VIERNES 29 de Marzo de 2024
 
 
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Un dólar a medida de cada necesidad 

Ya no sé cuántos tipos de dólares conviven en el país. Y tampoco sé cuantos más se seguirán instrumentando según sea la condición de quienes compran, venden, tarjetean, especulan, viajan, ven fútbol o van al teatro. Aunque también depende de las demandas, de las presiones y extorsiones de cada sector.

De la libreta del almacenero y del tiempo de la yapa hemos llegado a esto (tan argentinos que éramos...): Hoy y aquí, la vida se organiza para los usuarios según los tipos de cambio diferenciados y las diversas cotizaciones existentes para la moneda norteamericana. Mejor dicho, la vida de quienes todavía tienen alguna capacidad económica.

Si seguimos emparchando la cubierta sin decidirnos a cambiar la rueda se crearán nuevas opciones según las demandas ciudadanas. Así aparecerán el dólar piquetero para importar carpas; el dólar ñoqui para los ocupados por el Estado a quienes les quepa el sayo; el dólar clientelismo para los acomodados; el dólar Milei para los libertarios; el dólar retorno para los empresarios que le hacen obras al Estado; el dólar camionero para los chantajes en fábricas; el dólar divorcio con perspectiva de género; el dólar hotel alojamiento para la dolce vita; el dólar mapuche para incorporar tierras de la Patagonia, y el dólar policial para adquirir gases lacrimógenos y balas de goma.

Lo dramático es que esta situación está creando una psicosis, incluso entre aquellos que jamás operan con divisas y que ignoran la razón de tantos cálculos.

Una familia de apellido Medina me consultó sobre si no será posible disponer de un dólar especial para sus miembros. Argumenta que se trata de una familia numerosa que viaja permanentemente a Ojeda, ya que ellos son nativos de esa localidad aunque ahora viven en Pico.

La nueva denominación podría ser “dólar Medina” o “dólar Ojeda”. Ignoro qué cosas podrán comprar los Medina en Ojeda y en dólares... Creo que quieren tenerlo por las dudas...

Y lo que más impresiona es que estas innovaciones se dan a gran velocidad. A una velocidad que resulta proporcional a la desvalorización del peso argentino.

A propósito de esto me resultó tragicómica la escena producida en una clínica médica: El paciente vuelve en sí y pregunta por el valor del dólar blue.

Está a 330 pesos. - le dice la enfermera.

-Ah la mierda... ¿Cuánto tiempo estuve en coma?

-Veinte minutos.

No hay caso. Seguimos atentos a las monedas, a las subas, a las alzas y a la necesidad imperiosa de defender los ahorros antes que se los coma el lobo.
Y yo también caigo en ese lugar común. Justamente yo, que siempre pensé que el dinero no hace la felicidad... del que me lo prestó...

Por Hugo Ferrari - Especial para LA REFORMA

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