LUNES 15 de Diciembre de 2025
 
 
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Mesura, templanza y sensatez: ¿Dónde están?

Es un síntoma de enorme inestabilidad anímica, que no frenemos los impulsos y procuremos llegar a ejercer nuestra disparidad de criterios ideológicos en el marco del respeto y la consideración que se deben las sociedades.

Cuando escuchamos al vocero presidencial manifestar que el presidente Javier Milei no se disculpará ante el gobierno de España y agrega: que “las diferencias Milei-Sánchez, son de carácter personal”, se nos ocurre están viviendo en “La vida es un cuento”.

Los presidentes están investidos del cargo durante todo su mandato. No es un trabajo con horario de ocho horas y que, transcurrida la etapa laboral, son nuevamente ciudadanos comunes hasta el día siguiente. En esto, es indudable que el presidente Milei se equivoca.

Las vacaciones que puedan tomarse o estos viajes personales que realizan en en el avión oficial y con dineros que paga la ciudadanía, no los aleja de su investidura; sigue siendo el presidente de la Argentina, tal como Pedro Sánchez es el de España, Lacalle Pou el de Uruguay, Boric de Chile, Lula da Silva de Brasil, por nombrar solo algunos, pero todos en la misma situación. 

Durante el desarrollo de la campaña, todos los berrinches, las expresiones fuera de lugar, los insultos proferidos por el candidato, estaban encuadrados en aquello que encierra la lucha electoral y ahí cabía poder manifestar que muchas de esas reacciones, algunas “farandulescas”, otras no muy coherentes, formaban parte de estrategias elaboradas para ganar un electorado.

Terminados estos episodios, investidos de los cargos que habían venido disputando y ahora victoriosos, se iniciaba el cambio radical, atento a todo lo que encierra la investidura -en este caso- la presidencial. 

Dejan de existir las cuestiones de orden personal, atento a que -en este caso puntual- Javier Milei asume la conducción de 47 millones de personas, entre las que se cuentan las que piensan como él, los que procuran negociar para acercársele y los que, decididamente, están en el marco opositor. Todos merecedores del mismo respeto y consideración.

Pero esto no se ajusta a la personalidad del presidente liberal-anarcocapitalista. Se siente falsamente orgulloso de manifestar ante los periodistas -que no cuestionan ninguna de sus actitudes antisociales-, “Yo soy así, cuando se refieren a mí, me place contestar. Si me agreden yo agredo, si dicen cosas que considero son una mentira, respondo. A mí eso me gusta y me siento cómodo haciéndolo”.

El presidente Español Pedro Sánchez, exigió una “rectificación” del propio Milei, a sus declaraciones en el marco de la última convención del partido Vox, en Madrid, en donde hizo una alusión a las denuncias por corrupción contra la primera dama del país europeo, Begoña Gómez.

La respuesta surgió de varios ámbitos del gobierno argentino: “No habrá disculpa alguna”. Este suceso plantea un severo inconvenientes a nivel diplomático que no queda zanjado con las expresiones de Javier Milei, que es personal y no tiene relación con los gobiernos, tanto argentino como el español.

Según el presidente argentino, ninguna de sus actitudes enfrentando a otros mandatarios, según su concepción liberal-anarcocapitalista, puede tener incidencia alguna en lo político-comercial y diplomático, dada la vigencia del Libre Mercado. 

Lo concreto es que el presidente Milei pretende imponer su forma de pensar, que está circunscripta al pensamiento liberal con tendencia anarcocapitalista conque conduce la política nacional a la máxima extrema derecha, enfrentándose con casi todos los países de América del Sur.

Es parte de su planificación convertirse en el primer representante liberal de esta parte del orbe y pretende ser vocero ante las actuales conducciones del primer mundo, que han logrado una conjunción de un socialismo-liberal que les permite convivir, aún dentro del marco de las disidencias ideológicas que cada uno plantea en forma partidaria.

Para Javier Milei, la mayoría de ellos, que han abrazado otras líneas del pensamiento ideologizado, están equivocados y llevan a sus sociedades a sumirlos en la extrema pobreza y a la decadencia.

Coincidir con este pensamiento se ha convertido en un “teorema irresuelto” para gran parte de la ciudadanía. Decir eso de países que -errores de por medio- conducen a sus territorios por un sendero de crecimiento exponencial, que muestran economías saneadas, donde el índice inflacionario se mide por indicadores anuales inferiores a los que muestra la Argentina mensualmente, resulta una broma de mal gusto.

Indudablemente el comportamiento del presidente Milei en torno a la política internacional encuentra opiniones de conocidos y prestigiosos analistas entre los que se cuentan diplomáticos de carrera y políticos que manifiestan que es un error grave el que está cometiendo el libertario.

Los resultados negativos, que nos alejarán del primer mundo, y de quienes mantienen estrechas relaciones comerciales con Argentina, están en riesgo. Retroceder y reacomodar las acciones debería ser parte de su accionar futuro.
 

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