Los jueces le impusieron a Cristina una restricción que apunta a evitar las concentraciones de manifestantes en el frente de su departamento. En este sentido, indicaron que “deberá abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”.
Días atrás, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, había afirmado, tras reunirse con la expresidenta: “Cristina no va a poder saludar desde el balcón, lo que venía haciendo tomando un mínimo contacto con tanta gente que viene a saludarla a acompañarla. La justicia dispuso que no puede hacerlo. Les molesta la sonrisa”, dijo, criticando la decisión, el Tribunal aclaró que sí podrá hacer uso de todos los espacios de su departamento.
Además, en horas de la noche, personal del Servicio Penitenciario cumplió con la resolución y le conectó el dispositivo electrónico.

La tobillera electrónica

Durante la tarde del jueves, el comisario de la dependencia 1-C de la Policía de la Ciudad fue a hacer la notificación del inicio del cómputo de la pena. En ese marco, la Justicia notificó el uso de la tobillera y se la colocó en esta jornada.
El dispositivo que portará es sumergible (hermético), una característica que responde a experiencias previas en las que personas detenidas intentaron eludir el control ingresando a piscinas. Además es hipoalergénico, resistente al polvo y está diseñado para no interferir en las actividades cotidianas del usuario.
Este aparato, es similar a un teléfono celular que se instala en su departamento y funciona como un localizador o GPS. Cuenta con Centro de Monitoreo del Ministerio de Seguridad de la Nación, que opera de manera continua, las 24 horas. La unidad transmisora, que se reemplaza cada año, tiene una vida útil de 104 semanas.
El sistema de radiofrecuencia permitirá el monitoreo en tiempo real y está compuesto por dos teléfonos celulares.

Hugo Moyano lidera la resistencia de la ex mandataria

La CGT debía reunirse el martes, a las 15, con el Consejo Nacional del PJ para organizar el acto en defensa de Cristina Kirchner, pero previamente deliberó en la Federación de Trabajadores de Sanidad (FATSA), donde una decena de dirigentes criticó en duros términos a la ex presidenta y a su hijo Máximo por el “destrato” al que sometieron durante años a toda la dirigencia sindical no kirchnerista. Por su parte, Hugo Moyano cargó contra su hijo Pablo, quien “sin su aval” se reunió con la ex presidenta para darle el “apoyo” del Sindicato de Camioneros y de “los trabajadores”.