Las circunstancias que están rodeando al staff gubernamental de La Libertad Avanza han generado una sensible zozobra, poniendo de manifiesto que flota una sensación de fracaso, la cual dificultaría la segunda parte del mandato mileista.
El descarnado internismo, los recelos manifestados sobre la actividad de la hermana del presidente, Karina Milei -a quien se le adjudican muchos de los quebrantos del gobierno- y las diferencias notorias que tiene con Santiago Caputo, han dividido claramente las aguas. Si bien se sientan en la misma mesa directriz, cada uno hace su juego en detrimento de la autoridad del otro.
De esta manera, en varias oportunidades circuló en el ámbito más cerrado del presidente, Javier Milei, la idea de que no podían seguir manejándose con un “triángulo de hierro”, donde anteriormente se tomaban las decisiones que el primer mandatario aceptaba a pie juntillas, desconociéndose las jerarquías ministeriales.
Allí la figura de Santiago Caputo, un asesor directo, con notable fortaleza en casi todos los sectores del gobierno, con manejo y atribuciones en áreas trascendentes y las más suculentas cajas del Estado, desarrolla un papel de “líbero” con poder para decidir, pero sin responsabilidades por los resultados.
Esto generó que, en diversas oportunidades, su nombre fuera motivo de críticas internas y hasta de sugerencias para que se lo apartara del “triángulo”, ocurriendo algo similar con “El Jefe” Karina Milei, que hoy está apuntada por haber defeccionado no solo políticamente, sino en operaciones económico-financieras en las que estuvo involucrada.
Es indudable que existen incógnitas acerca de las formas en las que Milei decidirá cómo continuará la estructura del gobierno libertario después de octubre. <EM>En razón de estas situaciones, algunas muy delicadas, que merecieron denuncias y pedidos de investigación, se están multiplicando las reuniones con la intención de definir el Gabinete y los nuevos aliados.
Existe hoy en el centro de las decisiones mileistas una mesa chica, cuyos miembros integrantes, en algunos casos, fluctúan y solo aparecen para dar su opinión, pero no tienen peso para determinar cambio alguno.
El Presidente espera un reordenamiento de la dinámica interna, aunque cree que no habrá ganadores ni perdedores rotundos. La definición, ya lo ha decidido, se posterga para después de los comicios.
El panorama electoral que tiene La Libertad Avanza ofrece varios escenarios, en los cuales -hoy- está jugando un papel preponderante el sector macrista, tras el acercamiento del fundador del PRO, Mauricio Macri, quien aseguró: colaborarán después de las elecciones pero con participación de varios de sus funcionarios en el staff de Javier Milei.
En apariencia, dada la particular personalidad y forma de actuar del presidente Milei, todo estará supeditado al resultado electoral. Sí es un hecho concreto que habrá un recambio ministerial. Tres de los miembros están obligados a salir porque son candidatos y piensan asumir: Manuel Adorni, Patricia Bullrich y Luis Petri. Se mantendría el factible corrimiento de Guillermo Francos y en su lugar se incorporaría, con un poder ampliado, Santiago Caputo. Se habla de más reemplazos y la suma de ex funcionarios que acompañaron a Mauricio Macri durante su período presidencial.
La “intromisión” en asuntos internos de colaboradores del gobierno estadounidense de Donald Trump, fundamentalmente en lo económico-financiero, donde aparece la figura de Scott Bessent aconsejando un comportamiento determinado y sumado a la presión que ha comenzado a ejercer el FMI, abre perspectivas no demasiado claras aún de las formas que se irán adoptando, fundamentalmente, en lo productivo, industrial y comercial.
Es evidente que la reformulación en la composición del staff entrañará condicionamientos que deberá establecer el presidente Javier Milei, ya que su segunda parte del mandato tiene que estar estrechamente vinculada con la gestión política, actividad que, hasta hoy, solo ha sido explorada cuando surgió la necesidad de tener respaldo legislativo.
Otro aspecto que está en la “mesa” de consideración presidencial es la manera en que se contemplarán las relaciones con los gobernadores dialoguistas, y cuáles serán las obligaciones y derechos que les cabría a los mandatarios provinciales que reclaman sustentación de proyectos y diálogo para poder consensuar políticas.
Dentro de lo que Milei tiene en carpeta para reformular se encuentran sus formas, como por ejemplo, la postergación de determinados debates hasta después del domingo 26 de octubre. Genera sospechas que según el resultado varíen las transformaciones. Las actitudes del presidente Javier Milei siempre han estado materializadas teniendo en cuenta el poder. Si le falta acude a pedir, si le sobra desconoce derechos de quienes no comparten sus políticas.
En realidad cambios habrá. La reestructuración de formas gubernamentales dependerá de los números legislativos. Pero finalmente todo estará sujeto a Javier Milei, Karina Milei y Santiago Caputo. Al parecer ese trío no cambiará.
Estamos ingresando en la última semana previa al proceso electoral que puede sellar el destino, proyectado al 2027, del gobierno de Javier Milei y compañía. Hoy solo son conjeturas, sin alcanzar certezas. Es como un túnel sin salida.



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