LUNES 15 de Diciembre de 2025
 
 
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Un incierto panorama político

Hoy aventurar, conjeturar y o pretender tener una idea clara y precisa sobre el desarrollo de la actividad política en el país, es jugar a la “pirinola” y siempre sacar el “pierden todos” o “todos ponen”. como mejor te venga.

Existe una notoria decadencia de los sectores que hoy pelean en diferentes escenarios para alcanzar cargos en el poder de la actividad pública, ya sea legislativos que se dirimirán en octubre, o bien, preparar las estructuras para tener bases sólidas para el 2027.

Se percibe una implosión generalizada que afecta a todos los partidos, evidentemente a unos más que a otros, generando cambios, pases, la pérdida de identidad partidaria, todo en aras de lograr ubicarse en algún lugar que le ofrezca determinado posicionamiento.

Estas variables siempre existieron, pero eran moderadas, con cierto respeto hacia la ciudadanía, que en definitiva son quienes les podrán brindar respaldo electoral.

Las de hoy se desarrollan con virulencia, no existe consideración personal por nadie, es una lucha despiadada, agresiva, que muestra un exceso real de ambición para poder llegar. Una realidad que tiene principios claros en la política libertaria donde, quienes participan de sus equipos, son necesarios durante un determinado tiempo, pero mantienen siempre la condición de prescindibles y pueden ser descartados ante cualquier actitud o acción que se pueda considerar lesiva para los fundamentos de La Libertad Avanza.

Esta manera de hacer política se ha internalizado en todos los ámbitos, lo mismo que cambiar de orientación ideológica, dado que de ello depende el ser nominado para estar en alguna de las listas que dirimirán en setiembre en el mayor distrito electoral del país, la provincia de Buenos Aires y posteriormente definirán en octubre en los cargos legislativos nacionales.

Otro detalle que llama poderosamente la atención, son los cambios que se van observando en los datos que surgen de encuestadoras conocidas, similares a los conceptos que vierten analistas y consultores políticos, que marcan opiniones desde sus oficinas en Capital Federal, Córdoba o Santa Fe y las proyectan a todo el país. También, en estos balances se perciben los manejos que se realizan de determinados datos que se suman a los escenarios del desconcierto generado, que tiene gran parte de la sociedad.

La crisis político-institucional que se agrava en la medida que pasan las horas y que enfrenta al presidente libertario Javier Milei y la vice presidenta Victoria Villarruel, ha ganado espacios internacionales, provocando serias reservas en quienes -en algún momento- elogiaban la política interna argentina y señalaban una recuperación, que a todas luces era irreal, hoy plantean sus dudas y temores.

Que un vocero presidencial, se presupone, con anuencia y ha pedido del presidente, salga a denostar la figura de la vice presidenta del país, está señalando que la crisis gana en altura y tiende a generar -a futuro- reacciones que pueden deteriorar al normal desenvolvimiento democrático.

Estos sucesos anómalos, discordantes, también están sacudiendo la modorra política de los Estados Provinciales, los movimientos internos partidarios, ya sea oficialistas u opositores, están sufriendo el mismo desgaste y van perdiendo peso en las comunidades que, en alguna medida, se siente engañada ante las maniobras que tienen como objetivo ganar un voto más.

Hay ciertos cambios que muestran que las sociedades están sufriendo transformaciones radicales en torno a sentir adhesión política. Se puede decir que han experimentado un proceso de desencanto, desafección política, o apoliticismo, dependiendo del grado y la causa de esta pérdida de interés o apoyo, son el clima adverso que se produce. 

Esa misma circunstancia aparece cuando se trata de quienes alguna vez sustentaron un poder, cuasi omnímodo y por razones propias del paso del tiempo, siguieron manteniendo liderazgos. Se le reconocen capacidades y se convierten en medios de consulta, pero va desapareciendo el mando. Son escuchados, pero han ralentizado la obediencia y si bien reconocen a los mentores, va prevaleciendo la decisión personal, por sobre el mandato que siempre había existido.

También, este desgaste se suma al desconcierto de las formas de hacer política en la actualidad. Con ese detalle cuenta Javier Milei, para imponer en tiempo y forma un liderazgo que esta reemplazando a la figura de los políticos tradicionales, a los cuales, el denomina: “La casta”.

El futuro dirá si acierta o siguen prevaleciendo los “caciques”. La realidad la tiene en sus manos la sociedad, que en definitiva será la que imponga las condiciones del gran cambio.
 
 

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