La final de los 200 metros del Campeonato de Atletismo de Estados Unidos en el estadio Hayward Field, de Eugene, fue escenario de una de las rivalidades más intensas del atletismo actual.
Noah Lyles, campeón olímpico de los 100 metros y tres veces campeón mundial de los 200 metros, se impuso a Kenneth Bednarek, doble subcampeón olímpico de los 200 metros, en una carrera marcada por la tensión entre ambos, que se hizo evidente tras cruzar la meta.
Lyles se adjudicó la victoria con un tiempo de 19,63s, la mejor marca mundial del año, mientras que Bednarek finalizó apenas a 0,04 segundos (19,67). Ambos tiempos superaron al del campeón olímpico botsuano Letsile Tebogo, quien ostentaba la mejor marca de la temporada con 19,76.
La carrera comenzó con Bednarek tomando la delantera en la curva y manteniendo una ventaja a falta de 70 metros, pero Lyles aceleró en la recta final, lo alcanzó y lo superó, girando la cabeza para mirarlo, un gesto desafiante que fue el preludio de un cruce entre ambos velocistas estadounidenses más allá del cronómetro.
Tras el final, Bednarek, visiblemente molesto por la actitud de Lyles, se acercó y le dio un empujón por la espalda. ¿Qué sucedió luego de esa reacción? Lyles giró su cuerpo, abrió los brazos y lo miró desafiante mientras retrocedía. Bednarek intentó entonces estrecharle la mano, gesto que el campeón olímpico de los 100 metros en París 2024 aceptó tras dudar brevemente.
Luego de eso, ambos intercambiaron palabras con gestos tensos y rostros serios. Una vez que se retiraron de la pista, el cara a cara continuó en zona mixta y durante las entrevistas posteriores, donde la rivalidad permaneció latente.
Bednarek expresó su descontento por el comportamiento de Lyles: “Noah va a ser Noah... Son cosas antideportivas y no tolero eso”. Además, destacó que para él se trata de una cuestión de respeto y anticipó cuál será el resultado en un enfrentamiento futuro: “La próxima vez que nos enfrentemos, voy a ganar. En resumen: no me hagan eso. Yo no hago nada de eso. Creo que no es buena señal de carácter. Al final, ganó la carrera, así que tengo que reconocerle el mérito”, concluyó el medallista olímpico.
Lyles evitó profundizar en la polémica. Cuando los periodistas le preguntaron por el altercado, su respuesta fue escueta por recomendación de su entrenador: “Sin comentarios”, dijo el hombre más veloz del planeta en la última edición de los 100 metros en los JJOO. Sin embargo, se le escuchó decir: “Espero mis disculpas”, tras rechazar inicialmente el intento de Bednarek de estrecharle la mano después de la carrera.
La rivalidad no es nueva. Bednarek superó a Lyles en las dos últimas finales olímpicas de 200 metros, obteniendo la medalla de plata. Además, venía de ganar los 100 metros del campeonato nacional dos días antes, con la segunda mejor marca mundial del año (9,79 segundos), aunque en esa prueba Lyles no participó porque decidió enfocarse en la competencia que finalmente ganó. Noah se mantiene como el estadounidense más rápido en los 200 y suma tres títulos mundiales, consolidando su posición como referente de la velocidad tras la conquista en Eugene.
El próximo mes, el Mundial de Atletismo en Tokio ofrecerá un nuevo escenario para este duelo, tanto en los 100 como en los 200 metros. La expectativa en torno a su enfrentamiento creció tras el episodio vivido en el certamen nacional y ambos dejaron en claro que existen asuntos personales pendientes. “Son solo asuntos personales que tenemos que resolver. Él tiene mi número, si quiere llamarme, tiene todas las posibilidades de hacerlo, pero quiere hacerlo públicamente. Me parece gracioso”, sentenció Bednarek, que también confirmó que está dispuesto a conversar en privado cuando Lyles lo desee. Antes del máximo torneo, los dos se verán las caras en la prueba de los 100m de la Liga Diamante de Silesia, Polonia, el 16 de agosto.
Más allá de la rivalidad, la primera de este nivel y con esta confrontación desde el duelo que protagonizaron la leyenda jamaiquina Usain Bolt y el estadounidense Justin Gatlin, el calendario podría depararles una situación inesperada: la posibilidad de que Lyles y Bednarek deban dejar a un lado sus diferencias para integrar juntos el relevo 4x100 metros, con el objetivo común de sumar un oro para EEUU.




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