El merendero Ranquelito está ubicado en el barrio Indios Ranqueles, en calle 34 entre 23 y 25, y su referente, Iris Mabel Gatica, dialogó con este medio respecto a la situación que atraviesa este espacio solidario, y que se replica en casi todos los merenderos de la ciudad.
“La situación en general es muy mala. Hay mucha gente que necesita de todo, gente que vos pensás que está bien y no lo está, hay falta trabajo y el encarecimiento de absolutamente todos los productos, desde la comida hasta los elementos que usamos para la limpieza. Es difícil de afrontar para una familia”, aseguró.
Y continuó “también nos damos cuenta que la gente ya no regala la ropa que no usa, sino que organiza ferias como para poder juntar algo de dinero, todas las donaciones en general fueron mermando en los últimos tiempos. De cualquier manera, y con estos tiempos tan complicados, Pico es muy solidario”.
“Hoy la gente pide de todo -continuó-, desde una estufa hasta una silla, frazadas, zapatillas; siempre teniendo en cuenta que lo que se da tiene que estar en buen estado porque si no le sirve a una persona, no le sirve a nadie”.
A raíz del trabajo de territorio que realizan, en donde visitan a las familias a las que les acercan donaciones, “sabemos que hay adultos que no cenan, recorremos los hogares para conocer la situación de la gente, es un momento complicado para los merenderos también”, sostuvo.
Trabajo
El merendero funciona desde hace 6 años, “pero llevo más de 30 años como voluntaria. Durante la pandemia cambiamos la metodología de trabajo, pensamos que lo mejor era repartir una buena bolsa de mercadería con todos los alimentos más necesarios. Ayudamos a familias completas y de distintos barrios, algunas vienen a retirarlas y a otras se las llevamos”, explicó.
Con respecto a la cantidad de personas que acuden al merendero, observó que “antes llevaba un registro, pero actualmente es imposible ya que cada vez son más quienes necesitan ayuda, si vienen hasta acá es porque realmente necesitan, a veces el hambre no requiere que hagamos un estudio o llevemos una lista”.
Manifestó que “somos un grupo de voluntarios que venimos a poner lo que sabemos hacer, del grupo forman parte narradores, gente del canto, una asesora en minoridad, nos sustentamos con las donaciones y lo que aporta cada uno de nosotros. La mercadería la recibimos también de gente amiga, pero las donaciones van mermando ya que los alimentos se han encarecido mucho. Hacemos tortas fritas, pan casero, tortas, a veces hacemos alguna rifa, esta es la manera que tenemos de ayudar” y aclaró “no recibimos donaciones de dinero, sí de cualquier tipo de elemento, ya que somos el nexo entre quien dona y quien necesita algo”.
“Acá nunca puede faltar harina, azúcar, leche, fideos, puré de tomate, y en hora buena si recibimos aceite y yerba; por suerte hay una empresa de productos lácteos que nos dona más de cien litros de leche por semana así que hay que repartirlos en lo posible, durante el día que lo recibimos, trabajo que realizan las referentes que tenemos en cada barrio de la ciudad”, señaló.
Recientemente este espacio recibió del Frigorífico Pico, una gran donación de zapatillas, camisetas y medias que fueron repartidas entre las familias.
El significado de ayudar al otro
Gatica afirmó que “poder ayudar me llena el alma, me da felicidad, soy feliz haciendo esto que tanto me gusta. Mi familia siempre fue muy solidaria y las personas que nos acompañan tienen una gran voluntad para estar al lado de la gente. Somos un hermoso grupo y solo intentamos que la gente esté un poco mejor, de aportar algo, de mirar para el costado”, cerró.
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