Desde hace unos meses que se vienen manejando cambios en el staff gubernamental. Las desinteligencias internas y los yerros de muchos integrantes del gobierno provocaron la furia del presidente y, fundamentalmente, del “alter ego” presidencial, Karina Milei, que le abrieron la puerta de salida a varios funcionarios.
Hay una sola excepción, cuyo silencio es llamativo. Su alejamiento del tumulto la puso a resguardo, es Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, que parece ha ganado la confianza del “dúo dinámico” que maneja los destinos del país. Es evidente que los reclamos y marchas de sectores afectados por sus movidas no la afectan. El resto hace equilibrio.
Se llega a las postrimerías de la campaña electoral. Alterada por circunstancias que rodearon episodios que, movidos por medios y denuncias varias, le pusieron “pimienta” a una elección de medio término que no debería tener más trascendencia de lo que significa un recambio legislativo.
No obstante esta consideración, y pese a la insistencia de los “adictos” pertenecientes a la corriente violeta, como el periodismo que hace más campaña que Javier Milei, al buscarle comparaciones con los otros, la caída de credibilidad y confianza rompió la malla de protección que -hasta ahora- había resguardado al presidente argentino.
Es notoriamente evidente que la ola de corrupción, la mezcla con el narcotráfico, las denuncias de “coimas”, el affaire de Libra, fueron catastróficos para las consignas de transparencia que manifiesta el gobierno, desvirtuando las diferencias que dicen tener con quienes lo antecedieron.
Este controvertido escenario obligó a subirse a la campaña, en el último tramo, al presidente. Episodios que no resultaron, en líneas generales tan favorables como se esperaba, dado que tanto recibió saludos como repudios, algo que finalmente “enfermó” anímicamente a la figura presidencial que resolvió dejar lugares sin visitar. Eliminó conferencias y entrevistas, más allá que siempre son con los “amigos”, y se guardó en Olivos, donde junto a su hermana -y presuntamente con el “monje negro” Santiago Caputo-, comenzaron a delinear los cambios que se materializarán el lunes 27 de octubre.
De esta manera se echó a rodar la máquina de quienes tienen la precisa y de esta manera aparecen los “gurúes” que vaticinan que Santiago Santiago será el jefe de Gabinete, Federico Sturzenegger está destinado a Economía; Guillermo Francos, canciller; Diego Santilli, a Interior, y Cristian Ritondo, por Menem. Todo esto sujeto a la aprobación o veto de Karina, que en realidad es quien dispondrá la firma de gobierno de los próximos dos años.
El tema “caliente” es resolver quién reemplaza a Cúneo Libarona, dado que el nombre de Guillermo Montenegro no alcanza el plafón requerido, atento a un futuro Ministerio que englobara Seguridad y Justicia.
Que habrá cambios no debería dudarse dadas las reflexiones que ha realizado el presidente en las últimas entrevistas pautadas, fundamentalmente la que se produjo con Luis Majul, donde dijo, entre otras cosas: “El 27 con los números en la manos comenzaré a delinear mi nuevo gabinete, eligiendo a quienes puedan prestarme mejor servicio”.
Tiró la pelota a la cancha y la deja rodar para que los ilustrados se pongan en la tarea de adivinar quiénes son los mejores formados potencialmente para la parte final del mandato mileista.
Un desgaste innecesario de los posibles protagonistas de la nueva historia gubernamental libertaria. Nada está decidido, a excepción del alejamiento del canciller Werthein y, naturalmente, de quienes están ubicados en las listas de la Libertad Avanza, caso Bullrich, Petri, Adorni, entre los más notorios, y que hoy son parte de la estructura del gobierno.
El comportamiento de los mercados debería ser una señal para muchos sectores de la economía y las finanzas. La actitud de los tres bancos que podrían disponer de líneas crediticias que configurarán un paso positivo en aras del futuro desarrollo, sufrió un parate cuando solicitan “garantías” para concretar operaciones.
Todo muy difuso. Acciones que se enuncian como logros y que en la realidad no son más que promesas que se cumplirán de acuerdo a la “letra chica”, que no se conoce pero que se percibe estará, y sobre esas bases se podrán concretar los planes que anunció el titular de economía Luis “Toto” Caputo. Según Milei, el mejor ministro de economía de la historia, pero cuyo ciclo está concluido o bordeando el final.
En síntesis, todos opinan, algunos con coincidencias o definiciones parecidas. Otros manejando otras vertientes y que suman una enorme incertidumbre en la ciudadanía, que es el público de este traumático escenario que se ha configurado para este proceso electoral.
Reiteramos un concepto, sin abrir falsas expectativas: El voto no ha sido revelado y no hay sufragio cantado. Recién habrá realidad cuando se abra la urna.
El enigma es el presente.