MARTES 08 de Julio de 2025
 
 
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Una extraña mezcla política con poca claridad...

Siempre hubo en las etapas previas a una disputa electoral, movimientos tendientes a encontrar acuerdos atados por la conveniencia, donde se entregaban valores, dignidades personales y/o partidarias para llegar a estar en el escenario del poder.

Ayer se terminaba de consolidar el negocio entre los restos del PRO y los que conforman La Libertad Avanza, partido gobernante que está condicionando a todos los que se acercan.
En esta oportunidad, fuera del juego el fundador de la línea amarilla, Mauricio Macri, fue Cristian Ritondo el encargado junto a Santilli y representantes de provincias, quienes reunidos con Sebastián Pareja y su equipo que dependen de Karina Milei, llegaron a un entendimiento.
Lastimoso, si cabe el término, los restos del macrismo acordaron porque así fue la exigencia de la presidenta del partido gobernante, Karina Milei, uno de los brazos principales del poder, que los que se plegaban era sin condicionamientos: se enrolan en La Libertad Avanza y van con los colores violetas que distingue a los libertarios.
Más sometidos y entregados no se consigue. Pero ellos consiguieron, con la “panza blanca” del roce contra el piso, ir a disputar legislativas en la provincia de Buenos Aires y tener alguna oportunidad de poner algunos nombres; siempre y cuando los acepte el “triángulo de hierro”.
Se siente un poco de vergüenza ajena; aunque los pasos dados por el generador del sector amarillo, hoy “jubilado” a la fuerza, viene dando tumbos y cometiendo desaciertos desde el mismo momento que, pretendiendo anticiparse, se entregó al mileismo en el balotage que permitió que Javier Milei llegara a la presidencia del país.
Todos los sectores están procurando alcanzar coincidencias, no programáticas y muchos menos políticas, para no quedar afuera de las contingencias de elecciones legislativas, que representan un indicador real de lo que pueden resultar las finales nacionales.
También en ese “pobre círculo virtuoso”, el radicalismo bonaerense que lidera Maxi Abad y el sector de Emilio Monzó, habría avanzado fuerte para armar un frente de centro y competir en las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires.
El acuerdo en principio incluiría a 26 intendentes de la UCR, el sector de Monzó, el GEN de Margarita Stolbizer, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, el partido Unión, Renovación y Fe de Carlos Kikuchi y otras fuerzas vecinales.
También el peronismo-kirchnerismo-kicillofismo, está en esos “arreglos”, buscando nombres que tengan respaldo, entendiendo que las elecciones de setiembre -en el principal distrito electoral del país- son un puente tendido para las nacionales del 2026 y del 2027.
La realidad indica que la Argentina emprendió un camino de cambios y variables que fundamentalmente apuntan a darle conciencia al voto que se emita.
Ya no cuenta demasiado el sentido ideológico, sí mucho el “bolsillo”, la incertidumbre del futuro y la necesidad real de creer en algo que les permita pensar que aún hay tiempo de recuperar lo perdido.
Se hace difícil, a partir de aquello que se está observando, generar un pronóstico.
Hay conocidos encuestadores, analistas políticos y algunos renombrados consultores que intentan armar una estructura electoral basada en resultados de una economía que, aún, no se muestra claramente definida.
Otros, más pesimistas, sostienen que el gobierno libertario está realizando ingentes esfuerzos para evitar un quebranto en los mecanismos financieros-económicos y del mercado que postergue las ambiciones del presidente Javier Milei, que sigue sosteniendo que Argentina está en plena recuperación.
El lanzamiento de una opción fuerte de centro, sumado al desconcierto que se produce en los otros arreglos, podría ser una mala noticia para el gobierno.
Es evidente que un escenario central, equidistante de las otras posiciones, podría fagocitar votantes a LLA y no al peronismo. En una elección que se prevé polarizada, el crecimiento de una tercera opción podría ser determinante y fijar parámetros que resulten atractivos para el votante.
El tiempo dirá quiénes fueron los que acertaron. La realidad indica que deben comenzar a escuchar a la gente.

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