En el Stadio Luigi Zaffanella, en Viadana, el conjunto argentino salió al campo con la gran ilusión de llegar a la final, pero se topó de entrada con la misma dificultad que lo acompañó durante todo el torneo. La defensa no estuvo firme en el primer tiempo, y para colmo, del otro lado, Sudáfrica no perdonó en cada ocasión que pudo pisar los 22 metros nacionales.

Rápidamente, Albertus Bester y Hassiem Pead llegaron al try, y si bien descontó con una buena patada Rafael Benedit, los sudafricanos volvieron a aprovechar las grietas para despegarse 28-3 (conquistas de Jaco Williams y JJ Theron).

Los Pumitas sacaron el orgullo de adentro. Empezaron a construir de a poco y lograron meterse nuevamente en partido gracias a su herramienta letal: el line-maul. Así forzaron la amarilla de Simphiwe Ngobese, y en la siguiente jugada, Agustín García Campos apoyó en el ingoal para irse al descanso más cerca en el tanteador.

Argentina salió con una gran actitud en el complemento, a jugar en campo contrario y aprovechar desgaste de los sudafricanos. Lo tuvo Bautista Lescano, pero la pelota se le escapó justo antes de apoyar. Sin embargo, rápidamente, otro buen empuje del pack le dio espacios a los rapiditos y Timoteo Silva llegó a marcar pegado a la bandera. Sudáfrica ya no tenía el peso ofensivo de antes, pero con el recambio logró avanzar en el terreno, y con dos penales de Vusi Moyo logró escaparse nuevamente. Eso le dio tranquilidad de cara al cierre.

Los Pumitas siguieron intentando, pero el cansancio hizo su parte y los espacios en defensa volvieron a aparecer. Albie Bester se escapó por el centro y liquidó el encuentro. El 41-17 ya era indescontable.

Para el cierre quedaron los intentos de los chicos argentinos, quienes nunca se rindieron. El premio llegó con un try de Ramón Fernández Miranda. Ahora, a pensar en el partido por el tercer puesto ante Francia.