DOMINGO 14 de Diciembre de 2025
 
 
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Las batallas futuras...

Argentina ya se está acostumbrando a ser un país donde todo aquello que se programa, acuerda o reformula es motivo de batallas políticas que producen un enorme desgaste de las instituciones.

No es nada nuevo, pero aunque existieron siempre, los sectores solían ser más conciliadores, procuraban acuerdos y negociaciones antes que “la sangre llegara al río”.
La instrumentación que ha sido impuesta por una forma presidencial diferente la cual tuvo episodios realmente lamentables, que insultó, denostó y disrumpió sin contemplaciones con todo aquello que no acataba sumisamente sus normativas, generó un nuevo presente político, dando lugar a una nueva forma de gobierno denominado “libertario” reformulado con liberalismo-anarcocapitalismo y un fuerte rechazo a la “casta con orientación tradicional”.
Todo eso se constituía en la promesa de cambio y se contraponía con las viejas estructuras de una estrategia centenaria, con algunos aggiornamientos, pero que no dejaba de conformar una política de centro-izquierda en donde el poder se pretendía erigir en una pseudo-dictadura, que una gran parte de la sociedad aceptó.
Existieron estadios que fueron deformando la sociedad y convirtiendola en escenarios, unos más cruentos que otros, para obtener el poder y de ser posible -todos lo intentaron- prolongarlos en el tiempo. Por caso Formosa, episodios similares se vivieron en varias provincias norteñas y hoy se ve reflejado en las actitudes que asume el gobierno de Javier Milei.
El actual jefe de Estado liberario-anarcocapitalista sostenía que odiaba la política, que esta etapa presidencial era un trabajo y concluido su mandato se retiraba a desarrollar sus actividades personales. Esto comenzó a cambiar y a mostrar su verdadera intencionalidad, ahora habla de repetir mandato y algunos sectores muy cercanos analizan un cambio constitucional.
Las “batallas” se convirtieron en un espacio común para alcanzar determinados objetivos. Se fue perdiendo el sentido real de convivencia y aparecieron células agresivas a las que se denominan “trolls”, que son utilizadas como los mecanismos para denostar y combatir a quienes se colocan en la “orilla de enfrente” porque no comparten ideologías, o simplemente porque no están de acuerdo con los procedimientos que afectan sus estados personales y familiares.
En las postrimerías del año 2025, tras casi dos años de mandato libertario, algunas cosas cambiaron. Por ejemplo, la figura presidencial ha renunciado a su gesto de pelea continua -al que no le importaban las formas- y pretende conducirse defendiendo sus posiciones, sin menoscabar al que no opina igual.
De golpe desaparecieron los “degenerados fiscales”, “los econochantas”, entre otros personajes de la “farándula política”.
Ahora está ante el proyecto personal de constituirse en el líder del liberalismo-libertario de América Latina, contando para ello con su entrega incondicional a uno de los países más poderosos del mundo -el norteamericano- hoy comandado por un personaje difícil, conflictivo, para quién el poder es una herramienta necesaria, Donald Trump, quien busca recomponer la economía de los EE.UU. y desplazar -fundamentalmente- al gigante asiático, que hoy combate palmo a palmo, por el poder de los mercados emergentes.
Se están preparando las batallas que deberán librarse durante los dos años que restan de mandato.
Ya está planteado el escenario de conflicto con la “nueva CGT”, la cual no acepta los condicionamientos de una reforma, modernización o reacomodamiento laboral. Esta situación quedó palmariamente demostrada en las expresiones de Cristian Jerónimo, nuevo miembro directivo cegetista: “Vamos a morir con las botas puestas, somos el último bastión del peronismo”. Un claro desafío a las políticas de Milei.
El otro foco de incendio está centrado en el acuerdo comercial con los EE.UU y sus posibles consecuencias en detrimento de la industria y el comercio argentino. Se guardan “bajo siete llaves” los contenidos de la “letra chica” que hacen a la instrumentación de lo que se ha convenido, esto señala que de alguna manera y en algún circuito productivo, tecnológico y/o científico van a existir condicionamientos que pueden generar problemas internos.
También hay “fuego” que por momentos se muestra incipiente, pero que amenaza con desencadenar una lucha interna, entre los distintos sectores, fundamentalmente, legislativos y con los gobernadores afines, los conciliadores y los opositores que se avienen a negociar en favor de sus provincias.
Hay un centro de pelea que gira alrededor de disputas legales, juicios y candidatos electos a quienes se los vincula con el narcotráfico. Sucesos que -aparentemente- implicarían a lo más alto del poder mileista. Tal es el caso de las coimas de ANDIS y las acusaciones de Spagnuolo que implican a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei. También ha tomado estado público, amenazando con convertirse en un escándalo, el caso $Libra, donde está comprometido el presidente Javier Milei.
En síntesis, incipientes incendios a los que les van tirando bidones de nafta que parecen ser muy difíciles de extinguir.
Son batallas que se han montado sobre un enorme escenario: el futuro de la Argentina. Con el mercado nervioso; los manejos de la economía saltando vallas para poder llegar al final; el futuro comercial que depende de aquello que surja en los contenidos del acuerdo con los EE.UU; la posible controversia que podría surgir con las normativas del Mercosur, sus convenios bilaterales y acuerdos comerciales con la UE. Todo presagia malos momentos.
Otra vez estamos frente a la realidad que se va imponiendo al relato. Los argentinos se encuentran rodeados por el fuego.

 

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