No es una novedad dado que los mercados del mundo venían previendo que las medidas económicas y aplicación arancelaria de los EEUU generaría una debacle económico-financiera de proporciones con caídas muy pronunciadas en las bolsas y las consecuencias que eso entrañaría en los mercados.
Y así resultó. La determinación y ratificación del presidente republicano Donald Trump de mantener los lineamientos de su futura economía completó la incertidumbre mundial y la pronunciada caída de papeles financieros mostraron que se producirían daños de envergadura inesperada, fundamentalmente en países productores de granos, petróleo, farmacéuticos, resultando un fuerte golpe financiero la fuerte caída de las cripto-monedas.
Las principales bolsas de Asia y Europa registraron fuertes caídas ante el temor creciente a una recesión a gran escala, provocada por la intensificación de la guerra comercial tras los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos a sus principales socios. La reacción de los inversores fue inmediata y generalizada, con desplomes históricos en varios mercados.
La Unión Europea le ofreció a Estados Unidos un arancel cero para bienes industriales; la oferta la realizó Ursula Von der Leyen y está a la espera de la respuesta de Washington.
De todas maneras, la UE está elaborando un programa de gravámenes que podrían fijarse en un 20 por ciento a todos los productos del país norteamericano si las negociaciones se frustran y Donald Trump mantiene la postura de sostener la escala arancelaria, que depende de -en algunos casos- respondan a las exigencias del mandatario de los EEUU.
Se suponía, una vez instrumentada la escala de aranceles, el mundo financiero, económico y productivo comenzaría a evaluar el daño que podrían ocasionar internamente y basados en las necesidades internas y en el desarrollo productivo, fundamentalmente en el ámbito energético, petróleo, comenzar a tomar las medidas que correspondan a cada caso en particular.
Los más poderosos ya iniciaron la rotación de los aspectos comercializadores y los contactos para establecer nuevos mercados. La esperada reacción de Donald Trump, no sorprendió, atento a los lineamientos de su política económica ratificando integralmente lo anunciado y adelantando que el programa de hacer prevalecer a los EEUU en el mundo, sigue en pie.
Argentina no será ajena a los cimbronazos que provocarán los aranceles que serán aplicados, fundamentalmente en lo que se refiere al mercado exportador de granos y al petróleo, aunque también sufrirán los efectos de un mayor peso impositivo otras líneas productivas, generando un problema de competitividad que, por ahora, no está resuelto.
Varios economistas argentinos han dado a conocer sus opiniones respecto a las incidencias que podrían producirse en el país, por el efecto modificación arancelaria.
Un 10 por ciento, si bien no es comparable al que aplica a otros países, caso China, UE, en la situación de quebranto y debilidad económica de la Argentina, se sentirá muy fuerte en algunos rubros y niveles comerciales.
Entienden que los impactos más severos serán sobre la agroexportación, o en el petróleo, más allá que aún del 10 por ciento Argentina puede mantener ganancias sustanciales al exportarlo. <EM>Donde mayor efecto tendrá es en la caída de los precios de las commodities. El petróleo y la soja, dos de los productos clave en las exportaciones argentinas, han visto reducciones significativas en sus precios internacionales.
El tema es realmente complejo y tiene muchas aristas donde existen divergentes interpretaciones, dadas las consecuencias que podría acarrearles a futuro un mercado arancelario que comience a frenar sus producciones, provocando quebrantos internos.
Un aspecto que merece una consideración especial es la relación de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El economista Jorge Vasconcelos, en una entrevista lograda por el portal Infobae destacó que “el principal tema que aún estaba pendiente en las negociaciones entre el gobierno argentino y el FMI era la política cambiaria”, agregando que “Argentina está devaluando el peso al 1% mensual, y claramente este mundo no es para un peso atado al dólar, al 1% mensual”.
El otro economista al cual el presidente Javier Milei le presta especial atención, es Juan Carlos de Pablo quien señaló que “la situación de los mercados globales obedece al derrumbe realmente generalizado, producido por el presidente Trump, que sacudió la economía mundial y naturalmente a la Argentina”.
Un panorama económico global que recién empieza, obligando a los países que se verán afectados por los lineamientos arancelarios y de ajuste que puso en marcha el presidente republicano Donald Trump, a tomar severas medidas en lo que se refiere tanto al mercado exportador como importador.
Argentina, sin novedades en torno al problema que hoy sacude al mundo financiero y tampoco en lo relacionado al posible acuerdo con el FMI.
Javier Milei enfrenta uno de sus momentos más difíciles desde que comenzó a gobernar.
Zozobra interna y externa, plantea la necesidad de reformular el paradigma de LLA, si es que mantiene sus planes de permanecer en el poder.
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