SÁBADO 27 de Abril de 2024
 
 
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Lo que se dice, espanta...

Uno siempre piensa que después de haber vivido varias décadas tiene, si no todo, mucho visto, y nada debería sorprenderlo. Bueno amigos, se equivocaron, y con la llegada del libertario y su gente al gobierno se ha producido una variante que por momentos asombra.

Ellos pueden “mear” al que piensa diferente, ningunear sin observar las mínimas reglas del respeto y la sana convivencia con el otro. Dejar en claro que los jubilados -por su edad y algunos, lamentablemente por sus dolencias- se van a morir, como dijo la canciller argentina Diana Mondino, y los constantes chicaneos del vocero presidencial Manuel Adorni, nos muestran que la formación educativa que recibimos nos ha servido de poco, más allá, que como en el caso de los funcionarios se haya llegado al poder.

Las salidas extemporáneas del presidente Javier Milei y su verborragia teñida de ataques y ofensas cuando algo no le place o contraría su voluntad, marcan el principio de una decadencia moral que debería alarmarnos.

Cuando en el seno familiar se procura enseñarle a los hijos que deben respeto a los mayores, consideración a quienes padecen algún problema físico o discapacidad que los hace diferentes, en el escenario principal del país están los actores haciendo todo lo contrario cuando deberían dar el ejemplo.

Algunos sostienen que es la forma de ser del presidente y los demás que lo secundan -no todos, pero si la mayoría- se sienten poderosos manifestándose en forma grosera, deshumanizada, viendo en el otro un enemigo y no una persona igual o mejor que él, que se atreve a pensar diferente y a no aceptar calladamente el objetivo de sumisión que persigue la política que desarrolla La Libertad Avanza.

Las expresiones de la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Diana Mondino, volvieron a demostrar -el sábado pasado- la falta de empatía del Gobierno de Javier Milei con los adultos mayores, al cuestionar los créditos que brinda Anses a los jubilados y jubiladas bajo el argumento de que “es casi seguro que se van a morir”.

Más brutal e indecoroso no se consigue, dado que en ese nivel en el que opera la mencionada funcionaria, donde debe imperar una forma de conducta que abra las puertas de la diplomacia para insertarnos en el mundo, nos plantea que lamentablemente de esta manera resultará una frustración.

El pretender tener agudeza e ingenio para utilizar la ironía como un mecanismo que provoque y moleste a su interlocutor, es salirse de los cánones de la relación que pretende establecerse con otros países.

El andamiaje gubernamental obedece a una línea de comportamiento que está en consonancia con lo que sostiene el presidente Milei y aquello que no acompañe: “¡¡¡ FUERA!!!”, esto le pasó al Secretario de Trabajo, por la polémica con los sueldos del Gabinete. El Presidente responsabilizó al funcionario saliente por el “error”. “No lo debería haber cometido”.

En realidad se sabe que el presidente no podía ignorar este mecanismo fijado por Decreto, donde se consignaba una forma de incremento salarial. Todo aquello que genera acciones gubernamentales pasa necesariamente por la mesa de trabajo presidencial.

Pero este es el procedimiento que se viene percibiendo en el gobierno liberal, cuando una situación que sirve para señalar el accionar erróneo del presidente, hay un fusible que explota y en esta oportunidad le tocó en suerte a Omar Yasin.

A excepción del círculo rojo, el resto de los funcionarios son descartables y así se procede en la estructura del libertario. Siempre existe un motivo que justifica el accionar presidencial. Naturalmente en el marco de su formación mental: “Él nunca se equivoca, lo errores son de los otros”. Un síndrome analizado por quienes estudian el comportamiento humano a partir de su estructura psicológica y que encuentra una explicación precisa, clara y contundente a la que se ajusta el primer mandatario argentino.

Esta situación, -que no es la primera, lo mismo ocurrió con Giordano que estaba a cargo del Anses y por una circunstancia que era totalmente ajena al desempeño del, en ese momento funcionario, fue echado por decisión presidencial-, está generando una enorme inestabilidad en el staff gubernamental, donde el recelo y la desconfianza son la moneda que circula.

La determinación de echar a Yasin durante una entrevista televisiva pone de manifiesto el grado de inestabilidad anímica del presidente Milei. Hay circunstancias que son señaladas por diferentes círculos que tienen estrecha relación con la Secretaría de Trabajo.

Esta repartición no toma la decisión política de los aumentos salariales en el Estado, sino que sólo aprueba la resolución adoptada en instancias superiores y la eleva a la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación. Conclusión: el “hilo se cortó por lo más delgado”.

Mal clima interno, peor externo. Desinteligencias y desencuentros son factores que ponen en evidencia que estamos transitando por una delgada línea de estabilidad que puede romperse en cualquier momento.

No se gobierna a los golpes, ni se pretende obtener obsecuencia a la fuerza. La presión está subiendo y a los gobernantes de turno no pareciera importarles. El resultado podría ser lamentable y no querido por una gran parte de la sociedad. Amerita reflexionar y recomponer actitudes.

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