Mientras tanto desapareció de la mesa de café, de las conversaciones cotidianas y de la viralización de las redes sociales, el tema del dólar blue. Si preguntamos en la calle como salió Alemania con Japón, la respuesta es que los teutones perdieron con los nipones 2 a 1. Sabemos que Uruguay empató en su debut; que Inglaterra goleó a Irán 6 a 2 y España sacudió 7 veces el arco de un débil Costa Rica. Mientras Senegal y luego el empate de Ecuador con Países Bajos sellaron la suerte del local Qatar, y así podemos seguir.

A esa misma gente le preguntamos cuál es la cotización del dólar blue, que tanto nos ha preocupado hasta hace unas semanas, y casi con seguridad que pocos van a dar la respuesta correcta. Ha aumentado 29 pesos en tan solo 24 días. El jueves pegó un salto extraordinario de 7 pesos. Es decir, el miércoles 23 de noviembre la cotización era de 312 pesos y al día siguiente cerró a 319 pesos.

Mientras nos concentramos en el Mundial de Qatar, los grupos económicos operan aceleradamente para forzar la devaluación y el Gobierno, mejor dicho el ministro de Economía Sergio Massa, resiste; a tal punto que anunció el dólar soja II y elaboró medidas para incentivar los hidrocarburos.

“El Gobierno enfrenta un delicado cierre de año. Aunque es altamente probable que pueda llegar al 30 de diciembre con los números del déficit fiscal en línea con un 2,5% del PBI acordado con el Fondo Monetario Internacional. El problema será conseguir el financiamiento para cubrir ese faltante. Se estima que tendrá que pedirle al mercado entre $429.000 y $500.000 millones adicionales, además de los vencimientos de bonos que quedan en 2022”, escribió Carlos Lamiral, columnista de Ámbito.

Pero esto es en el marco de la macroeconomía. El problema lo sigue teniendo el común de la gente en el día a día, en la economía hogareña. Hay caída de consumo, suben los índices de endeudamiento con tarjetas de créditos, disminuye el poder adquisitivo de los salarios y la desocupación, si bien tiende a la baja, todavía está en niveles lejos de lo deseable.

El aumento del dólar blue no hace otra cosa que impactar en los que menos tienen, no porque no pueden comprar, sino que los formadores de precios trasladan ese incremento y quien lo niegue incurre en una afirmación cada vez menos creíble.

Hace unos días se lanzó el programa denominado ‘Precios Justos’, concretado en conjunto entre el Estado, proveedores de bienes de consumo masivo y supermercados. Esto será por el plazo de cuatro meses. Unos 1.500 productos mantendrán sus valores y habrá un tope de 4 por ciento mensual para el resto de los productos.

En los comercios de cercanías, en los del barrio, ese programa no llega o si arriba lo hace en escasa cantidad. Una gran mayoría de argentinos y en particular pampeanos desconocemos de qué se trata. El Mundial de Qatar y el uso y costumbre instalado hace que esas medidas habitualmente se piensen desde la General Paz hacia el puerto de Buenos Aires. Ese es el límite y el resto hará lo que pueda.

El dólar blue crece sin pausa, justo mientras se juega el Mundial de Fútbol en Qatar. Indudablemente que tanto los grandes grupos concentrados de poder como el equipo económico del Gobierno Nacional, tienen el mismo deseo que la hinchada de la selección dirigida por Scaloni o sea, el resto de los argentinos- pero los intereses no son los mismos. Una eliminación temprana del representativo nacional volverá a concentrar la mirada en la economía diaria. El dólar blue será motivo de comentarios en cada momento y todo volverá a ser como era hasta hace un mes. El más ganador del Mundial de Fútbol de Qatar para los argentinos, por ahora, es el dólar blue.