En una época donde todo es denostado y la sociedad esta enojada con las dificultades que nos plantea a diario una forma de vivir, con un profundo quebranto en lo social, económico y de anormal convivencia, esta bien que paremos un poco y miremos que no todo es negativo y que lo positivo nos anima a continuar en nuestra lucha día.
Mañana es una jornada especial, 1º de mayo, fecha en que se instituyó el Día Internacional del Trabajador en conmemoración de la sangrienta represión que sufrieran los obreros de la fábrica McCormick, durante varios días de abril y mayo de 1886, en la ciudad de Chicago.
Un momento trágico en la vida de las y los trabajadores, que siempre ha sido recordado como un hito trascendente, atento a que es un acontecimiento puntual y significativo que marca un momento importante en el desarrollo de un proceso o en la vida de las comunidades.
Ese día se iniciaba una huelga de la que participaban 200 mil trabajadores, que ponían en jaque a uno sector empresario de reconocida fuerza y solvencia económica y que, justamente en razón de ello, las autoridades decidieron reprimirla de una manera sangrienta.
Fueron, los que murieron y los que lograron sobrevivir protagonistas de una nueva historia en la vida del trabajador. Las reacciones que se produjeron en gran parte del mundo industrializado de la época, generó un nuevo status, conformándose los primeros atisbos de la negociación- hoy denominadas- paritarias.
Vale la pena recordar que se reclamaba, en aquella oportunidad. Ese 1° de mayo, hoy Día Internacional del Trabajador, en homenaje a un grupo de trabajadores anarquistas, conocidos como los “Mártires de Chicago”, se pretendían un dia de trabajo de 8 horas, cuando les exigían cumplir jornadas agotadoras de hasta 16 horas diarias.
Fue el comienzo de una nueva etapa. Lo sucedido hizo tomar conciencia que algo no estaba funcionando bien y que si bien se inicio un nuevo recorrido en la vida laboral por la acción del anarquismo, ideología política que busca conseguir la emancipación del hombre de todo tipo de organización jerárquica que limite coactivamente la libertad del ser humano, fue lo que encendió una llama emancipadora que comenzó a ser mirada con mucha atención por el mundo nuevo en desarrollo.
La fecha se instituyó por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París, Francia, en 1889.
Ese síntoma llegó al país, con la primera conmemoración que tuvo lugar el 1º de mayo de 1890 en plena zona de la Recoleta donde se celebró por primera vez el Día de los Trabajadores en la sede del Prado Español. Aproximadamente unas dos mil personas se reunieron ese día, organizado por el club de trabajadores alemanes Vorwärts a la que fueron convocados todos los asalariados, allí se presentó un manifiesto en el que se explicaba que resolvían fijar el 1º de mayo como el Día de los Trabajadores.
Ya los sectores más poderosos habían comenzado a recomponer sus sistemas laborales y procurar entender, a través de los representantes internos de los trabajadores, reclamos que naturalmente llevaban a la negociación. Pero aún faltaba mucho camino por recorrer.
Argentina ya miraba la necesidad de una reacomodamientio laboral que contemplara otros aspectos, en relación a los trabajadores y trabajadoras. Es así como en 1929, Hipólito Yrigoyen estableció por ley la jornada laboral de ocho horas en Argentina.
La lucha de los mártires de Chicago, no había sido en vano, la clase trabajadora iba en busca de sus reivindicaciones laborales, logrando, en muchos aspectos, obtener legitimidad en los reclamos de sus derechos.
Vinieron muchas jornadas plagadas de dificultades, hasta que durante la gestión del presidente Juan Domingo Perón se dieron las formulaciones laborales más trascendentes. Cabe recordar que decía Perón de la clase trabajadora: “...aparecen como quienes generan la riqueza, y como el sector social desde donde parten las soluciones a los problemas nacionales, por eso en el 74 afirma que ‘en la comunidad a que aspiramos, la organización de los trabajadores es una condición imprescindible para la solución auténtica de los problemas nacionales’”.
Después la historia fue mostrando que una de las columnas que sostienen, crecen y ofrecen futuro en todos los países,es donde tiene preponderancia la clase trabajadora, que se coloca frente a la problemática de producir.
La fecha impone que repensemos de que manera pretendemos crecer y ofrecerle futuro a nuestros hijos. Los derechos humanos, no están reservados para ningún sector en particular, por eso no podemos darnos el lujo de perder generaciones por no darles la oportunidad.
Este 1ro. de Mayo, llega a la Argentina en un trance de enorme dificultad. No solo en el plano económico y social, sino en la profunda grieta que separa a la gran mayoría de los miembros de esta sociedad.
Vale la pena repensar lo pasado y aprender de aquello que nos legaron quienes hicieron todo para el progreso de los países. Acá nos hemos olvidado hasta de nuestra raíces y no falta quien reniega del país que lo cobija.
Nos esta haciendo falta humildad, reflexión y dejar de lado egos y apetencias personales para mirar el conjunto, como una única chance que tenemos de alcanzar un futuro.
¡¡¡Feliz Día del Trabajador!!!
Escriba su comentario