Según reflejó el medio “La Política Online”, un periodista procura abordar a la primera magistratura del país a la salida de La Rural, intentando acercarle la preocupación de una gran parte de la sociedad que hoy reclama porque no llega salarialmente a fin de mes.

La reacción fue claramente disruptiva, ignorando una realidad y para ello apelando a un “sincericidio” que debería ser analizado en profundidad. El tema se circunscribe el siguiente cruce verbal: “La gente no llega a fin de mes, Presidente”, le reprochó el hombre y el jefe de Estado retrucó: “Si la gente no llegara a fin de mes se estaría muriendo en la calle y eso es falso”.

Varias son las preguntas que surgen con diversas respuestas y ninguna es coincidente con la postura presidencial. Es evidente que hay mucha gente que la está pasando mal. Que en ese marco habrá muchos que producto de una falta de alimentación adecuada son víctimas fatales.

El ser humano no es un número contabilizable, si vive o se muere. No hay falsedad en reconocer que la Argentina atraviesa por uno de sus momentos más difíciles de todos los sectores sociales. 

Pobres e indigentes, abandonados a su suerte, desde hace varias generaciones, procreando más necesitados y aumentando considerablemente los índices que hablan de 45 al 55 por ciento de pobres.

Una cifra que debería ser tema de preocupación real y de ninguna manera permite pensar que: “al no estar muertos, no tienen hambre, no se enferman, que no existe un avanzado estado de desnutrición infantil, y que todo obedece a la falsedad periodística”.

Ni Ud. es el “Mesías”, ni las “Fuerzas del Cielo” bajaron y lo designaron el Moisés argentino que conduce a los desahuciados, pobres, indigentes, sometidos, a la libertad y para ello deberá atravesar, no el desierto, sino etapas de extrema necesidad y sacrificio para lograr que los que queden, vivan mejor.

Creerse en esa situación y verse el elegido, por encima de toda la sociedad es un dilema que indudablemente Ud, Sr. Presidente, deberá resolver enfrentando la realidad nacional y no la realidad que Ud. quiere ver y pretende que gran parte de los 47 millones de ciudadanos y ciudadanas de este país vean.

Lo real está sucediendo todos los días y contradice -en muchas oportunidades- la visión oficialista. 

Ayer fue Córdoba el epicentro de una movilización social que intentó mostrar su descontento a la presencia del presidente Javier Milei, mientras otra parte, que pobló el ámbito que rodeaba la Catedral y el Cabildo cordobés, mostraba su apoyo, justo en una oportunidad en la que se celebraba el 214 aniversario de la Revolución de Mayo.

Fue, según la historia, el primer paso concreto donde tras los debates en el cabildo abierto, el 24 de mayo de 1810, 476 vecinos firmaron una solicitud de creación de una Junta Provisoria Gubernativa. Se avanzaba hacia la Independencia que se concretaría el 9 de Julio en la ciudad de Tucumán.

La ironía del acto del 25 de Mayo celebrado en Córdoba, lugar que la historia señala como el que se opuso a la Revolución de 1810, quedó reflejado en el Cabildo de la “Docta”, lugar donde se desarrolló el acto, con la presencia del presidente Javier Milei. Las lecturas que se puedan realizar son muchas y divergentes.

Se plantea la disquisición: fue una nueva “épica política liberal”, en momentos de la celebración del 25 de Mayo o una circunstancia propicia y bien aprovechada para ratificar, en un marco donde primaba el patriotismo mostrado a través de la portación multidudinaria de banderas argentinas, los fundamentos que rige su paradigma gubernamental.

Un discurso prolijo, sin estridencias, con escasos anuncios y la promesa de generar, una vez se apruebe la Ley Bases, a una concertación nacional con la participación de todos los sectores sociales, para dar forma al despegue de una nueva Argentina.

Una nueva apuesta al desafío de un poder absoluto a establecerlo en el futuro “Consejo de Mayo”, con representantes del gobierno nacional, provincias, Congreso Nacional, sindicalistas, organizaciones empresarias, reflejados en una sola persona que identifica los sectores mencionados.

Un nuevo reto de la construcción de la fuerza liberal-anarcocapitalista de Javier Milei y su hermana Karina Milei.