Histórico balotaje
Rodrigo Paz se convirtió en el presidente electo de Bolivia
Con el 97% de los votos preliminares escrutados, el candidato del Partido Demócrata Cristiano obtuvo más del 54% de los votos, frente al 45% de Jorge “Tuto” Quiroga.
Con el 97% de los votos preliminares escrutados, el candidato del Partido Demócrata Cristiano obtuvo más del 54% de los votos, frente al 45% de Jorge “Tuto” Quiroga.
Después de semanas de intensa campaña y debates sobre el rumbo económico y político del país, Bolivia eligió este domingo a su nuevo presidente. Los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE) marcan el triunfo del senador centrista Rodrigo Paz Pereira, quien asumirá el desafío de gobernar en un contexto de crisis económica y polarización social.
Con el 97% de los votos escrutados preliminarmente, Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se impuso sobre el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002) de Libre, con el 54.53% de votos frente al 45.47%.
El primero en reaccionar al resultado fue el candidato a vicepresidente, Edmand Lara, quien en la puerta de su domicilio agradeció por la confianza de los bolivianos y emitió un mensaje de conciliación. “Hoy el pueblo nos da la oportunidad de gobernar Bolivia para todos, llamo a la unidad y a la reconciliación de los bolivianos”, manifestó. “Se acabó la campaña política, hay que trabajar por Bolivia, la patria está primero”, agregó.
El Tribunal Supremo Electoral informó que la jornada electoral se desarrolló con “absoluta normalidad” y sin inconvenientes. En tanto, las misiones de observación electoral más numerosas, la de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, destacaron que fue un proceso ordenado y tranquilo.
La inédita segunda vuelta presidencial consolida el cierre de un ciclo político dominado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), con Evo Morales y Luis Arce. El frente que gobierna el país desde 2006 con excepción de un año fue derrotado en la primera vuelta de agosto, cuando obtuvo apenas el 3,1% de los votos.
Dentro de tres semanas, el presidente Arce entregará el mando de un país en recesión y sumido en una profunda crisis económica a raíz del desplome de la industria de los hidrocarburos, que era su principal fuente de ingresos. Desde hace más de dos años que los bolivianos experimentan una subida constante de los precios, períodos de escasez de combustible y una crisis cambiaria por falta dólares en el mercado.
Bolivia inicia una nueva etapa política marcada por expectativas y desafíos. El presidente electo asumirá el mandato en un contexto de crisis y con alta polarización social, mientras la población aguarda que el nuevo gobierno traduzca su victoria en estabilidad, diálogo y soluciones a las demandas más urgentes del país.
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