a la específica función que cumple desde la Secretaría General de la Presidencia y resultando la primera referente de su hermano el presidente Javier Milei.

Más allá de las desmentidas, se hace difícil retroceder de este tipo de anuncios, fundamentalmente cuando, como refrendando lo anticipado, realiza la primera reunión para iniciar la integración de una fuerza política que tenga representatividad en todo el país.

Este primer encuentro, realizado en la Capital Federal, concentró a más de 2500 personas, quienes cumplieron con el requisito de afiliación partidaria, punto de partida, que según adelantaron, tienen pensado repetir en todo el territorio nacional.

La “movida”, según medios capitalinos, no habría contado con el visto bueno del presidente Milei, su hermano, que en un reciente encuentro periodístico con el canal web Neura, había sostenido ante una pregunta relacionada con la posibilidad de un nuevo mandato presidencial: ”Si todo sigue como hasta ahora, y los números de la gente me responden positivamente, ninguna duda”.

El lanzamiento del armado libertario de Karina Milei generó -dicen- el primer cortocircuito con su hermano y complicó la relación con el PRO. Si bien no se ha conocido oficialmente qué pensaba, desde su “círculo rojo” expresaron que: “Milei pone reparos al armado libertario de Karina y estaría marcando la primera diferencia con su hermana, a quien distingue como su principal asesora y sería incondicionalmente -hasta ahora- totalmente fiel al compromiso de acompañarlo y respaldarlo en todo, mientras sea presidente”.

El tema de las desinteligencias tiene otras connotaciones, tal el caso de las maniobras que realizan Martín Menem y Karina Milei para bajar a Marcela Pagano y desarmar las comisiones que cerró Zago.

Estos movimientos han provocado un sismo de importancia en el bloque libertario que enfrenta la posibilidad de una fractura interna. Situación que complicaría los votos para el tratamiento del DNU, que viene con un rechazo del Senado y la “remozada” Ley Base recientemente enviada.

Como ya ocurrió en otras oportunidades, cuando se manifiesta un posible nuevo frente adverso, al presidente le coincide con su alejamiento del país, en este caso un periplo que cubrirá Miami, Austin (Texas), Copenhague, donde cubrirá una extensa agenda con diversas entrevistas y actos.

Lo acompaña su hermana, Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, como es ya habitual en estas salidas, que, naturalmente en esta oportunidad, tiene alguna connotación por el revuelo político interno que los últimos acontecimientos de LLA, han provocado.

El viaje servirá para el proceso de recomponer y alinear filas dentro del cuadro libertario. Es evidente que en los próximos días se podrán apreciar quiénes operarán como “fusibles” en este proceso que ha tenido como protagonistas al “dúo de los hermanos Milei”.

Resulta difícil creer que pueda haberse producido un quiebre entre Javier Milei y su hermana Karina. El viaje en soledad podría señalar la necesidad de procurar un reacomodamiento que les permita seguir manteniendo el poder sin fisuras, para evitar se puedan filtrar situaciones incómodas que los debiliten partidariamente.

El juego sigue. Los “chisporroteos” alteran el normal desenvolvimiento de la Cámara de Diputados en donde el jefe del bloque oficialista Oscar Zago intentó posicionar a la legisladora Marcela Pagano como presidenta de la Comisión de Juicio Político y el titular de la Cámara baja, Martín Menem, desconoció la designación de Pagano en la mencionada comisión, provocando la continuidad de la interna oficialista en Diputados.

También en esta movida se perciben diferencias entre lo que pretende Karina Milei y aquello que ha señalado el presidente que debe ocurrir. Puede estar acordado para desgastar a los nombres mencionados y “salomónicamente” disponer quienes los reemplazarían para evitar posibles quiebres que pudieran fracturar el bloque.

En síntesis, los movimientos del presidente Javier Milei no hay que interpretarlos por lo que se ve sino encontrarle la intención que persigue para tener una respuesta que se acerque a su intencionalidad política.

Todo un teorema “mileista”. Se muestra un posible sismo, mientras operan un formal reacomodamiento de sus filas, evitando posibles grietas y divisiones internas.

Una manera “maquiavélica” de seguir siendo el que decide y único con poder.