SÁBADO 27 de Abril de 2024
 
 
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Milei apila enemigos...

Lo dijo el Ministro del Interior Guillermo Francos, cuando le consultaron por las actitudes del presidente Javier Milei: ‘El presidente es un fighter( luchador)’, una definición que lo pinta tal cual es.

En este momento está abocado a juntar enemigos y ponerlos enfrente a los efectos de poder elegir con quién se pelea en cada semana. Cuando una disidencia comienza a perder peso y trascendencia en medios periodísticos y deja de ser de interés en las redes, busca otro detonador y nuevamente en el cuadrilátero.

Artistas, economistas, periodistas, diputados, senadores, gobernadores y jefes comunales, todos pueden ser foco de su iracundia twittera. Con todos tiene un frente abierto y con nadie cierra. Sin lugar a dudas una de sus estrategias para estar siempre en el ‘candelero’, más allá de los resultados.

Traslada los principios del ‘anarcocapitalismo’ al máximo extremo y desde allí bombardea todo aquello que entiende, pretende disentir con su proceder gubernamental. Esto ha sucedido desde el momento que a pocos días de asumir como presidente puso en vigencia un DNU, que modificaba más de un centenar de leyes, normas y disposiciones, abriendo una brecha de profundo quebranto en lo social y económico.

En forma simultánea envió al Congreso de la Nación, tras habilitar sesiones extraordinarias, lo que denominaron Ley Base y otros, Ley Ómnibus. Una herramienta que pretendía modificar más de 300 leyes y que contenía una especial trascendencia, que se refiere a la Delegación de Poderes, que, por el tiempo solicitado dos años y la opción de prorrogar por dos más, es decir todo su mandato, asumía el poder absoluto, obviando la función específica que le cabe al Poder Legislativo.

El personaje disruptivo que se observó durante la campaña previa al proceso electoral, sorprendió a muchos, entusiasmó a otros y en general causó extrañeza, pero se supuso que era parte de una estrategia que pretendía, bajo el paradigma del ‘cambio’, mostrar un personaje diferente.

En ese marco englobó todo aquello que gran parte de la sociedad rechazaba, porque conspiraba con el esfuerzo que se realizaba por recuperar a un país quebrado, endeudado y con una estructura que a todas luces, amparaba un nicho de corrupción que urgía hacerlo desaparecer.

En ese ‘Caballo de Troya’ se subió Javier Milei, logró insertarse en la contienda política y sin estructura política ganó posiciones en lugares en donde no tuvo ni tiene candidatos que lo representen; solo fueron los votos a Milei de los que querían decir “basta con lo que hay, busquemos algo nuevo”.

Y finalmente se dió, con ayuda de un sector del PRO y parte de Juntos por el Cambio, La Libertad Avanza, partido minoritario en todos los ámbitos del Poder político, comenzó a gobernar a los empujones, intentando imponer, donde cabía la posibilidad de conciliar, consensuar. Para el libertario, esas palabras, lo mismo que negociación y acuerdos; son inaceptables.

Los frentes se fueron generando y las dificultades para el ‘fighter’ que dice Francos, comenzaron a ser insalvables. Cuando de algún sector de los que confrontaba, intentaban bajar los decibeles y buscaban conciliar o acordar; para Javier Milei esa actitud era una muestra de su victoria y la decisión era; ‘Ahora voy por todo’.

El error conceptual que lo confundió y que malinterpretó, fue el pedido de ‘diálogo’ de los gobernadores patagónicos para alcanzar a sortear diferencias. Al entender, el presidente, desacertadamente la convicción política que animaba a los mandatarios provinciales y lo llevó a manifestar: “Voy hacer llorar a los gobernadores”, una manera errada de ver la realidad.

Ahora estamos en las puertas del inicio de un año legislativo y el presidente, como es una norma establecida, es el encargado de la apertura en cuya oportunidad, procede a dar a conocer su programa de gobierno, haciendo un ‘racconto’ de los inconvenientes a superar y los objetivos a conseguir. Esto sería lo políticamente razonable.

Aparentemente para el presidente, Javier Milei, será una manera de mostrar que él es el cambio, su impronta será novedosa, propia de la forma particular conque enfrenta la realidad Argentina. No hablará, como se ha hecho históricamente desde la mesa del presidente de la Cámara, sino desde un atril que se ha hecho colocar delante del lugar tradicional, donde se supone estarán ubicadas las dos máximas autoridades del Congreso Nacional: Victoria Villaruel, presidenta del Senado y Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados.

También -según algunos adelantos- el tenor de su discurso será de extrema dureza, mostrará diferencias, algunos sostienen, muy marcadas con anteriores exposiciones.

Todo indica que las formas de gobernar, no tendrán el cambio que gran parte de la sociedad esta requiriendo. Por el contrario se agudizará la formula de ‘Amigo-Enemigo’ situación que abre nuevos frentes de conflicto y preanuncia muchas dificultades, que el ‘fighter’ deberá sortear.

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