SÁBADO 27 de Abril de 2024
 
 
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Un castillo de arena...

Es indudable que resulta tremendamente dificultoso darle estabilidad a las cosas que no tienen más que el volumen que se pretende. En varias entregas hemos analizado los contenidos ideológicos del liberalismo, del anarcocapitalismo, y buceado en la historia de la política para encontrar referencias que nos permitan entender hacia dónde pretende ir el presidente Javier Milei.

Hablamos de que se está construyendo una “realidad ficticia” sobre parámetros sociales - económicos y financieros que no tienen nada de imaginario o falso sino, que son estructuras concretas sobre las cuales se fue edificando una Argentina, que tuvo momentos de brillantez y hoy está en franca decadencia.

Leíamos en el medio capitalino La Política Online que “se había producido tensión entre Milei y Caputo porque los primeros datos de las cuentas públicas de febrero decepcionaron al Presidente. Todo indica que volvió el déficit financiero y el superávit fiscal se redujo de manera drástica y eso sugiere que volvió el déficit financiero”.

Una posterior indagación sobre un tema, tal vez el que mayormente preocupa y desvela al presidente Milei, señala que las urgencias gubernamentales para apurar aprobaciones de DNU y Ley Base puede tener un claro motivo: se está cayendo el “castillo de arena” que en escasos 80 días de gobierno, pudieron levantar para robustecer el paradigma que llegaron para producir el “cambio ya”.

Si bien aún no se conocen los datos oficiales, ya trascendieron números que regresan al rojo, en las cuentas públicas. El dato que circula entre los economistas y señala, que este suceso era esperable, en tanto, muchos habían sostenido que las medidas eran “explosivas” pero, paliativos para un problema que requería la formulación de un programa más amplio donde se consideraran todas las posibles variables, situación que no se ha producido.

Sobre este andamiaje endeble, cambiante, disruptivo, en muchos casos con profundas contradicciones y estrategias que intentan mostrar que el poder lo tienen y lo ejercen sin concesiones, van avanzando en su proyecto liberal, del que ya muchos entendidos en materia política económica, sostienen que muestra muchas debilidades, a las que pretenden fortalecer ejerciendo un mando cuasi dictatorial.

De las incongruencias presidenciales ya se habla como una situación normal inherente a la forma de ser, conflictiva, de Javier Milei. El excesivo uso de la red social de su preferencia X ( ex Twitter), plantea una nueva forma de interrelacionarse con la sociedad.

A través de esa vía acomete, agrede, arma escenarios que después tiene que transformar en disculpas que, solo señalan, que el camino elegido no resulta el más adecuado. El más rápido y contestario, sí, pero difícilmente conduzca una forma de convivencia que hoy nos favorezca en el clima complejo por el que transitamos los argentinos.

Es sabido que a través de una red social se pueden expresar de muy distinta manera, donde el agravio y el elogio van por el mismo camino. Acusar al expresidente Alberto Fernández de ser un consumidor diario en almuerzos y cenas del champagne Cristal de altísimo costo y cuando salen a desmentirlo procurar una disculpa diciendo que “me dijeron no era cierto”. Claramente es acometer, procurando una denostación que queda en el limbo, pero es como las plumas lanzadas al viento, alguna siempre queda.

Lastimosa forma de desprestigiar y ganar un posicionamiento en la ciudadanía, pretendiendo mostrarse como fuera de ese círculo privilegiado, que él entiende es la política donde está actualmente. Porque son pocos los que señalan que Javier Milei también aprovecha de las mieles del poder y utiliza dineros de todos para hacer “caniles especiales para sus hijos”. Sería importante que corriera el velo del espejo personal y así evitaría la ofensa gratuita.

También -como muchos ciudadanos y ciudadanas- escuchamos sus definiciones en la ExpoAgro de San Nicolás, donde junto a Luis Espert no tuvo ningún reparo en señalar al ex gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, de una manera despectiva y muy agraviante, dado que involucró a su núcleo familiar, tema que mereció amplio tratamiento en la prensa nacional.

Se puede disentir, dadas las diferentes ideologías en política, pero todo se desmerece cuando se maneja la ofensa, la humillación para defender posiciones. Los de arriba, los que dicen tener el poder, deberían ser los ejemplos que deben marcar el comportamiento de la sociedad.

En este posicionamiento controvertido, montado sobre estrategias que intentan menoscabar al otro, se va recorriendo el escenario político. El ida y vuelta que se está produciendo con los gobernadores es un signo claro de ese mesianismo que parece haber contagiado a gran parte del gobierno nacional.

Que se reúnen con todos. Luego resuelve en grupos. Más cerca de la fecha otra vez todos y ayer Guillermo Francos, Ministro del Interior, manifestó que será por regiones y que finalmente se reunirán con todos. Lisa y llanamente un desgaste, hábilmente utilizado, así como las publicaciones que hacen trascender a los mandatarios provinciales que están a favor, los dudosos y los decididamente en contra del Pacto de Mayo.

En política todo es perfectible y están apelando a ese factor para alcanzar a tener éxito con sus propuestas. Hoy nadie puede asegurar que las condiciones estén dadas para lograr lo que pretenden en el futuro.

El “castillo de arena” ya perdió varias torres, algunos lo ven, otros no. La sociedad sigue esperando.

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